Aviación Civil da el visto bueno al primer campo de vuelo extremeño

Un proyecto de intenso trabajo y largo recorrido que, al fin, recibe el visto bueno oficial. El Ministerio de Fomento, a través de Aviación Civil, autorizó a principios de mes a lo que es el primer campo de vuelo de Extremadura, que estará en la capital de la comunidad autónoma.

El proyecto, impulsado por el Aeroclub de Mérida, permitirá por ejemplo albergar una escuela de pilotos de ultraligeros y autoriza la salida y el aterrizaje de aeronaves ligeras de última generación. El trabajo administrativo desarrollado para conseguir la aprobación de Madrid ha sido enorme, al igual que las reformas que han realizado en las instalaciones de Royanejos, cedidas por el Ayuntamiento emeritense: 14 hectáreas, 14 hangares de 12x22 metros con capacidad para dos o tres avionetas y una pista de vuelo de 680 metros asfaltados, a la que se pueden sumar otros 200. Este primer campo de vuelo oficial de Extremadura es el germen de lo que también será el primer aeródromo de la comunidad autónoma, una infraestructura habitual en el conjunto de España. Extremadura, a fecha de hoy, es la única región que no tiene siquiera uno.

Un aeropuerto y un aeródromo no es la misma cosa. Según una definición aceptada en aviación civil, un aeródromo es cualquier área, normalmente de tierra o asfalto, destinada total o parcialmente a la llegada, salida y movimiento en superficie de aeronaves. Un aeropuerto es un aeródromo que cuenta con instalaciones permanentes dedicadas al transporte aéreo comercial. En un aeródromo no pueden aterrizar aviones convencionales de pasajeros, pero sí pequeños. Una categoría por debajo del aeródromo es la catalogación de campo de vuelo. Tampoco Extremadura cuenta con ninguno aunque, en la práctica, existen aeroclubs y sus socios practican su afición favorita.