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Antonio Sánchez Cáceres y la cuadrilla de Jairo abandonan la plaza contrariados. :: LORENZO CORDERO
La Policía desaloja a la afición de Cáceres tras suspender el festejo
TOROS

La Policía desaloja a la afición de Cáceres tras suspender el festejo

La empresa se niega a celebrar el espectáculo y esconde la llave de toril porque solo había 7.000 euros de recaudación en taquilla

ESTEFANÍA ZARALLO

Martes, 31 de mayo 2011, 13:58

El día de ayer se presentaba tranquilo en la Era de los Mártires. Mano a mano entre Emilio de Justo y Jairo Miguel para cerrar la Feria de San Fernando. Lucía el sol y no había nubes en el cielo. Sin embargo, lo que parecía una tranquila y agradable tarde de toros se iba a convertir en un espectáculo bochornoso para la fiesta. La empresa Inter Tauro (Manolo Martín) decidía suspender la corrida por inclemencias meteorológicas. Los toreros querían torear. La afición estaba con ellos pero al final tuvieron que intervenir los antidisturbios para desalojar una centenaria plaza que vivió ayer su jornada más triste.

Todo comenzó a las seis de la tarde. Las taquillas, que estaban abiertas, se cerraban y en ellas se colocaba un cartel que anunciaba la suspensión del festejo por motivos climatológicos. Incomprensible cuando ni siquiera había caído una gota sobre el coso cacereño. Sin embargo, las puertas de la plaza de toros estaban abiertas por lo que muchos aficionados comenzaron a ocupar sus localidades, mientras que otras personas se congregaban en el patio de cuadrillas.

A las seis y media llegaba Jairo Miguel junto a su cuadrilla. Todos ellos vestidos de luces y dispuestos a actuar. «Que te pase esto en tu tierra y a las puertas de Madrid...» se lamentaba el torero. Poco después hacía su aparición de blanco y azabache Emilio de Justo, muy indignado por la suspensión. «Tenemos que rebelarnos y se tiene que rebelar la afición porque no hay derecho. Yo desde luego, voy a ir para adelante», comentaba.

El delegado gubernativo se acercó hasta el patio de cuadrillas para decirles que había una hora de margen para suspender el espectáculo, una decisión que tenía que ser tomada por la presidencia y los actuantes. Así que, pasadas las siete, rompía el paseíllo ya que los diestros querían torear. El presidente y los asesores estaban en el palco. La afición, en los tendidos. Y los toreros dando lances al aire con sus capotes bajo un sol radiante. ¿Qué faltaba para que diese comienzo el espectáculo? Los toros. La llave de toril no aparecía. El torilero no la tenía y la empresa se negaba a entregarla. Sin astados no podía empezar y la gente comenzaba a alterarse...

'Sinvergüenzas'

'Queremos toros', 'Sinvergüenzas' o '¿Dónde está la empresa?' fueron algunas de las frases más coreadas. Aunque aún se caldeó más el ambiente cuando entró en el ruedo la Policía Nacional y un coche patrulla. Por megafonía anunciaron que no se podía celebrar el espectáculo porque no había llave de toril.

Los toreros y sus cuadrillas se dirigían a hablar con la Policía, volvían al callejón y aún no se sabía si en unos minutos se tendrían que jugar la vida delante de los de Sayalero y Bandrés. Iban pasando los minutos, la tensión aumentaba y los responsables no aparecían por ningún lado. A las ocho de la tarde, el alguacilillo portaba un letrero 'Suspendido el espectáculo por negativa de la empresa'. La afición ovacionó a los matadores que abandonaron el coso a hombros. «Han querido hacerle daño a la afición de Cáceres. Espero que el responsable lo pague», señalaba Emilio de Justo. «Esto es contraproducente para la fiesta y no es justo», indicaba por su parte Jairo Miguel.

Cuadrillas, toreros y afición enfilaron hasta la oficina de la empresa, que estaba custodiada por la Policía. Gran parte del público y varios medios de comunicación esperaban fuera, pacíficamente, para conocer la respuesta de Manolo Martín. Sin embargo, la Policía desalojó la plaza, dejando a los espectadores sin una explicación. Un torero de plata manifestó que habían dialogado y que el empresario había dicho que tan solo tenían 7.000 euros en taquilla por lo que había suspendido el festejo.

La comisión de seguimiento será la que se encargue ahora de este caso. La Policía levantó un acta, habrá una sanción por parte de la Junta de Extremadura y comenzarán los trámites judiciales por incumplimiento de contrato. Manolo Martín tan solo dijo un leve 'lo siento' cuando abandonó la Era de los Mártires. Nimia excusa cuando ha jugado con la ilusión de dos jóvenes que luchan por abrirse un hueco en este complejo mundo taurino y de cientos de aficionados que han hecho un esfuerzo pasando por taquilla con las ganas de ver a sus paisanos.

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