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CELESTINO J. VINAGRE
Domingo, 14 de agosto 2011, 11:00
Mas de la mitad de su vida profesional la ha dedicado a la gestión. La bata, para el madrileño Albino Navarro, nueva cabeza del SES, ha sido una cuestión de su primera etapa, cuando este especialista en aparato digestivo inició su labor médica siempre dentro del territorio madrileño. La urbanita Madrid, de la que fue jefe regional del Insalud cuando el Estado aún mantenía las competencias sanitarias, ha condicionado su modelo gestor; ahora se enfrenta a la realidad básicamente rural de Extremadura. Lo hace a tres años de la edad oficial de jubilación. Afable en el trato, implacable en las decisiones, es autor de más de 60 publicaciones en revistas científicas y en capítulos de diversos libros.
La salmantina Jerónima Sayagués, consejera de Salud, se trae a Navarro como responsable del SES pendiente, por lo menos de manera oficial, de conocer si el modelo sanitario extremeño sufrirá cambios. Si apostará por la dispersión o por la centralización, por la oferta hospitalaria de nuevas especialidades o no, y, por supuesto, si habrá, de alguna forma, copago sanitario en la región. Los que advierten de esa posibilidad recuerdan que en abril, Albino Navarro, en un debate radiofónico sobre el modelo de sanidad pública, puso como ejemplo de lo que se hace en Alemania. Allí, los ingresados hospitalarios pagan su comida.
¿Puede ser implantado en la región? Navarro no dijo nada de eso, pero algunos profesionales del sector especulan con que el modelo alemán trasladado a nuestro territorio descartaría el copago sanitario en la parte asistencial, es decir, sería siendo gratuito acudir a consultas y acometer operaciones, pero el paciente abonaría la otra parte, la de hospedaje y alimentación.
Lo que sí reflexionó Albino Navarro es que «el copago existe, no es aplicar una medida nueva, es actualizarlo». Por encima de especulaciones, parece evidente que Navarro cambiará en la forma y en el fondo la estructura y el gobierno del SES, que contará con menos directivos y puede ser que derive hacia un sistema centralizador que gobierne desde Badajoz y Cáceres todas las áreas sanitarias de la comunidad.
Su periplo durante seis años al frente del Insalud en Madrid, un territorio masificado y concentrado en núcleos urbanos, dejó huella en este médico que, entre sus aficiones se encuentra la colección y restauración de antigüedades, principalmente de hierro y de madera. De hecho, tiene una colección de 200 cerrojos de forja, que ha restaurado previamente.
Tras ese periodo de gestión clave de la salud pública española, con José María Aznar en La Moncloa, Navarro pasó a una especie de reserva activa como imagen de Farmaindustria, la potente patronal farmacéutica. Fue su relaciones institucionales durante apenas un bienio, antes de que pasara por parte doble, a labores de despacho.
La última, durante menos de un año, al frente del centro de investigación contra la obesidad. Antes lo fue de una fundación vinculada al 'Gregorio Marañón' entre mayo de 2005 y octubre de 2010.
Su nombramiento como gerente del SES ha levantado una indisumulada contrariedad en parte del sector médico extremeño, que se ha visto defraudado no con Albino Navarro en sí, sino con la apuesta de Monago por entregar el gobierno de la sanidad regional a expertos foráneos.
El mantenimiento de unas aceptables cuotas de atención sanitaria en cualquier punto de la geografía extremeña y hacer posible la cuadratura del círculo de un sistema público extremeño eficiente y sustentado en menos recursos presupuestarios son sus grandes retos.
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