

Secciones
Servicios
Destacamos
NATALIA REIGADAS nreigadas@hoy.es
Lunes, 14 de marzo 2011, 11:53
Los bosques de alcornoques que nutren el paisaje extremeño y que sirven de sustento al sector del corcho están en peligro. Un estudio que acaba de ser presentado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino incluye este árbol entre los que se están reduciendo significativamente debido al cambio climático y asevera que las especies disminuirán su distribución territorial notablemente entre 2071 y 2100. Esto puede suponer que el alcornoque se despida de Extremadura en 60 años.
El trabajo, presentado la semana pasada por el ministerio, analiza la evolución y el comportamiento de la flora y la fauna de la España peninsular y realiza pronósticos en base a distintos modelos predictivos y en función de distintos escenarios de evolución del cambio climático. Este informe se ha realizado gracias a dos estudios paralelos, uno de fauna y otro de flora. El primero se hizo en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y el segundo es obra de un grupo de investigación de la Universidad de Extremadura (UEx) que ha trabajado en este proyecto más de dos años.
La conclusión más demoledora es que el 20% de las especies forestales se están reduciendo significativamente y aunque el informe es nacional, el hecho de que los expertos sean extremeños sirve para extrapolar este escenario preocupante a la región y la especie que más suena es el alcornoque. «El problema que tiene es que no es un árbol tan resistente como la encina. Necesita agua, no soporta temperaturas tan altas y aquí lo que se está planteando, según los modelos de cambio climático, son subidas de temperatura relativamente importantes en verano. Se darán especialmente en el cuadrante suroccidental de España, así que nos toca de pleno», explica Ángel Felicísimo, investigador de la UEx.
Se muda al norte
Puede desaparecer de Extremadura pero, eso sí, podría darse en otras zonas de la península. Felicísimo explica que el estudio, por una parte, muestra una realidad muy preocupante, pero también sirve para prever cuáles serán las zonas adecuadas para cada especie cuando cambien las condiciones y eso serviría para que no se extinga de la península, sino que se regenere donde sea posible. En el caso del alcornoque, aparecen zonas de clima adecuado por todo el norte de Castilla y la zona más continental de Galicia, aunque eso no le sirve de consuelo a los extremeños.
Se podría decir que el alcornoque tendrá que mudarse al norte, pero ese proceso de forma natural es imposible que se produzca. «En este caso, una de las actuaciones que se plantea es usar ingeniería ecológica que no se parece en nada a las actuaciones forestales que se han hecho aquí en las últimas décadas. Se trataría de favorecer artificialmente una regeneración de un ecosistema si no natural, porque no puede ser así, al menos con una diversidad aceptable». Es, en conclusión, imitar a la naturaleza lo más posible y usar las fuentes de semillas más cercanas, según explica el investigador de la UEx.
La gran incógnita es cuándo se pruducirá esa subida de temperaturas que ponga a los alcornoques en una situación límite. Este experto no se atreve a dar una fecha exacta porque es imposible, «pero desde luego hay árboles en los que ya se empieza a ver el efecto. La idea es seguir atentamente la subida de las temperaturas y si un modelo plantea una subida de dos grados en agosto para 2050, pues estar atentos».
Junto al alcornoque, el estudio subraya como «especialmente preocupante la reducción de algunas especies forestales como el pinsapo, el abeto común, la encina y el roble albar». Con relación a las especies de flora amenazada, se estima que un 50% podría pasar a estar en situación crítica a medio plazo por efecto del cambio climático. En esta serie, que el estudio plantea que se incluyan en una lista naranja para vigilarlas, aparece la encina, lo que también podría preocupar a Extremadura. Sin embargo, se trata de la especie de este árbol que se da en Cataluña y en la cordillera cantábrica y no a la extremeña, la Quercus ilex, que es más resistente.
Ante todos estos datos, lo que toca es tomar medidas y, según Ángel Felicísimo, «no se si estamos a tiempo de reaccionar, pero hay que hacerlo». El informe propone una serie de proyectos concretos. Por ejemplo, aumentar la vigilancia para la detección de incendios en sus fases iniciales. «El cambio climático llegará sí o no, pero en Extremadura varios incendios en la última década se han llevado por delante miles de hectáreas de alcornocales y rebollales».
También piden que se fomente la reducción de la fragmentación de los bosques. Debido a las talas para conseguir pastos, en España apenas quedan bosques extensos, se han dividido y así tienen menos posibilidades de sobrevivir porque no crean microclima ni preservan la humedad en el suelo. «Las propuestas van en esta línea. Actuaciones concretas en zonas concretas, sobre los bosques más sensibles», concluye Felicísimo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.