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C. C.
Sábado, 4 de diciembre 2010, 01:35
Los fumadores pagarán, en lo que queda de 2010 y en 2011, la factura de los beneficios fiscales a las empresas -«regalos», según los sindicatos- y el coste de contratar a 1.500 orientadores laborales para buscar una salida a miles de parados de larga duración. El Consejo de Ministros aprobó ayer una subida inmediata de los impuestos especiales que gravan el tabaco. La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, estimó que dicho incremento permitirá aumentar el año que viene la recaudación en 780 millones de euros (a consumo constante), que servirán para «compensar» la merma en la recaudación derivada de las rebajas fiscales a las empresas (unos 230 millones en 2011) más la contratación de los 1.500 promotores de empleo, cuyo coste no detalló el Ejecutivo. Esos fondos permitirán, además, continuar el proceso de consolidación fiscal según el plan diseñado, que contempla reducir el déficit al 6% a finales del año próximo.
Salgado justificó esta nueva subida del tabaco «por razones sanitarias fundamentalmente». Según su explicación, la medida tendría efectos desincentivadores del consumo al «coadyuvar» a los objetivos de la nueva ley antitabaco, que entrará en vigor el 1 de enero y prohibirá fumar en todos los espacios públicos.
Los nuevos precios
En general, este segundo incremento de los gravámenes sobre el tabaco de la legislatura (el primero fue aprobado en junio de 2009) encarecerá 25 céntimos de media cada cajetilla de cigarrillos, desde 3,43 hasta 3,68 euros. Un portavoz del Ministerio de Economía detalló que los precios de los paquetes de tabaco de gama más alta (tipo Marlboro) subirán desde los 3,85 euros actuales hasta 4,11 euros. Las marcas incluidas en la escala inmediatamente inferior (Winston, Fortuna, Nobel o Lucky Strike, entre otros), que hasta ayer costaban 3,40 euros, se encarecerán en la misma proporción y pasarán a costar 3,66 euros.
En el segmento más bajo la subida será mucho mayor, y superará los sesenta céntimos. Una cajetilla de Free Jack o Pueblo, por la que ayer se pagaban 2,90 euros, en adelante costará 3,53 euros. Por lo que respecta a la picadura de liar, el impuesto específico pasará de seis a ocho euros por kilo, mientras que el impuesto mínimo se elevará de 50 a 75 euros por kilo, al objeto de reducir el diferencial de precio con los cigarrillos.
El Gobierno señaló que, para garantizar la neutralidad fiscal entre cigarrillos, picadura de liar y el resto de labores del tabaco, los tipos impositivos aplicables a estas últimas se elevarán, del mismo modo, del 14,5% al 15,8%, lo que supone una proporción similar a la aplicada para los cigarrillos.
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