

Secciones
Servicios
Destacamos
MANUELA MARTÍN
Domingo, 11 de septiembre 2011, 12:11
Casi cuatro meses después de haber perdido las elecciones, Guillermo Fernández Vara (Olivenza, 1958) asegura que tiene asumido que él es ya oposición. Y lo demuestra incluso en las formas: nada de despachos oficiales, jefes de prensa y protocolo. La parafernalia que le rodeaba como presidente ha desaparecido y nos recibe en su casa de Olivenza, vestido con vaqueros y un polo de manga corta, como si no hubiera ocupado cuatro años la presidencia de la Junta de Extremadura. Sentado en el patio, cercano pero serio, analiza en detalle la actualidad, desde la gestión de José Antonio Monago hasta la situación del PSOE y sus perspectivas electorales. De sus malas relaciones con su sucesor solo dice que él ha sido leal en el traspaso de poderes y se ha encontrado con insultos. «Les doy los cien días de cortesía que se conceden a todo gobierno, pero si me llaman tramposo tengo que defenderme». Conocedor de las tripas de la administración regional, a la que llegó hace 16 años como director general de Salud Pública, se muestra espantado ante el anuncio de que el recorte en los presupuestos de 2012 podría llegar hasta el 20%. «Eso significaría entre 30.000 y 40.000 parados más», afirma.
-José Antonio Monago cree que usted no ha asumido que ya no es presidente y de ahí viene la mala relación que mantienen.
-No sé de dónde se saca eso. Yo lo tengo perfectamente asumido. Me preparé los días siguientes a las elecciones. No hay ninguna razón para decirlo. Yo suelo opinar de él con mucho más respeto.
-¿Cómo lleva el no ser presidente? ¿Siente el vacío de no llevar la actividad frenética de antes?
-Tienes la sensación de que recuperas un poco el mando sobre tu vida, sobre tu agenda. La responsabilidad no es la misma. Yo tengo responsabilidades con mi partido, con mi grupo político, con mi región, pero no es la misma. Lo he asumido con absoluta normalidad.
-¿Ha acabado el duelo de la derrota para usted y para el PSOE?
-Yo dije en su día que había que aliviar el luto, porque habíamos tenido un mal resultado y que llegaba el momento de ponerse a pensar en aquellos que nos necesitan, por los que nos dedicamos a la política y por los que el partido existe. El PSOE no es una organización filantrópica ni una ONG. Es un partido destinado a llegar al gobierno para intentar conseguir una sociedad más igualitaria y más justa. A intentarlo dentro de cuatro años. Para eso tenemos que corregir errores que hayamos podido cometer. Hay que adaptar nuestro discurso a una realidad tan cambiante como la que vivimos ahora. Y muy probablemente habrá que incorporar en primera línea a personas suficientemente preparadas y valiosas. Y algunos serán de la generación siguiente.
-Supongo que a estas alturas el PSOE ha hecho el análisis de por qué perdió las elecciones.
-Creo que es una suma de cosas. No hubo una sola razón. La crisis ha golpeado con tanta dureza que alguna gente ha tomado la decisión de cambiar su voto. Ha dicho: voy a probar a ver si estos otros son capaces de resolver lo que estos no han hecho. Y esto ha generado el resultado que ha generado. ¿Cabe estar castigándose permanentemente? No. Cabe reconocer la derrota, sacar conclusiones y a trabajar, que es de lo que se trata. De nada valen los lamentos. Lo que hay que hacer es prepararse.
-Una de las cosas que sorprende es que la relación que ustedes tenían hasta las elecciones era buena y ahora es muy mala. ¿Se debe a que Monago empezó por echarle en cara su gestión?
-No. La transmisión de poderes ha sido ejemplar. Yo me he puesto a su disposición. Pero la relación personal se deteriora a partir de dos hechos: cuando se inventa que yo había condicionado a unos concejales del PP para que no se presentaran. Él sabía que era falso, y si no, se enteró al día siguiente. En ese momento a mí se me cae. Un candidato que es capaz de mentir con tal de hacer daño al presidente. Y otro momento es cuando dijo que si yo era presidente él no me lo reconocería. Me parece que son dos hitos en su trayectoria que tienen mucho que ver con su pensamiento por los que yo no le puedo tener el respeto, en lo personal, que le tenía antes. Como presidente se lo tengo todo. Además él lo sabe.
