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MANUELA MARTÍN
Viernes, 10 de junio 2011, 16:03
Julián Carretero no se muerde la lengua. Tres semanas después de las elecciones autonómicas, que han dejado un resultado inédito en la región, el responsable de Comisiones Obreras afirma que Extremadura no se puede parar ni entretenerse en una larga negociación para formar un ejecutivo y anima a Izquierda Unida a implicarse en las tareas de gobierno. «Yo le digo a IU que se pringue, que gobierne».
-Estamos en una situación inédita. No hay mayorías suficientes y casi tres semanas después de las elecciones no se sabe quién va a gobernar.
-Estamos en una situación económica muy delicada. Tenemos casi 125.000 desempleados y los salarios y las pensiones más bajas de España. Extremadura no se puede parar. A Comisiones, como representante mayoritaria de los trabajadores, nos preocupa que se sigan aplicando políticas públicas en beneficio de los trabajadores.
-¿Les preocupa más la inestabilidad o quién vaya a gobernar?
-Nos preocupa que cualquier fórmula de gobierno tenga en cuenta que en Extremadura lo importante es la gobernabilidad y la estabilidad. Nos gustaría que esa opción esté presidida por la preocupación por el empleo y por aplicar unas políticas públicas que garanticen la igualdad. A partir de ahí, que sean las fuerzas que han sido elegidas las que decidan.
-Se barajan dos fórmulas: o mayoría de izquierdas con un pacto PSOE-IU, o que gobierne la lista más votada, el PP: ¿Se decanta por alguna?
-Tan legítima es una cosa como la otra. Nosotros nos decantamos por la fórmula que garantice la gobernabilidad y la estabilidad. Si en estos momentos la estabilidad la da un pacto de 33 diputados, será mejor garantía que otra que dé 32. Pero no está en nuestras manos.
-¿Sería mejor un gobierno con mayoría estable fuese de quien fuese?
-Efectivamente. La fórmula de cómo se consigue es un criterio que deben marcar los políticos. Las tres fuerzas políticas que tienen representación deberían hacer un análisis de la situación de la región.
-¿Le han sorprendido los resultados?
-Un poco. Yo creía que iba a haber una cierta contestación al Partido Socialista por su política nacional, que iba a haber voto de castigo, pero no a este nivel. Pero pienso que la ciudadanía, cuando se expresa democráticamente, siempre lleva razón.
-La llave la tiene IU. Si le piden opinión, ¿qué les aconsejaría?
-Una organización política que se presenta a unas elecciones lo debe hacer en términos de gobernar o gestionar políticas. Lo que yo le aconsejaría a IU es que hiciera todos los esfuerzos por intentar gobernar para beneficiar a aquellos que representa. Que se involucre en la gestión y que intente garantizar la estabilidad y la gobernabilidad en Extremadura.
-¿Entiende que IU quiera castigar al PSOE por sus malas relaciones históricas, mandarlo a la oposición y que entre aire fresco en la Junta?
-Yo no puedo concebir la política desde los agravios. Si nosotros entendiéramos las relaciones laborales y sociales con nuestros interlocutores en términos de agravios, imagínate.
Fuera agravios
-¿Hay que pactar hasta con el diablo, si es necesario?
-No es cuestión de pactar o no. En función de los intereses que uno representa hay que ver qué conviene más. No concibo la acción política desde los agravios. Hay que estar por encima de esas cosas. La acción política tiene que tener dos características, la ideología y el beneficio a la sociedad. La combinación de esas dos cosas es lo legítimo y responsable. Es lo que la sociedad reclama a Izquierda Unida, al PSOE, al PP y a cualquiera que entre en el juego democrático.
-Los sindicatos se entendieron muy bien incluso con Aznar y Javier Arenas.
-Nosotros hemos hecho pactos con gobiernos del PSOE y del PP y huelgas también a los dos. Por eso insisto en que no hay que hacer política con los agravios. A la gente hay que hablarle con claridad. Me parece muy delicado en estos momentos en que Extremadura necesita seguir funcionando que se entienda la política desde los agravios, sea por unos o por otros, me parece una irresponsabilidad grave.
Una política muy liberal
-Hablemos de paro, un asunto que concierne a los sindicatos. El empleo mejoró en mayo, pero ya han dicho ustedes que es una bajada estacional del desempleo.
-En Comisiones somos de la teoría de que con la actual política económica, centrada exclusivamente en la reducción del déficit, es muy difícil generar actividad económica y empleo. La alternativa pasa por intentar que los objetivos de aminoración del déficit se diluyan en el tiempo. Que en lugar de conseguir el 3% en 2012, sea en 2015 o 2016. Que se nos permita equilibrar reducción del déficit con reactivación económica.
