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Un botellón de 2.000 bolsas de hielo
BADAJOZ

Un botellón de 2.000 bolsas de hielo

Las bajas temperaturas (4º en el termómetro) no lograron ahuyentar a los estudiantes universitarios en su última fiesta del año Más de un millar de jóvenes se reúnen en el Fluvial el 'día del borracho'

M. SAAVEDRA

Viernes, 17 de diciembre 2010, 11:40

El 'botellón del borracho' consume más de 2.000 bolsas de hielo. Ayer se celebró en el Paseo Fluvial de Badajoz una de las fiestas más esperadas del año para los universitarios y estudiantes de enseñanzas medias. La última reunión multitudinaria del año que consigue reunir a millares de jóvenes que no tuvieron miedo al frío.

Una de las empresas que suministra hielo a los establecimientos cercanos al río asegura que en un día como ese se pueden llegar a reponer hasta 300 sacos (de cinco bolsas cada uno), que después se venden a un euro y medio, aproximadamente. Por su parte, Tamara Izquierdo y Toni Carillo, que atienden tras el mostrador de 'Mafi', una de las tiendas, confirman que las bolsas de hielo y los vasos vuelan de neveras y estanterías.

El alcohol lo traen consigo los jóvenes, dicen. «Aquí tenemos licencia para venderlo, pero sólo despachamos litronas y calimocho», aseguran. Pierden la cuenta de las ganancias que supone una noche como ésta en la que se celebra la despedida del año de los universitarios. Además de hielo, venden bocadillos y perritos calientes. «Más de 200 panes y 400 salchichas caen seguro». Estas dos dependientas consideran que tanto ellas, como los otros dos locales colindantes, pueden hacer la misma caja a lo largo de la noche.

Al otro lado del mostrador, y esperando para entrar en el tumulto de gente, estaban ayer Estela, Raquel, Gracia, Alba, Patri, Araceli y Arancha. Todas estudian su primer año de carrera y es la primera vez que asistían 'al borracho', como se denomina a este botellón. Algunas de ellas llegaban desde Cáceres. «Venían los dos autobuses llenos de estudiantes para salir de fiesta», señalaron casi al unísono.

Metidos en faena ya estaban Diego Vizcaíno y sus amigos. Eran alrededor de las seis cuando se hacían hueco en el paseo. A sus pies más de diez botellas de alcohol.

David Boraíta estudia Biblioteconomía, también es alumno de primer año. Acompañado de un colega fue hasta los bares del río para comprar las entradas de Nochevieja. Una vez allí, decidieron adquirir una botella y unirse al resto.

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