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C.N.N.
Sábado, 11 de septiembre 2010, 02:05
Es comer, o cenar, pero de una forma mucho más relajada, con menos pompa, y, posiblemente, con más alivio a la hora de pagar la cuenta.
Las tapas parecen ser, cada vez con más furor, la joya de la corona de la gastronomía española. Tiran mucho, los guiris aprenden pronto a pedirlas y permiten todas las virguerías gastronómicas del mundo. No son patatas fritas cargadas de grasa ni frutos secos puestos en un plato. Son alta cocina con todas las de la ley. A la avalancha de ferias y acontecimientos con la tapa como protagonista se van uniendo locales que abren o se amplían pensando en este concepto. El hotel NH Palacio de Oquendo ha sacado un espacio extra para ubicar la tapería Yuste. Abrieron sus puertas en el mes de diciembre, y, según Soledad Vázquez, comercial y relaciones públicas, la cosa funciona. Para los clientes del hotel supone una opción más barata para cenar, menos rígida, y para los cacereños un nuevo punto de encuentro y de parada para tapear de forma itinerante. La tapería, cuenta Soledad, está pegada al restaurante y el espacio ofrece las dos opciones. En cuanto a lo gastronómico, se busca una mezcla entre la cocina regional y la innovación, todo a 3,5 euros. Al parecer este verano esta tapería ha triunfado y muchos han encontrado en ella el mejor refugio contra el feroz calor. La tapería del Torre de Sande también ha crecido. Este verano ganó espacio al restaurante, parte del cual ha sido dedicado a esta forma más informal de comer. La propuesta de César Ráez ha gustado mucho. Felisa, del 'Paladar de Felisa' también ha añadido al restaurante el asunto de las tapas. En la parte de abajo un agradable salón ofrece tapas, tostas y cazuelitas desde un euro hasta cuatro euros. No le falta clientela.
'La Cacharrería' abrió en marzo en pleno corazón de la parte antigua y uno de sus socios, Juan Miguel Arroyo, explica que la cosa funciona, a pesar del mucho trabajo que implica. Aquí también se funden los productos de la tierra con un concepto nuevo, toques orientales o interpretación de autor. Las tapas andan entre los 3,5 y los 4 euros y son platos que pueden compartir varias personas. Les llegan turistas, pero sobre todo muchos cacereños. Y además de gastronomía venden cacharros y cuadros. Completa y original propuesta. Y la cosa sigue. Bares de los más modestos lucen el orgullo del taperío de calidad, mientras la clientela lo demanda con alegría.
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