-Pero usted también ha cambiado. Vemos ahora un Guillermo Fernández Vara más serio, menos amable.
-Ahora estoy en la oposición. Lo normal es que quien pierde se va, como ha ocurrido en Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha. No es fácil quedarse. Yo, sin dejar de ser como soy, porque hay cosas que no me salen, voy a ser duro como oposición. Que nadie tenga la menor duda. Porque si no fuera así, estaría decepcionando a aquellos que me han votado. Un buen gobierno, con una buena oposición puede ser un gobierno excelente y un mal gobierno con una buena oposición puede mejorar. Mi misión es hacer una buena oposición. Voy a controlar al Gobierno, le voy a exigir que cumpla, y voy a proponer.
-De sus palabras se deduce que casi prevé que este sea un mal gobierno.
-Lo que he visto en estos dos meses es mucha improvisación. Han incumplido el compromiso de reducir los altos cargos a la mitad. El ejemplo más claro es el martes. A las ocho y media de la mañana la reducción del presupuesto era de un 10% y a las once ya iba a ser del veinte. ¡Es que estamos hablando de 500 millones de diferencia! El consejero de Administración Pública dice que van a reducir de 100 a 200 millones por la climatización de los ordenadores y resulta que el gasto de ordenadores es la décima parte, ¿cómo se puede reducir diez veces más? He visto mucha improvisación y tengo la sensación de que las acciones de gobierno huelen a consultora de marketing. No obstante, yo hasta que transcurran los cien días no haré una labor diaria de crítica. Salvo cuando ellos insultan. Si el consejero de Hacienda sale y nos acusa de tramposos yo no me puedo callar, porque parece que estoy reconociendo que lo que dice es verdad. Y no lo es.
-Usted defiende una relación a dos y no a tres con Monago. ¿Por eso no fue al desayuno?
-En democracia las formas son muy importantes. Yo jamás hubiera mandado un tarjetón invitando al jefe de la oposición a un desayuno sin consultarle. Yo no sabía con quién iba a desayunar y para qué. Hay unas mínimas normas de cortesía, y sobre todo cuando no se tiene mayoría. Y una cosa son los grupos parlamentarios y otra los partidos políticos. A los grupos, si se les convoca conjuntamente, hay que hacerlo en el parlamento. A mí me tiene que llamar como secretario general del PSOE. Y tiene que hacerlo en su despacho, él y yo. Y otra cosa es que no se puede invitar a desayunar a alguien al que el día antes se le ha insultado. Que se olvide que ya no es oposición. Que la oposición soy yo. Y luego hay un elemento que yo no voy a olvidar, y es que el Partido Popular se dirige a mí diciéndome que su interlocutor preferente es Izquierda Unida y que nos invita a sumarnos a los acuerdos a que lleguen. Si es así, que lleguen a acuerdos con Izquierda Unida. Pero ese 'menage a trois' que quieren hacer, no. Yo soy solo oposición, con todos mis respetos por Izquierda Unida. Monago no es presidente por mis votos ni por mi abstención.
-¿Me equivoco al pensar que usted está dolido porque Monago y el PP centran el discurso en convencer a los extremeños de que Extremadura es un desastre y los 28 años de gobierno socialista han sido una catástrofe? Me da la impresión de que mientras no se les reconozca su trabajo no habrá una buena relación.
-No, no, no. A mí no me preocupa lo que puedan decir de nosotros, sino lo que están haciendo. Hacer aparecer como que todo es un desastre va a tener consecuencias negativas. Este discurso del catastrofismo, de que hay que recortar por todas partes, tendrá su efecto en los próximos meses. Si hay disminución del empleo y la actividad económica eso tiene responsables. Se está trasladando a la ciudadanía que aquí no va a poder haber obras. Hoy decimos que vamos a recortar 500 millones y mañana 1.000. Eso traslada a la ciudadanía una sensación preocupante. Cuando tengan que acudir dentro de un mes o dos a deuda, porque van a tener que acudir, a la que está aprobada por el Consejo de Política Fiscal y Financiera, van a tener que pagar por esa deuda un incremento mayor que el ahorro que se ha derivado de la reducción de cargos.
