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Domingo, 15 de agosto 2010, 10:45
El ingeniero Luis Crespo Rodríguez es doctor en centrales termosolares y lleva desde 1975 ligado a la industria de las energías renovables. En la actualidad es secretario de Protermosolar, la Asociación Española de la Industria Solar Termoeléctrica, que lucha por el desarrollo de esta alternativa energética en nuestro país donde ha conocido un impulso espectacular en los últimos tres años.
-Ha dedicado buena parte de su vida profesional a las energías renovables. ¿Se considera un apóstol de las mismas y alguien que ha triunfado en sus planteamientos, teniendo en cuenta el tirón que actualmente tiene este sector?
-Justo cuando acabé la carrera entré en Construcciones Aeronáuticas y empecé mis pinitos en el tema de las energías renovables. He estado en la Plataforma Solar de Almería desde sus orígenes y en varias facetas, desde construir algunas de las plantas internacionales hasta dirigir el centro desde Madrid en lo que era el antiguo Ciemat, que tenía a esta plataforma como una de sus áreas de investigación. Pero debo confesar que, en el año 1990, a la vista del mal tratamiento que tenían las energías renovables en cuanto a la política energética, decidí cambiar mi actividad y fue cuando me dediqué a la gestión tecnológica y acabé recalando en Extremadura y dirigiendo una sociedad de capital-riesgo que era la Corporación Empresarial de Extremadura. Luego me llamaron cuando este tema empezó a estallar y me dediqué de nuevo a lo que había sido mi vocación inicial. Desgraciadamente, desde 1990 en que se construyó la última planta comercial en California, hasta el 2007 ó 2008, casi nada había pasado. Es lo que en el sector llamamos 'la larga y oscura noche termosolar'. En España, a partir de 2007, ha comenzado a haber plantas dentro del régimen especial y ahora estamos a la cabeza del mundo en este tema. Estoy orgulloso de que el esfuerzo continuado de investigación haya servido para que las empresas españolas tengan el mejor nivel tecnológico del mundo entero.
-Si en tres años se ha conseguido tanto y la mitad de la Península está en alerta naranja, ¿qué está pasando para que el sector viva en la incertidumbre en estos momentos?
-Es cierto. Cuando pensamos que habíamos conseguido un hito llegando a un acuerdo con el ministerio (de Industria) en cuanto al nuevo marco regulatorio que va a dar estabilidad al sector, cada poco tiempo surge una nueva incertidumbre. La verdad es que las renovables desplazan a otro tipo de energía y sectores como el del gas o los ciclos combinados son potentes y han hecho grandes inversiones en España mientras que están viendo amenazado su plan de negocio. El ministerio está siendo objeto de unas presiones enormes por parte de unos sectores que tratan de defender un modelo energético anclado en el pasado, fósil, y nunca mejor dicha esa palabra que en este caso. Todo el mundo sabe que ese modelo energético va a ser desplazado poco a poco y que no constituye una apuesta de futuro. Lo que no entiendo es cómo el Gobierno de España puede plantear escenarios para el año 2020 en el que la energía solar sea sólo de 3.800 MW instalados cuando sabemos que el potencial es tan enorme en nuestro país que podemos aprovecharnos de una energía que no sólo aporta estabilidad al sistema eléctrico y gestionabilidad, sino que el 80% de lo que cuesta hacer una central termosolar en España se hace con empresas españolas. Cada planta de 50 MW necesita el equivalente a 5.000 puestos de trabajo/año a lo largo de todas sus fases. Es una apuesta económica que apunta mucho más a la sociedad que lo que ésta percibe con las primas que nos dan y pienso que el Gobierno debería ir a por ella. Por eso no entendemos estas noticias que nos dan un papel puramente testimonial para el 2020.
Horizonte 2020
-¿La disminución de incentivos tiene que ver con la incertidumbre existente en el sector o es sólo una cuestión derivada de la crisis económica?
