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MIGUEL ÁNGEL NIETO
Domingo, 3 de octubre 2010, 11:48
El pasado viernes, Pedro M. M. salía de la cárcel donde ha estado recluido más de nueves meses, justo desde que el pasado 22 de diciembre el Juzgado nº 1 de Don Benito decretara su ingreso en prisión sin fianza.
Este carpintero de Guareña está acusado de acabar con la vida de Justa Pérez Isidoro, una vecina de Cristina que fue brutalmente asesinada el 2 de diciembre del año 2000. No se cumple ni un año desde que la Guardia Civil le detuvo como presunto autor de este asesinato tras obtener el ADN de la víctima en el coche del presunto autor. Cuando se conoció la noticia, que adelantó en exclusiva HOY, los vecinos de la fallecida respiraron aliviados. Tras nueve años de incertidumbre, por fin iban a conocer qué sucedió aquella noche. Un hecho que transformó la vida del pueblo.
Pero desde el pasado viernes, la situación ha cambiado. HOY se puso ayer en contacto con el alcalde de Cristina, Pedro Frutos, quien se quedó totalmente sorprendido al conocer la noticia. «Yo ya no creo en la Justicia. He sido testigo del trabajo que ha realizado tanto la Policía como la Guardia Civil y por eso ahora no puedo creerme que este señor esté en libertad. ¿Para qué nos dicen entonces que ya estaba todo solucionado?», se preguntaba Frutos, quien cree que la noticia sentará muy mal en el pueblo. «Mis vecinos, con su alcalde a la cabeza, estábamos convencidísimos de que esto se había solucionado y ahora nos dejan tirados. Somos un pueblo que sólo tiene 500 habitantes así que para la Justicia debe ser fácil dejarnos tirados» sentenciaba Frutos.
Por otra parte, Pedro M. M., de 64 años, ha pasado los últimos 9 meses en la cárcel y aún no sabe por qué. En numerosas ocasiones se ha declarado inocente de los cargos de los que le acusan y ahora, por fin, vuelve a estar en libertad.
La Justicia ha decretado su puesta en libertad, aunque desde el ámbito judicial se han apresurado a asegurar que el proceso sigue su curso y que, en ningún caso, ha finalizado. Sin embargo, fuentes judiciales externas al proceso consultadas por HOY han destacado su relevancia. «Se trata de un hecho significativo. En la mayoría de los casos, un juez no deja en libertad a un presunto asesino. La única explicación es que las pruebas no son tan determinantes como dijeron» aseguran las fuentes.
Dichas pruebas fueron obtenidas mediante un proceso novedoso con la utilización de un reactivo químico, capaz de detectar rastros de sangre en superficies en las que ya desaparecieron las manchas, tal y como confirmaron desde la Guardia Civil. Esta fue la primera ocasión en la que se utilizaba dicho reactivo, denominado Bluestar, en Extremadura.
Esta decisión da una vuelta de tuerca más a la controvertida investigación, que se alarga en el tiempo casi 10 años y que ha sufrido varios cambios en las líneas de investigación.
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