«Es una leona que se mueve por el amor en letras mayúsculas»

Muy emocionada y con lágrimas en los ojos, Anna Allen (Gerona, 1982), protagonista principal, dedica 'La Antígona del s. XXI', que se estrena mañana en la Alcazaba, a su abuela. Más de uno la recordará como Marta, una chica adinerada que se convirtió en el primer amor e imposible de Tony Alcántara, en 'Cuéntame como pasó', mítica serie de TVE. Y parece que lo suyo son los amores que van contra las cuerdas.

-Es su primera incursión en un personaje clásico griego, ¿cómo se enfrenta?

-Con mucha ilusión y, sobre todo, responsabilidad. Son personajes a los que hay que dedicarles mucha energía, más quizás que a otros. Pero sobre todo, mucho tiempo y la mayor concentración del mundo, hasta un nivel increíble. Para mí es como un auténtico regalo.

-Antígona se caracteriza por ser un poco rebelde...

-Bueno, rebelde si la entendemos porque no hace lo que le obligan hacer. Aunque a veces quien manda también se equivoca. Es una princesa y que está destinada a ser la reina de Tebas. Por lo tanto, es una chica de sangre azul, que sabe como se mueven los hilos de poder, con mucha información, y que, al mismo tiempo, tiene un corazón enorme. Hablamos del amor en mayúsculas, que mueve la vida que es capaz de mover todo y poder con todo. Ella es una perfecta leona.

-¿Se siente identificada con ella?

-Nunca me he visto en esa situación, no sé si sería tan valiente. Pero me gusta mucho la luz que tiene el personaje y sobre todo el amor, y eso es algo que estoy aprendiendo de él.

-¿Qué tiene de especial esta Antígona?

-Creo que es una versión muy bonita, donde el texto de Sófocles se entiende perfectamente. Tiene momentos de risa que relaja el alma, con un coro de mucha vitalidad y alegría. Este contraste da un ritmo que consigue enganchar al espectador. La 'Antígona' que yo he propuesto, no es una guerrera. Es una chica que va desde la luz, un animal, porque lo que hay en juego es mucho para ella. Pero repleto de amor, arrastrando una fuerza incapaz de conseguir desde el odio.

-Normalmente, las obras se realizan en el Teatro Romano, ¿cómo afrontas este cambio de espacio?

-No conocía la Alcazaba, pero me ha parecido un escenario hermoso, es el ideal para esta obra. El Teatro Romano me parece increíble, pero es tan enorme que al final se acaba convirtiendo él mismo en el protagonista. La Alcazaba está más recogido, se puede jugar mucho más con que es muy importante para contar lo que uno quiero contar. En este caso pienso que nos va a favor.