-¿Qué opina de esa reducción?
-La apoyo. Entre otras cosas porque yo había hablado de reducir más directores generales. Eso lo apoyo, pero tiene un ahorro neto de un millón, o de cuatro, dicen ahora. El incremento que va a tener el pago de la deuda como consecuencia de sembrar la duda sobre nuestras finanzas es mucho mayor que eso.
-¿Cómo es su relación con IU?
-Correcta. IU no tiene la culpa de que yo perdiera las elecciones.
-¿No le ha quedado mal sabor de las semanas de negociaciones?
-No. Me ha quedado la constatación de un hecho. Y es que el PP convocó a IU para echar al PSOE del gobierno e IU acudió. Eso es legítimo. Tengo todo el respeto del mundo por Izquierda Unida. Es legítimo lo que han hecho. Ahora tienen que ser conscientes de que parte de la responsabilidad de lo que ocurra es suya. Ellos no pueden decir si sube el desempleo que no tienen nada que ver. Porque había dos modelos de gobierno, el del PSOE y el del PP y ellos con su abstención decidieron que fuera el gobierno del PP. Yo no le puedo reprochar a IU mi fracaso. Ese es solo mío. A partir de ahí puede haber puntos de encuentro. Yo le he ofrecido hablar de la televisión y no ha sido posible.
-PSOE e IU son de izquierda. ¿Se acabarán entendiendo?
-Cuando oigo al señor Nogales decir que es bueno reducir el impuesto de sucesiones porque la empresa familiar lo ha pedido. Mire usted, el impuesto para la empresa familiar ya está exento. Lo que se transmite a los hijos de su empresa ya está exento. Lo que no puede estar exento es todo el patrimonio que se transmite a los hijos. Cuando uno oye decir esas cosas no sé dónde estamos cada uno. Yo pensaba que era más sencillo que hubiera habido un gobierno con ellos. Ellos ya tomaron su decisión. Para determinados temas les llamaré, como he hecho para el Canal de Extremadura
-¿La abstención de IU fue la venganza contra el PSOE de 28 años de malas relaciones?
-Cuando se producían las votaciones en IU se vio que en las ciudades eran más proclives a un acuerdo con el PSOE que en los pueblos. En los pueblos pesan más la afrentas personales y en las ciudades más lo ideológico. Yo por Escobar y Víctor Casco tengo mucho respeto y creo que son personas con las que nos podremos entender.
-¿Hasta la moción de censura?
-Eso es algo que no contemplo hoy por hoy. Si los resultados son buenos IU podrá decir que ha contribuido a ello. Si son malos será responsable. Yo espero que sean buenos. Si yéndole bien a esta tierra me va mal a mí, no deseo el fracaso del gobierno. Ojalá triunfe. Pero viendo lo que está haciendo y cómo, dudo que sea posible. Ojalá que me equivoque.
-¿La derrota del PSOE significa que la mayoría de los extremeños ya no son de izquierdas, como se ha dado por sentado?
-No. La derrota del PSOE significa que hay 50.000 personas que han perdido su empleo y 90.000 empleados públicos a los que se les ha bajado el sueldo. Y miles de autónomos que las están pasando canutas. El tiempo demostrará si hicimos todo lo que pudimos o no y si los que están ahora lo hacen.
«Rubalcaba dará sorpresas»
-¿Qué pasará el 20-N, salvará los muebles Rubalcaba o sufrirá una derrota estrepitosa?
-El PSOE no va a rendirse antes de empezar la batalla. Intentaremos hacer mucha pedagogía de quien ha estado luchando contra la crisis, tomando decisiones, aunque electoralmente le perjudicara, y quien ha estado refugiado en sus cuarteles de invierno aunque le perjudique a España. Los ciudadanos lo pueden llegar a entender. No doy nada por perdido.