-Pero Europa y los mercados exigen una reducción drástica del déficit. Y parece que la opción es esa o arriesgarse a entrar en el camino de Grecia, Portugal.
-Hay otras opciones. En el panorama europeo vemos una orientación política liberal, muy liberal, diría yo. Da igual a quién afecte la consolidación fiscal. Las clases más favorecidas no tienen ningún problema. Creo que es un error. Es una cuestión de equilibrar los sacrificios. Reconozco que en España hay que ganar productividad y competitividad en nuestras empresas, pero no puede ser a costa de los de siempre. Por eso no da igual el liberalismo a ultranza, caiga quien caiga, que una política más progresista.
-¿Se ha tocado fondo en destrucción de empleo?
-Es probable que no se haya tocado fondo en la destrucción de empleo estable y de calidad. Por eso mi insistencia en que cualquier acción de gobierno tenga ese como objetivo principal. Tenemos una situación muy precaria en muchas empresas que forman parte del poquito tejido industrial de Extremadura. Una situación que no garantice la gobernabilidad va a ir en detrimento de la creación de puestos de trabajo. La incertidumbre va a generar muchos problemas.
-O sea, que la exigencia que le hace a los partidos es que se den prisa.
-Daos prisa, sed serios, centrémonos en lo que interesa a los ciudanos. Tenemos un problema de desempleo muy difícil de resolver. Tenemos problemas de captación de tejido industrial. Daos prisa, perded cuanto menos tiempo mejor y poneos manos a la obra. Queremos poner mucho énfasis en esta cuestión. Es muy importante la idea de que Extremadura no se puede parar. Hay que garantizar estabilidad y gobernabilidad en los próximos cuatro años. Por eso ni me vale un gobierno en minoría del Partido Popular ni me vale un gobierno del PSOE con permiso de Izquierda Unida que esté permanentemente creando inestabilidad.
-¿Izquierda Unida debe mojarse?
-Que se pringue Izquierda Unida. Tiene la responsabilidad de haber salido elegida una fuerza clave. Prínguese usted, gestione, gobierne y preséntese a la ciudadanía dentro de cuatro años para que diga si lo ha hecho bien o mal. Lo que no voy a decir es si tiene que coger dos consejerías, una o ninguna. Ese no es el tema. Se puede gobernar de muchas maneras y se puede influir de muchas maneras. Lo que sí le tenemos que exigir a Izquierda Unida y al PSOE, pero más a Izquierda Unida, es prínguese, gobierne.
-Habla usted de la dificultad para crear empresas. ¿Cree que se construirá la refinería?
-No lo sé. Lo tiene que decir quien la promueve. Más allá de eso lo que creo es que los extremeños nos tenemos que quitar de la cabeza, si alguna vez lo hemos tenido, nuestro complejo de falsos ricos. Si en 2005 un proyecto como ese venía bien, en 2011 sigue viniendo bien. Cualquier actividad económica que cumpla la legislación no debe ser rechazada sino potenciada. Para que se distribuya riqueza tiene que haber ingresos, y para que haya ingresos tiene que haber actividad económica. No digo que la refinería sea panacea de nada. Lo pongo como ejemplo para que veamos que no somos ricos, sino pobres.
Los indignados y la izquierda
-¿Qué le parece el movimiento del 15-M, los indignados?
-Creo que la mayoría de los indignados de este país no están en el 15-M, sino dispersos por el conjunto de España. Hay mucha gente indignada y con mucha razón para estarlo. Indignados estábamos los trabajadores el año pasado cuando convocamos una huelga general. Hay que poner los oídos y hay que tener en cuanta cuestiones que son compartidas desde cualquier opción progresista. Quién no comparte que haya una reforma de la ley electoral. O que no haya corrupción en la política... Eso debe canalizarse a través de las organizaciones sociales. Me preocupa que se generalice la idea de que no existen izquierdas y derechas. Sí las hay porque sigue habiendo desigualdades reales y ópticas diferentes para afrontar esas desigualdades.
-¿Ese movimiento deja antiguas a las organizaciones clásicas, a partidos y sindicatos? ¿O es una primavera que pasará sin más consecuencias?
-No lo sé. En España llevamos 30 años de democracia, una etapa muy corta. Considerar obsoletos a los instrumentos de participar me parece peligroso. Yo soy receptivo, pero también soy cauto a la hora de digerir estas cuestiones. La sociedad hay que gobernarla y se hace con herramientas e instituciones. Creo que hay mucho de mediático en esto. Hay un paso primero en las redes sociales. Y luego está el foco mediático.
-¿Si no le hubieran prestado tanta atención los medios de todo el mundo no habría tenido ese eco?
-Por supuesto. Algunos han sabido que el Washington Post es un periódico ahora.
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