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JUAN SORIANO
Lunes, 17 de enero 2011, 10:12
La capital autonómica sostiene el crecimiento poblacional de la comarca emeritense. La ciudad ganó 6.649 habitantes entre el año 2000 y el 2010, lo que supone un crecimiento del 13,1%; mientras que las poblaciones del entorno apenas crecieron.
Según las últimas cifras oficiales de población, aprobadas a finales del pasado año por el Gobierno central, Mérida contaba a 1 de enero de 2010 con 57.127 habitantes, 732 más que en la misma fecha del ejercicio anterior (una subida del 1,3%).
Más importante que este dato es que la ciudad mantuvo durante el último ejercicio una tendencia al alza que se ha mantenido prácticamente a lo largo de la última década. Entre 2000 y 2010 Mérida siempre ha ganado población, excepto en un caso, el 2001. Tal como recoge el Instituto Nacional de Estadística, la ciudad contaba a 1 de enero de 2002 con 50.780 habitantes, 276 menos que el ejercicio anterior. A partir de ese momento no ha dejado de ganar población, a una media de casi 800 personas al año. En los últimos ejercicios el crecimiento se ha situado en esa cantidad, lo que muestra una subida sostenida y firme.
Buena parte de este incremento poblacional tiene su explicación en la subida de la natalidad, especialmente notable en los últimos cinco años. Si el 2000 se cerró con un total de 580 nuevos inscritos en la ciudad, en 2008 se pasó de 700 y en 2009 se llegó a 804, una marca histórica para la ciudad.
Evolución en la comarca
Si el crecimiento en Mérida ha sido más o menos constante en los últimos diez años, del resto de localidades de la comarca sólo se puede hablar de estabilidad. Algunas poblaciones suben y otras bajan, pero no hay ningún caso significativo y, en líneas generales, la población se ha mantenido en la última década.
Como muestra, la comarca ganó 6.813 habitantes entre el 1 de enero de 2000 y el 1 de enero de 2010, una subida cercana al 7,2%. Pero, si se resta la aportación de Mérida, el incremento se reduce a 164 personas, lo que se traduce en un crecimiento muy poco significativo desde el punto de vista estadístico (apenas un 0,17%).
Al margen de Mérida, durante la década el mayor crecimiento se produjo en dos de las localidades más pobladas, Arroyo de San Serván y Calamonte. La primera ganó más de 300 vecinos, mientras que la segunda, de mayor tamaño, incorporó 282 personas a su padrón.
En cuanto a las bajadas, la mayor caída se produjo en Guareña, que perdió 174 residentes. Sin embargo, al tratarse de la segunda localidad más poblada después de Mérida, no se puede considerar un decrecimiento significativo. Porcentualmente, el descenso fue mayor en Oliva de Mérida y La Garrovilla, aunque las variaciones tampoco han sido excesivas.
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