Pantallazo en la Plaza Alta de Badajoz

Que España tuviera que jugar el 11 de julio en la final del Mundial, en plena ola de calor, ha cogido desprevenidos a más de uno. Desde el miércoles, cuando se ganó a Alemania, pandillas de amigos de todas las edades hacen cábalas para organizarse de cara a la histórica jornada de hoy. Las casas particulares tienen una capacidad limitada y en los bares no siempre consigue uno el mejor sitio de cara a la televisión. Por eso, la mayoría piensa que un chalé con una piscina desde la que se vea una gran pantalla es la mejor opción. Otra cosa es que ése chalé exista y el dueño invite.

Así las cosas, muchos tienen que elegir entre casa o bar. Para acabar con el dilema el Ayuntamiento de Badajoz ha seguido la moda que impera en las principales capitales españolas y ha decidido instalar una gran pantalla gigante en la Plaza Alta, con capacidad para unas cuatro mil personas, pantalla que han tenido que ir a buscar a Portugal debido a la demanda que hay en todo el país y cuyo enganche de luz fue ayer a revisar el mismo alcalde, Miguel Celdrán, para que nada falle. En Badajoz cualquier convocatoria, excepto en carnaval, no suele ser masiva, por lo que la propuesta de hoy tiene mucho de experimento y, dependiendo de la ubicación, la sombra que haya tendrá mucho que ver con la elección de este lugar para seguir la final.

Con Don Apolonio, por ejemplo, no va la ola de calor. Ayer a mediodía se paseaba con la sotana por la Plaza de España y explicaba que él verá el España-Holanda «solo en casa y sin que nadie me interrumpa porque yo tranquilo lo disfruto más. Va a ser un 5-0», decía eufórico el capellán del C.D. Badajoz, quien preguntado por a qué santo conviene rezar más un día como hoy no lo duda: «¡a San Apolonio!».

Por su parte, el torero Antonio Ferrera huye de la ciudad y se va a su campo de la carretera de Cáceres. «Lo veré con mis sobrinos de dos y seis años, mi cuñado, mi hermano, mis padres ... con la familia».

Bares: Se bebe , no se come

Este domingo será especial porque casi nadie tiene que trabajar, un factor que tienen muy en cuenta en los bares, donde piensan que los clientes llegarán ya 'calentitos'.

Enrique Moreno, propietario de Lo Nuestro, en la plaza de Los Alféreces, tiene el techo engalanado desde hace semanas con guirnaldas y farolillos rojos y amarillos que aún no ha conseguido quitar desde la feria al ver que la selección iba pasando de ronda. Allí hay una pantalla de sesenta pulgadas y prácticamente todas las mesas, dice, están reservadas a los clientes habituales. «Eso sí, beber se bebe mucho pero comer casi nadie pide nada por la tensión». Después, cualquier fuente vale para mitigar nervios y calor a la vez, aunque la más ambientada será la de la Constitución después de que el Ayuntamiento haya protegido con vallas la de Isabel de Portugal en la carretera de Olivenza.

Otra zona muy futbolera es la hilera de cervecerías y freidurías que hay junto al Parque de la Pitusa, en Valdepasillas. El bar Gema, el Magda, Las Nuevas Redes o La Bulería, están situados en línea a lo largo de una calle peatonal y ya están preparados. Diego Román, ex-futbolista, tendrá que vigilar la pantalla y el negocio a partes iguales. «Es un día que sabes que va a haber lleno seguro. Contra Alemania había clientes hasta detrás de la barra».

Sin embargo, todos saben que la jornada futbolera no empieza a las ocho y media de la tarde. Hace días que se siente la final del Mundial. En el Carrefour varios amigos se llevaban ayer la pantalla más grande del muestrario, en las tiendas de la calle Menacho no quedaba un solo calzoncillo con la bandera de España y en la tienda de deportes Décimas ya no quedaban camisetas de 'La Roja', aunque desde mañana Adidas enviará muchas más para quienes quieran recordar la gesta.

El día ya amanecerá movido pese al calor. Y si escuchan la sirena de los bomberos igual no es nada grave. Se trata del camión de la Brigada Antiardores, grupo carnavalero-festivo que ha desempolvado el vehículo para recorrer hoy las calles más transitadas animando a la selección desde primera hora.

Según uno de sus bomberos más veteranos, Miguel Ángel Corral, «yo me iré a ver el partido a uno de los locales de las comparsas. Todavía no sé cuál, pero en todos hay un buen cachondeo cada vez que hay partido del Mundial ¡Verás en la final la que se va a liar!».