Andalucía investiga irregularidades en el etiquetado del aceite de oliva virgen extra

La Inspección de Consumo de la Junta de Andalucía ha detectado diversas irregularidades en el etiquetado de las botellas de aceite de oliva virgen extra, ya que el producto contenido sería de una calidad inferior.

Los controles se iniciaron el pasado mes de mayo en medianas y grandes superficies y en establecimientos especializados de las principales provincias productoras, Jaén y Córdoba, dentro de una campaña rutinaria para controlar la posible existencia de alteraciones, adulteraciones o fraudes en la venta del aceite . Y lo que levantó las sospechas fue el bajo precio del producto comercializado como virgen extra. En los laboratorios, supuestamente, se demostró que se daba gato por liebre, ya que algunas botellas identificadas como la máxima categoría contenían aceite de calidad inferior. Algo imposible de reconocer a simple vista, ya que la variación se detecta, por ejemplo, en los perfiles grasos o en la acidez, que en el virgen extra no supera los 0,8 grados y en el virgen normal alcanza los 1,8 grados.

Desde la Junta de Andalucía, tanto las consejerías de Salud y Consumo como la de Agricultura se han apresurado a negar cualquier tipo de fraude generalizado, y hablan de casos puntuales aunque sin dar datos o marcas dado que la campaña de controles aún no se ha cerrado. E insisten en que, de cualquier modo, no se trata de un fraude para la salud de los consumidores sino para su bolsillo, ya que en todos los casos se trata de aceite apto para el consumo humano y de buena calidad, aunque inferior a la publicitada en la etiqueta, y por tanto más barato.

Por su parte, la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, apuesta por «llegar hasta el final» en la inspección, exigiendo responsabilidades ante una eventual irregularidad, si bien defiende la necesidad de que esta investigación «no empañe la buena acción» del conjunto del sector oleícola.