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Un poderoso y variado Talavante triunfa como único espada
TOROS

Un poderoso y variado Talavante triunfa como único espada

El diestro extremeño corta nueve orejas y un rabo a los siete astados que toreó en solitario en Zafra

JUAN ÁNGEL

Lunes, 3 de octubre 2011, 19:29

Con seis ejemplares más uno de regalo se cerró en Zafra la temporada taurina extremeña y los seis se los guisó Alejandro Talavante él solito. Se decidió por hacerlo con toros de diferentes ganaderías y si se le hubiera tapado el hierro, por sus comportamientos, que no por hechuras, bien hubieran podido parecer del mismo ganadero, pues mostraron comportamientos muy parejos ante los engaños.

El primero fue de Victoriano del Río que metió bien la cara en el capote, herramienta que Talavante manejó ayer con variedad, pero que lo mejor con el percal sucedió en el sexto con dos manojos de verónicas. Picaron bajo al toro y el matador quitó por chicuelitas.

Estático como un poste con ayudados por alto comenzó la faena al fijo y humillador toro, al que enjaretó una serie de naturales de mucha cadencia seguida de otra igual cerrada con un farol. Pronto comenzó a agotarse el toro y Alejandro lo llevó a media altura con ritmo en la corta distancia hasta acabar entre pitones, antesala de una buena estocada. Oreja.

Bragao y rompiendo tablas salió el de Cayetano Muñoz, algo justo de fuerzas, al que comenzó la faena por alto antes de sacar a los medios al fijo toro al que ayudó llevándolo a media altura. Acudía desde muy largo el de Muñoz y seguía la muleta con empeño, lo que aprovechó Talavante para darle tres series de ligados y largos redondos. Fue a más el toro y los naturales fueron a media altura en corto y con exquisita suavidad. Faena muy medida y bien compuesta en medios finalizada ante el bravo y noble ejemplar de estocada en lo alto. Oreja.

El de Garcigrande, de poca cara y capa castaña, tomó el capote sin ganas y abriéndose en los lances. Cabeceó en el peto y Valentín Lujan le colocó dos buenos pares.

Repertorio variado

Mostró Talavante sus progresos en la variedad de su repertorio con la muleta al comenzar la faena con pases cambiados engarzados a dos molinetes y llegar hasta los medios.

Metía bien la vara en la muleta el de Garcigrande y el torero lo llevó muy lento sobre la derecha para cerrar la serie con arrucinas. No podía bajarle mucho la muleta so pena de que le perdiera las manos. Hubo un inmenso natural para cerrar una tanda de redondos. Se puso en terrenos de cercanías para interpreta naturales a compás abierto. Hermosos los cambios de mano en cadena si mover los pies un centímetro. Faena de tremenda variedad en su composición, finalizada de estocada recibiendo y descabello. Dos orejas.

Del hierro de Daniel Ruiz fue el cuarto, de feo remate y que tomó el capote sin estilo y punteando. Lo picaron muy bajo, estuvo descompuesto en banderillas y fue berreón. No humillo en la muleta y Talavante solo podía pasarlo por alto a base de esperarlo mucho y consentirle más de lo que merecía a pesar de lo cual le dio todas las facilidades, pero era toro sin clase. Faena breve que era lo indicado. Fue el único que marchó entero al desolladero, pero entre pitos.

Bien presentado, aunque de cortos pitones, el quinto, de Zalduendo, que tomó bien el capote que manejó con gusto Alejandro por verónicas cerradas con tijerillas. Picaron bien al toro que estuvo mucho tiempo en el peto. El quite en esta ocasión fue por serpentinas.

Comenzó la faena de muleta por estatuarios llevándolo por el izquierdo a media altura en muletazos largos, limpios y ligados. Las siguientes, mas en corto pero mandonas y de largo trazo final. Fue toro repetidor y fijo. Lo esperó luego para llevarlo en redondos y circulares de mucha extensión engarzando pases por de frente y detrás. Media estocada y oreja a toro de mejor comienzo que final.

El último de los anunciados era de Nuñez del Cuvillo, gacho, apretado de pitones y feo de cara. Topó en el capote. Lo picó bien Tulio Salguero. Al comienzo de faena se le coló de fea manera a Talavante por el derecho por lo que se cambió de pitón logrando una serie de mucho dominio. Probó de nuevo por el derecho y comprobó que le había corregido el defecto. El dominaba la situación llevándolo hasta donde quería tras la muleta. Había impuesto su ley y el toro iba entregado y sumiso tras la muleta con la lección aprendida ayudando a la profunda interpretación del toreo al natural. Se le premió con dos orejas.

Talavante regaló un séptimo toro con el hierro de Zalduendo que no figuraba en el orden de lidia facilitado ni figuraba en ningún sitio. Toro pobre de cara al que recibió con un farol, cosa poco habitual en Talavante, como tampoco lo es verlo banderillear como hizo en este toro con mejor ejecución que colocación para cerrar el tercio con un buen par al quiebro. Comenzó la faena con la muleta plegada en los medios. Se desplazaba mucho el toro a lo que unía su gran humillación lo que dio lugar a que el extremeño pudiera lucir todo su poderío, dominio, y temple con la muleta en las manos especialmente con la izquierda. Cargando la suerte y dominando terrenos, distancias y tiempos. Salió el temido grito de ¡no lo mates! Pero afortunadamente el toro les quitó la razón a todos ellos rajándose al final. Se libró por poco, pero lo arrastraron sin orejas ni rabo.

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