Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 13 de abril, en Extremadura?
El periódico de papá
OPINIÓN

El periódico de papá

No recuerdo ni una sola mañana en casa de mis padres sin el HOY. Quien les habla lleva impreso sus recuerdos de la niñez en desayunos de café con leche mezclados con el olor de la tinta de nuestro diario

ENRIQUE FALCÓ

Domingo, 1 de agosto 2010, 02:11

CUANDO éramos pequeños, a mis hermanas y a mí nos encantaba la idea de acompañar a mi padre al periódico, cuando tenía que hacer alguna gestión cualquier sábado por la mañana. Entonces, como aún se escribía a máquina y no había ni barrunto de Internet o móviles, era bastante habitual. A mí, especialmente me privaba, pues el edificio del HOY siempre me ha trasmitido sensaciones de tintes mágicos. Nos encantaba ir al periódico de papá. Una vez allí nos saludaba todo el mundo; siempre eran muy cariñosos con nosotros. Recuerdo que con el paso de los años he ido conociendo a muchos compañeros de mi padre, como a Alfonso Rodríguez, al que le tengo mucho cariño; Julián Leal, Fernando Saavedra, Luis Royano, Manolo López, José Joaquín Rodríguez Lara (el culpable de que ustedes me lean cada domingo) o Amparo Parra, que siempre que me ve proclama a los cuatro vientos que soy el niño más guapo de Badajoz, y ¡ay del que lo ponga en entredicho! Aunque en los últimos años me riñe mucho; se enfada conmigo y me echa unas broncas tremendas, porque no le gusta verme tan gordo. «¡Te estás poniendo de ceporro como tu padre!», me grita. «¡Sólo falta que te quedes calvo!». El caso es que lo pasábamos muy bien. Según cuenta mi padre, yo me ponía a bailar como el 'Naranjito' en mitad de la redacción y todo el mundo se partía el pecho. Mi hermana Sara se ponía a bailar sevillanas y era un show. Una vez, Alfonso, el fotógrafo, me pidió que hiciera como los futbolistas cuando marcan gol. A mí me encantaba hacerlo; cogía carrerilla y me tiraba resbalando por el pasillo, de rodillas, levantando los brazos como si hubiera marcado el gol de la final del Mundial. En una de éstas, casi me llevo por delante a Teresiano Rodríguez Núñez, el director, que salía en ese momento de su despacho. ¡Que recuerdos!

«¡Menudo peloteo nos trae el amigo!», podrán pensar alguno de ustedes. Pero que quieren que les diga, no puedo evitarlo. Y es que para mi el diario HOY es muchísimo más que unas cuantas hojas de papel rellenas con las noticias del día. No recuerdo ni una sola mañana en casa de mis padres sin el HOY. Quien les habla lleva impreso sus recuerdos de la niñez en desayunos de café con leche mezclados con el olor de la tinta de nuestro diario. Y digo nuestro, porque para muchos hijos de trabajadores, el diario HOY siempre será algo más que el periódico más leído en Extremadura. También recuerdo con nostalgia la visita que sus Majestades los Reyes Magos nos hacían el 6 de enero, por la mañana, a los hijos de los empleados. Era a las puertas de la redacción. Especialmente una, por nuestra poca discreción, será recordada por muchos. Cuando llamaron a los hijos de Enrique García Calderón empezó nuestro particular show. Mi hermano Gonzalo, que apenas tendría 2 o 3 años de edad, a pesar de que alcanzaba ya el tamaño de una ballena asesina joven, empezó a berrear como una fiera desde que lo sentaron en el regazo del rey Melchor y ya no se calló hasta que conseguimos que se durmiera por la noche. Al momento, mi hermana Lourdes tropezó con el escalón de la tarima y si no es por el rey Gaspar, que hábilmente la sujetó, hubiera quedado algo más que sus gafas sobre la madera. En este instante las primeras risas habían hecho su aparición, y yo, algo confuso y avergonzado por el numerito agarré el primer regalo que advertí al alcance de mi mano, pero mi hermana Sara a voces y tirándome del pelo me gritó que estaba cogiendo el suyo. Menos mal que Baltasar medió, que si no me arranca la peluca. Creo que ni los hermanos Marx hubieran podido superarnos.

A lo largo de los años he visitado con frecuencia la redacción de HOY, con motivo de entrevistas y reportajes que nos hacían a algunos de los grupos donde aporreaba la batería, como los 'Violent Popes', 'Lich' y 'Left Brothers'. Recuerdo las primeras entrevistas, a cargo de jóvenes periodistas como Cristian García Polanco, o en los últimos tiempos mi amigo José Antonio Armero. Años después volví a visitar el periódico regularmente, pero esta vez para trabajar en el cierre, encartando la publicidad los fines de semana por la noche. La mayoría éramos estudiantes, hijos de empleados, que en vez de irnos de botellón nos ganábamos un dinerillo extra que nos venía muy bien. Allí conocí a tres personas a las que siempre querré: José Carlos García Márquez, hijo de Manuel García Reinoso, y a 'Zizú' y 'Daniboy'. Evidentemente, los dos últimos no se llaman así, pero me sigo refiriendo a ellos de tal guisa. Nos llamábamos entre nosotros a modo de broma 'Los Encartadores Encantadores'. Pasamos estupendos momentos y nos hicimos grandes amigos. Ahora, años después, tengo el gran privilegio de escribir en 'mi periódico' (parezco 'la Belén Esteban'), como ya lo hicieron anteriormente mi padre, Enrique García Calderón, y mi abuelo Antonio García Orio-Zabala. Yo no soy digno ni siquiera de aparecer junto a ellos en la misma frase, pero escribir en HOY es un honor, un privilegio y una responsabilidad que no pienso abandonar hasta que ustedes se cansen de mi. Y son tantas, ¡tantas! las cosas que todavía me quedan por contarles que les aconsejo que hagan sitio en la hemeroteca, porque esto, no es más que el principio.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy El periódico de papá