-Las encuestas vaticinan que gana el PP.
-Estoy convencido de que Rubalcaba dará muchas sorpresas, no sé si hasta el punto de darle la vuelta a las encuestas. El resultado del PSOE va a ser razonable.
-¿Usted de quién está más cerca, de Rubalcaba o de Zapatero? Con la reforma constitucional ha habido sus más y sus menos en el partido.
-Orgánicamente estoy más cerca de Zapatero, porque es mi secretario general. Afectivamente de Rubalcaba porque es mi amigo.
-¿En qué debe basar su campaña?
-En desmarcarnos del puro discurso económico. Reconocer lo que hemos tenido que hacer porque nos obligaba la situación y decir que vamos a procurar que no ocurra nunca más. Qué pasos vamos a dar para que sean los ciudadanos y no lo mercados los que gobiernen este país.
-En estos momentos se habla de subirle el impuesto a los ricos.
-Hay que darle una vuelta a la fiscalidad. Yo creo que estamos en una sociedad del siglo XXI con impuestos del siglo XX. En los tiempos en que había mucho consumo el impuesto clave es el IVA. ¿Debe tributar el patrimonio? Pues sí, porque no es lógico que tributen las rentas del trabajo y no las del capital. No puede hacerse recaer los ingresos públicos sobre el valor del trabajo solamente.
-¿Hay que suprimir diputaciones? En los tiempos que corren el estado autonómico tiene una estructura difícil de mantener.
-Más que suprimir hay que ordenar. No hay que quitar diputaciones, sino delegaciones en las provincias, de las comunidades o del gobierno central. No se trata tanto de suprimir sino racionalizar.
-A mucha gente le suena bien cuando se habla de recorte.
-Claro. Cuando se habla de reducir el 10% del presupuesto es medio punto menos de lo que hemos reducido nosotros el año anterior. Pero lo hicimos sin sembrar el pánico para que la repercusión que tuviera en la ciudadanía no fuera grande. Tú tienes que reducir, pero no siembres el pánico. Porque si no, el que quiere iniciar una actividad emprendedora se queda en casa porque con los recortes que va a haber a ver quién se atreve. El problema no está en los recortes sino en el mensaje que se transmite. Si no se toca educación y sanidad hay que quitar el resto del presupuesto. Educación, sanidad y dependencia son el 80%.
-¿El recorte del 20% no es posible?
-El gasto en sanidad son 1.500 millones; en educación mil; la PAC no se puede tocar, son 600. 300 millones de dependencia. Si sumas todo eso es el 80% del presupuesto. Luego tienes que quitar todo lo demás. Si no tocas educación y sanidad es imposible. Salvo que se busquen otros ingresos.
-En 2010 ya se redujo el presupuesto, y en 2011 también.
-Sí, un 2,8 y un 7,9%. Decir que se va a reducir el 20% es una afirmación de un impacto tremendo. Significaría para Extremadura de 30.000 a 40.000 desempleados más. Hay que tener en cuenta que el Presupuesto de la Junta representa el 30% del PIB extremeño, que es de unos 18.000 millones de euros. Si se recorta el 20% se nos cae el 5% del PIB y eso se traduce en una destrucción de empleos de esa cifra. No es un dato que dé a tontas y a locas, sino después de haber consultado con expertos.
-¿Aprobará usted medidas de Monago en el parlamento?
-Sí son por el interés de Extremadura sí lo haré. Si no hay otra manera de hacerlo que con nuestro voto, nosotros estaremos ahí. Lo que ocurre es que no es esa la dinámica en la que hemos entrado. Se va a decidir quién es el director de la televisión pública y no sabemos nada. ¿No hubiera sido razonable que un gobierno que no tiene mayoría absoluta tuviera al menos el gesto de plantearlo antes? A lo mejor hubiéramos dicho que no, porque no puede ser que quien te estuvo protegiendo tanto en la campaña electoral vaya a ser tu director general. Pon otro nombre encima de la mesa. La presencia de Monago y de Cristina Teniente en Veo 7 era casi diaria y la directora de producción era Beatriz Maesso. Yo no puedo aceptarlo.
