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A. GILGADO
Martes, 5 de julio 2011, 10:58
Francisco Díaz ha conocido las barreras arquitectónicas desde ángulos muy diferentes. Primero como persona «que anda vertical» (así llama al a quien no utiliza sillas de ruedas para desplazarse) preocupada, pero según reconoce él mismo, no muy concienciada. Fue su trabajo como técnico de la consejería de Fomento lo que le acercó a una visión técnica y en su día a día trataba con planos y proyectos de edificios para hacer lo vida más cómoda a los que no andan en vertical. Comprobó que muchas de las normas y de los planes caían en papel mojado. Aquí nació una sensibilidad que se ha ahondado ahora hasta el plano personal. Desde hace un año necesita silla de ruedas para moverse por culpa de una discapacidad que ha desarrollado y ha hecho de la accesibilidad su particular lucha. Se ha aburrido de llamar a la Policía Local cada vez que ve una irregularidad, ha escrito al Ayuntamiento para mejorar algunas calles y colabora como voluntario con la Oficina Técnica de Accesibilidad de Extremadura (Otaex).
-¿La accesibilidad es sólo un discurso para quedar bien?
-Yo trabajé hasta hace poco como jefe de la sección de control de calidad de la consejería de Fomento y uno de los temas que me competía era precisamente velar por la accesibilidad. Me sorprendía la indulgencia de la administración con los que se saltan las normas. Enseñaban la tarjeta amarilla muchas veces y una la roja, cuando la norma dice precisamente lo contrario. Todo esto te indignaba un poco, pero una vez que me toca quedarte en una silla de ruedas te das realmente cuenta de que la accesibilidad es un desastre. Cuando estaba en Fomento y proponía que se denunciara algún incumplimiento me decían que no se podía estar denunciando a la gente continuamente. Yo me pregunto, si la ley dice que se debe sancionar ¿por qué no se hace?. En este país existe una tendencia natural a desobedecer la norma y la administración la consiente.
-¿En qué lo ha notado?
-En los vados, por ejemplo. Badajoz es una ciudad razonablemente accesible. Muchos de los pasos de peatones están rebajados para pasar en una silla de ruedas o, pero siempre que se echa una nueva capa de rodadura a las calles, el vado ya no queda a la altura de la calzada y hay desnivel que impide pasar en silla de ruedas. Solucionarlo no es una cuestión de dinero, simplemente de prestar más atención y pensar más en los que no andamos en vertical. También lo he notado con los aparcamientos de discapacitados. Yo ya me he aburrido de llamar a la Policía Local. Siempre que voy al centro de salud de Valdepasillas las dos plazas están ocupadas por gente no discapacitada. Y por si fuera poco, si alguna vez he llamado la atención a alguien te contestan de forma agresiva. Los que van en coche son los más insensibles de todos.
-Pero a la administración le toca velar para que eso no ocurra.
-Las administraciones son bastante indulgente con quien incumple. El la Urbanización Guadiana, en la calle Parque de Monfragüe, hay una calle donde los propietarios aparcan en las aceras, ocupan todo el espacio y te tienes que ir por la calle. Llamé a la Policía Local y simplemente me dijeron que tramitarían una denuncia al día siguiente, lo normal es que hubieran multado a todos los coches por aparcamiento indebido. Pero no lo hicieron.
-¿Siempre que ve alguna irregularidad la denuncia?
-El problema es que te acabas cansando. He escrito varias veces al Ayuntamiento, en el buzón de sugerencias, sobre cuestiones que se deberían mejorar, y cuando por ejemplo veo que un andamio ocupa toda la acera, lo digo, porque la ley dice que se debe dejar una pasarela para pasar, pero lo más que consigo es que te pongan una rampa para acceder a la calle, que además de ser peligrosa es ilegal. La norma marca, de forma concreta las características de este tipo de estructuras para dejar espacio en la acera. Pero nada.
-¿Cuando usted escucha algún político alabarse por lo que hacen en accesibilidad le entra risa?
-Más que la risa, tiene que ver con la indignación. El movimiento de los indignados, con el que comulgo y apoyo, tiene mucho que ver con esto. Nos tienen que tomar como ciudadanos. Existe la idea de que todas las medidas que se toman en este campo se destinan a unos pocos, a una minoría, pero los que no andamos en vertical somos muchos, y puede ser cualquiera.
-De cualquier modo, algo hemos avanzado.
-Antes de 2003 ningún proyectita de edificios pensaba en quienes van en silla de ruedas, ahora existe una norma que lo marca todo, pero aún así, nosotros en la Otaex corregimos proyectos, entoces ¿por qué el aparejador o el arquitecto se saltó esta parte de la norma? Qué casualidad que el único ordenamiento que no siguen es el de accesibilidad.
-Hace falta sentarse en una silla de ruedas para tenerlo en cuenta.
-Te das cuenta de lo difíciles que son las cosas y de la poca atención que hay. Yo cuando andaba en vertical veía este asunto de un punto de vista técnico, me preocupaba de que se mantuvieran los criterios técnicos, pero ahora te das cuenta de lo que supone un centímetro de más en una calle. Lo que explicaba antes del desnivel que hay en Badajoz en muchas calles cuando asfaltan, eso a nadie que ande en vertical se para a pensar en ello, pero en realidad los técnicos y el persona del Ayuntamiento lo debería tener en cuenta. Ni mucho menos, pretendo cargar las tintas contra el Ayuntamiento, ya he dicho que Badajoz es una ciudad accesible. Pero hay falta sensibilidad a todos los niveles. Público y privado.
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