La perrera, a punto de cerrar, atiende más de 400 animales cada año

No hay sitio para más. La perrera municipal tiene 76 perros en unas instalaciones previstas para unos 60 animales. A este número hay que sumarle nueve gatos, que también están en el recinto, y las mascotas que se encuentran en casas de acogida.

El día 1 de enero, todos estos perros y gatos pueden quedarse en la calle si no se llega a un acuerdo para firmar un nuevo convenio entre el Ayuntamiento y la Asociación Protectora de Animales, colectivo que gestiona la perrera desde el año 2000. El problema ha surgido ante los constantes retrasos en los plazos, ya que todavía no se ha hecho efectiva la subvención de 2010.

Ante esta situación, la asociación entiende que no puede continuar prestando los servicios que ha venido realizando hasta la fecha.

«El jueves nos vamos a reunir con el Ayuntamiento», dice Juana García, presidenta de la protectora. En esa reunión van a reclamar que se entregue el dinero que se les adeuda y que se firme un nuevo convenio para mejorar el servicio. Por ejemplo, desean que el nuevo acuerdo incluya que se regularicen las instalaciones, se declare al recinto 'núcleo zoológico- y una mayor dotación para contratar más trabajadores.

«El convenio está denunciado desde junio, nos han pedido paciencia y la hemos tenido», aclara la presidenta. «Lo hacemos porque los animales deben tener cubiertas sus necesidades y porque hay dos personas que tienen que cobrar sus sueldos», apostilla.

Los trabajadores, efectivamente, parecen un número escaso para los animales que hay y para atender los avisos. Por eso la actuación de voluntarios se hace casi imprescindible. Las personas que colaboran con la protectora no sólo lo hacen ayudando en el trabajo diario de la perrera, sino que también ofrecen sus hogares como casas de acogida para mascotas, algo muy importante y más teniendo en cuenta la superpoblación de la misma. «Contamos con cinco o seis casas de acogida entre las que tenemos repartidos ocho animales y cinco voluntarios que vienen cuando sus trabajos se lo permiten », comenta García.

La protectora atiende una media de cuatrocientos animales al año. Sin embargo, en 2010 la cifra ha crecido considerablemente, llegando a las más de quinientas intervenciones. En este aumento influye la aplicación de la ley que regula la identificación de los animales de compañía, por la cual desde el día 5 de diciembre es obligatoria la implantación del microchip en todos los perros. «En los últimos días se están recogiendo animales sin microchip. En la última semana dos perros sin 'chipear' han sido abandonados a la puerta de la perrera», explica la máxima responsable de la protectora.

«Nos estamos encontrado con el problema de que hay muchos propietarios de perros que para no ponerle el chip los abandonan», confirma Rafa, el encargado de la perrera. A pesar de esta contrariedad, desde la asociación protectora se aplaude la obligatoriedad de la medida identificativa. «Somos conscientes de que la mayor parte de los dueños de mascotas están cumpliendo la ley, quizá son los dueños de perros de caza los que menos lo están haciendo», apunta García.

Mientras el número de animales que hay en la perrera ha ido aumentado paulatinamente, el volumen de adopciones sigue siendo bajo. «No sólo nosotros, la mayoría de las protectoras se encuentran con el mismo problema», dice la presidenta de la asociación.

Regalos de Navidad

No obstante, cada vez son más las personas que regalan mascotas por Navidad y Reyes. Desde la protectora se pide que no se haga sin la previsión suficiente. «Una mascota es una responsabilidad que no se puede entregar a personas que no estén dispuestas a compartir su vida con un animal. Un gato puede vivir más de quince años, es mucho tiempo para un capricho», afirma García.

Si la decisión de regalar una mascota, no obstante, es firme, en la perrera municipal hay muchos animales esperando a ser adoptados y estrenar un nuevo hogar.

Pero antes, Ayuntamiento y Protectora tendrán que llegar a un acuerdo porque de lo contrario, el colectivo ya ha anunciado que el día 1 de enero lo deja.