-¿Ustedes han propuesto a alguien?
-Llegamos a proponerle nombres a Izquierda Unida, pero como no han aceptado no los voy a decir. Pero pedimos más nombres para discutir. En su día nosotros pusimos a profesionales que no eran militantes del PSOE ni personas destacadas por su seguidismo. Parece como si desde Madrid se hubiera decidido quién tiene que llevar las televisiones en Extremadura y Castilla-La Mancha. Pero al margen de las personas, no se puede imponer un nombre si no se tiene mayoría, Salvo que la tuviera.
-El PSOE insiste en que hay un pacto en la sombra PP-IU
-Nosotros no, lo ha dicho el PP. Hay un acuerdo y por eso en el debate de investidura Monago llevaba los puntos de IU. Y ya se ha visto desde julio, IU nunca ha votado contra el PP. Todo se ha aprobado con su abstención. IU está en su derecho de hacerlo, ocurre que ya no vale abstenerse. Si vota a favor tendrá que explicar a sus militantes por qué apoya a la directora de Veo que, con todo mi respeto profesional, tiene un sesgo.
-Monago ha anunciado un recorte en empresas públicas, patronatos, fundaciones. ¿Le parece oportuno?
-Sí, yo lo tenía pensado. Pero vamos a ver cuando acabe todo esto. Porque ya sabemos que no se han reducido tantos directores generales. De momento, los conductores del consejo de gobierno ya no son profesionales, sino militantes y simpatizantes del PP. Los conductores funcionarios y laborales no sirven y se han traído otros de la calle.
70 coches, no 2.100
-Los coches oficiales han dado mucho juego.
-Aquí se dice que hay 2.100 coches oficiales. Había 70 directores generales que tenían coche y que ya no lo tienen, según dicen. ¿Los otros 2.030, qué eran? Eran coches de servicios, contra incendios, agentes forestales, veterinarios, farmacéuticos, inspectores del campo. La imagen que se ha dado es que había 2.100 coches oficiales. Y la gente cuando lo oye se pregunta cómo es posible. No, resulta que eran 70. Veremos el resultado de todo esto, porque dicen que van a desguazar o subastar coches. Lo que sabemos es que ahora 70 están en un garaje. Los llamados coches oficiales se pusieron en su día a disposición de directores generales para no pagarles dietas y kilometraje, porque entendimos que era más barato.
-¿Va a utilizar el coche oficial que la Asamblea pone a disposición de su grupo parlamentario?
-En viajes largos sí. En el día a día no.
-¿Y qué tal se está sin coche oficial después de 15 años?
-Insisto en que el coche oficial no es ningún chollo. Es un instrumento de trabajo. Cuando tú haces todos los años 600.000 kilómetros está justificado. Voy más cómodo en mi coche, a mi ritmo. Pero la semana que viene tengo que ir a Madrid y volver en la misma mañana y lo razonable es utilizarlo. Pero para el día a día voy en mi coche. En alguna ocasión con los dos escoltas que me quedan. No a diario. La Asamblea me ofreció un coche, pero me apaño con el del grupo.
-El vendaval de la crisis desarma más a la izquierda, que está noqueada. Ha salido el 15-M que les dice a los políticos no nos representas. ¿Qué va a hacer el PSOE para recuperar apoyos?
-Lo que tiene que hacer el PSOE es que el ciudadano sepa que cuando vota a un partido ese partido manda. Y no que quien manda sean los mercados. O logramos eso o en la izquierda lo pasaremos mal. Los liberales están contentos porque siempre han defendido esto, el principio de intervención mínima.
-La gente piensa que quien manda son los mercados, no los votos en las urnas.
-Eso a la izquierda nos mata. Hay que cambiar la gobernanza de Europa para que ningún tío desde Wall Street decida nuestro futuro. El recorte tiene un límite. A partir del momento en que usted siga recortando ya se produce menos consumo, menos ingresos fiscales y más déficit. Lo equivocado de las políticas del PP lo vamos a ver con claridad en unos meses.
-¿Va a firmar el PSOE ese plan de empleo anunciado por el PP?
