Un Pines desdibujado cae derrotado por primera vez en su cancha

El Pines Balonmano Badajoz cayó derrotado ante Helvetia Anaitasuna por 18-34 en la decimocuarta jornada de la Liga de División de Honor Plata, cosechando su primera derrota en casa esta temporada, donde además no perdía desde hacía año y medio. Había 400 personas en las gradas y se guardó un minuto de silencio en memoria del técnico pacense Antonio Valdés, recientemente fallecido.

El equipo extremeño fue incapaz de contrarrestar el juego visitante y cosechó una segunda derrota consecutiva que lo aleja de los puestos altos de la tabla. Por parte navarra, los hombres de Aitor Etxáburu cuajaron un partido muy completo y con esta victoria escalan puestos en la clasificación.

La consigna en el banquillo local era clara. Había que recuperar las sensaciones tras el parón navideño, empezando por la defensa como arma importante, e intentar aprovechar cada contragolpe. El ataque posicional debía ser fluido y evitar pérdidas de balón pues el técnico extremeño, Nino Antúnez, era consciente de que tras el último tropiezo, en la visita a Almoradí, otra derrota podía desencadenar los primeros nervios de la temporada.

Al inicio, los navarros se hicieron fuertes en cada ocasión que el Pines regalaba la bola y realizaban rápidos contragolpes con el cacereño Jose Mauel García Moriñigo y David Carvajal como estiletes. En el lado local nadie parecía estar inspirado y en el descanso el conjunto navarro ya superaba a un desdibujado Pines por ocho goles (9-17).

Tras el paso por los vestuarios el choque continuó por los mismos derroteros. Hugo Garza fue el único en anotar con facilidad por parte local, mientras que el bando visitante se ensañaba con la portería del Pines, en especial David Rodríguez, Carlos Chocarro y Víctor Harsanyi. Entre estos tres jugadores anotaron sólo un gol menos que toda la plantilla del Pines, lo que revela la inoperancia de los locales. Antúnez se volvía loco en el banquillo intentando frenar el caudal ofensivo de Anaitasuna, pero las múltiples variantes eran inútiles para recortar la desventaja. El último cuarto de hora fue de mucho castigo para el Pines, que ya sabía que su destino sería la derrota pese a que se esperaba un encuentro más igualado. Así, los últimos minutos sirvieron para que jugadores visitantes dispusieran de minutos de juego sin que el Pines pudiera maquillar tan amplio resultado.

Según el técnico local, la clave ha estado en que «el equipo ha estado bastante desdibujado, no ha salido nada de lo que se había preparado y ellos han jugado demasiado cómodos. La semana que viene el Pines visitará Pozoblanco, en otro encuentro muy complicado.