-La disminución de incentivos a las energías renovables es algo natural que tiene que pasar. Todos esperamos que para el 2020 estas energías no necesiten ninguna ayuda más. Estamos hablando de un escenario a diez años vista en el que estas energías serán capaces de suministrar a precios competitivos la electricidad. El escenario de reducción de apoyos económicos es compartido desde el sector y le damos la bienvenida. Lo que no se pueden hacer es planteamientos con carácter retroactivo. En las nuevas plantas vamos a trabajar en la idea de que cada año las primas a la termosolar sean cada vez más pequeñas y en el 2020 pensamos que podemos haber alcanzado la competitividad con las energías convencionales. Es verdad que la energía termosolar es ahora más cara que la convencional, pero yo preguntaría a los españoles si prefieren que el dinero que estamos pagando por importación de gas engrose la cuenta de resultados de jeques árabes y países productores o que se pague en salarios en España. Si la sociedad percibiera el alcance macroeconómico de nuestras apuestas, estoy seguro al cien por cien de que pedirían que se corte el tema de las energías fósiles. Esos son los términos del debate que deberíamos ser capaces transmitir a la opinión pública. ¿Qué quiere la sociedad, una generación eléctrica que no contamine, en la que la vulnerabilidad de España no esté amenazada por las crisis energéticas? ¿Queremos una sociedad limpia en la que no vuelva a haber catástrofes como la del Golfo de México o la de Chernobil o el peligro de los petroleros que dan vueltas por todo el mundo?¿Queremos una suficiencia energética que nos permita controlar lo que nos cuesta la energía y sobre todo, preferimos pagar la energía fuera o dentro? Para regiones como Extremadura hay distintos tipos de energías renovables. La termosolar puede brindar a regiones como Extremadura, Andalucía o Castilla-La Mancha un nivel de convergencia económica con el resto de España que ninguna otra energía sería capaz de aportar. Yo entiendo que ha tenido éxito el Gobierno Extremeño en las adjudicaciones de plantas termosolares porque es señal de que ven claro que deja mucho en la región y es capaz de sacar riqueza del tórrido sol que en verano achicharra Badajoz y Cáceres. Es una apuesta a seguro en la que no debería haber las incertidumbres con las que nos despertamos cada día.
-Que no hayan conseguido incorporar a la sociedad a este debate, ¿puede ser síntoma de desconfianza en las empresas del sector?
-Todas las armas valen en la guerra y nosotros estamos siendo acusados de caros. Pero ¿en relación a qué? Que nos dejen poner encima de la mesa todos los números para ver si lo somos o no. Entre los impuestos que pagan las empresas de renovables, el pago de 250.000 empleos que estamos manteniendo, con lo que hemos hecho bajar el precio de la electricidad porque teóricamente la estamos ofertando a coste cero... Sin embargo los lobbies de presión se encargan de decir que las energías renovables han hecho subir el precio de la electricidad a los domicilios y a las empresas cuando en realidad hemos bajar el precio del pull pero las distribuidoras no lo han repercutido. Se dice que las fotovoltaicas han generado energía por la noche y luego se ha demostrado que eso era falso. Pero difama que algo queda. También es falso lo que se ha dicho de que a tal o cual periodista que es contrario a las renovables le ha llegado un paquete bomba. Tratan de presentarnos como una energía cara y no conveniente y yo quiero demostrar lo contrario, que somos baratos y la apuesta tecnológica que el Gobierno debería escoger para generar riqueza en nuestro país a raudales.
-¿Cómo evalúa el boom de las renovables en Extremadura?
-Muy positivamente. Siento que el tema eólico haya tardado tanto en ser aprovechado en la región. Pero con la energía la termosolar, el Gobierno extremeño ha hecho un esfuerzo de primera línea y se ha acercado de forma muy ágil a los promotores. Ha conseguido que la región sea la que tiene más plantas preasignadas y eso es un éxito indudable del presidente Fernández Vara y del consejero José Luis Navarro. Conozco menos a la energía fotovoltaica, pero sé que también se han hecho plantas al amparo del antiguo real decreto. La duda es si se podía haber conseguido más con un proceso más controlado, pero había unas reglas de juegos y las empresas las han aprovechado. La biomasa es la asignatura pendiente de la región y espero que coja la velocidad de crucero que le permita alcanzar una importante capacidad de generación. Pero la termosolar será la joya de la corona de las energías renovables en la región.
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