-Es un plan del gobierno. La novedad este año es que en vez de elaborarlo el gobierno con los agentes sociales lo está haciendo el gobierno solo y luego se lo va a presentar a sindicatos y patronal. Pero también es legítimo, el gobierno lo puede hacer. Lo que a mí me sorprende son los cambios quincenales de opinión. En junio era un plan de empleo juvenil y de mujer. A los quince días pasa a ser un plan integral y ahora es un plan 3E. No sabemos lo que acabará siendo, porque además he estado recordando los compromisos del debate de investidura y me pregunto dónde está la famosa subasta, la gran novedad de la contratación para las empresas. La sensación que tengo es que se va gobernando a medida que se nos va ocurriendo y a medida que la consultora de marketing lo va reorientando. Monago decía ayer que el déficit era el 6,7 en junio. Y el consejero había dicho que era al final de año. Lo dice y se queda tan tranquilo. De lo que se habló en el debate de investidura no queda nada. Pero si hay un debate sobre empleo daremos nuestra opinión. No nos negaremos a nada que sea positivo. Que se subvencione a la seguridad social y no a las empresas nos parece bien. Pero nadie contrata a un trabajador porque te lo bonifiquen si tú no lo necesitas, y para eso se tiene que mover la economía y crecer. Y eso es incompatible con un recorte del 20% del presupuesto.
-¿A la postre cree que el Plan E de Zapatero ha sido bueno o malo?
-Las políticas de empleo han aumentado el número de gente que quiere trabajar, lo que quiere decir que han sido buenas, aunque el resultado final no haya sido el que nos gustaría. Extremadura necesita no solo más empleo, sin más gente con deseo de trabajar. Los microcréditos a las empresas están bien, pero la Junta no puede sustituir a la banca. Podremos subsidiar y ayudar, pero es el sector financiero el que debe prestar. Extremadura necesita 20.000 o 25.000 empresas más de las que tiene. Porque además no tenemos grandes empresas ni las vamos a tener. Para eso hemos hecho el pacto político de reforma, para fomentar la creación de nuevas empresas, porque se trata de sustituir a las que cierran. En el discurso de investidura Monago dijo que el futuro de Extremadura pasa por el campo, y nos quedamos asombrados. El futuro de Extremadura no puede pasar por el campo exclusivamente. Un 10% sí pasa por el campo, porque es el peso que el campo tiene, pero no puede ser que el futuro dependa solo del campo, porque estamos volviendo a hace cincuenta años. Y luego inmediatamente dice que para las medidas de empleo están asesorándose en la Comunidad de Madrid. Que tiene mucho campo. Ahí están las contradicciones claras. Dejarse llevar por una consultora en política es un error. Creo que la adolescencia es una etapa muy bonita, pero yo no pondría a gobernar Extremadura a adolescentes, y algunas veces me lo parecen.
-¿En qué?
-En la pompa que le dan a algunas cosas, como si hubieran descubierto el mundo. El adolescente piensa que el mundo empieza cuando él nació. Estaba antes de llegar tú, había problemas. «Voy a conseguir que no se den diez medallas de Extremadura», dice Monago. Pero si algunos años se han dado una o dos o tres.
-¿Si el PSOE pierde el 20-N habrá una renovación general?
-Sí, entraremos en un proceso como el del 35º congreso. Estoy convencido de que no va a ser así, pero si se produjera una derrota habría un congreso del que saldría gente.
-¿Quiénes estarían en ese grupo de elegidos del PSOE?
-Muchos compañeros. Yo creo que el liderazgo será de Rubalcaba y con personas como Carme Chacón, Patxi López y mucha más gente que es válida. Seguro que se va a producir el relevo de manera natural. Ahora estamos convencidos de que quien mejor sintetiza el sentir del partido es Alfredo.
-¿Personas como Bono tienen que dar un paso atrás?
-Yo creo que sí. La fuerza de los hechos lo va a producir. No se trata de presentar dentro de cuatro años una candidatura, sino un proyecto. Ese proyecto lo que tiene que llevar adelante quienes tengan más futuro que pasado.
-Su nombre se barajó hace meses como un posible delfín.
-Es que era uno de los presidentes autonómicos, que ya no lo soy.
-¿Tiene aspiraciones por ahí?
-No. Ninguna aspiración.
-La política es muy cambiante y tampoco es malo. Ojalá tuviéramos políticos extremeños con peso en otros ámbitos.
-Mi compromiso aquí es mayor que el que tengo con el conjunto del país. El día que deje de tener ese compromiso volveré a mi profesión.
-¿Sigue en política porque es adictiva?
-Si tienes sentido de la responsabilidad esto te engancha. Estás para resolver problemas, y como no paran de llegar. Yo no he cambiado, sigo teniendo mis amigos de siempre, mi casa en el pueblo. He estado mucho tiempo en política pero no he cambiado. Lo ves como una etapa de tu vida. Ha habido cosas apasionantes, como el nacimiento del Servicio Extremeño de Salud. Les decía a mis colaboradores que nadie vivirá algo así. Recuerdo cuando íbamos fuera a traer médicos para montar nuevos servicios. Han sido años apasionantes. Y los últimos tres muy duros.
-Llegó para gestionar la abundancia y se encontró con la escasez.
-Cuando llegué, el presupuesto anual crecía dos dígitos y me fui con un decrecimiento de dos dígitos.
-Supongo que una de las experiencias que le ha afectado es que el PSOE perdiera las elecciones en Olivenza.
-Sí. Aunque ganamos las autonómicas por una amplia diferencia. También aquí llegaron los efectos de la crisis, del voto joven. Vi a personas el día de las elecciones que habían sido votantes nuestras que al cruzarnos bajaban la cabeza. ¿Por qué? Supongo que son personas que han perdido el empleo y que ha cambiado su voto. Creo que ahí va a estar la clave de la gestión de Monago. Si es capaz de mejorar las cifras del desempleo toda esa gente se quedará. Y si aumenta el paro va a generar mucha frustración, porque la gente necesita una salida. Ese es el termómetro. Yo se lo he dicho: si Vara era el responsable de todo hasta el 22-M, Monago lo es desde ahora.
-Pero la sociedad no ha castigado igual a los gobernantes de comunidades del PSOE que las del PP. Supongo que la misma responsabilidad tiene usted que Herrera en Castilla y León. ¿Hay un cambio de ciclo?
-Lo que sí sé es que a mí no se me ha juzgado por mi gestión global, sino por la crisis, por no haber sabido o no haber podido encontrar solución. Aunque es verdad que en Murcia y Valencia, que tienen más paro que Extremadura los ciudadanos han pensado que sus gobernantes no tenían nada que ver.
-¿No se podía hacer más?
-Yo hice todo lo que pude y supe. Puse todo mi tiempo y energía y los ciudadanos juzgan. No me guardé nada, pero no supe o no pude encontrar la respuesta.
-Zapatero va a quedar como el culpable de todo.
-Quizá todo viene de que se tardó en reconocer la existencia de la crisis. El problema es que había unas elecciones en 2008 y no te vas a presentar diciendo que vas a hacer recortes. El PP ha hecho una oposición durísima, tanto en España como aquí. Zapatero a la gente se le cayó, y ya da igual lo que haga. Sobre todo cuando dice que va a hacer lo que sea por el país cueste lo que cueste. ¿Podía haber convocado elecciones?
-¿Generales?
-Sí. Pero los mercados no aconsejaron en esos momentos que se hicieran elecciones.
-¿El 15-M va a tener algún efecto en las elecciones?
-Creo que va más allá. Tengo una propuesta sobre participación ciudadana. Los tiempos en que la gente solo votaba ya han cambiado. Yo voy a hacer propuestas para canalizar la voluntad de la gente. Darle la opción de participar. Propondré que se cree un consejo con 65 personas con una distribución razonable para que todos los sectores estén incluidos y que una de ellas se pueda sentar en el parlamento el día en que se debatan asuntos que hayan propuesto. Esto hay que dinamizarlo de manera que la gente tenga ganas de participar en la vida pública.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.