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CRISTINA NÚÑEZ
Jueves, 27 de octubre 2011, 04:09
Cuenta Monique Bastiaans (Jemappes, Bélgica, 1954) que el destino, ese gran tema, no es nada enorme ni misterioso, sino que son más bien las pequeñas cosas de la vida, las cotidianas, las alcanzables. Las que llegan. O a las que se llega. «Ha llegado a su destino», canturrea el navegador del coche cada vez que localiza las coordenadas introducidas. Como cuando Vostell llegó a los Barruecos o cuando ella misma arribó a España. Esa idea y ese título, 'Ha llegado a su destino', pivotan la exposición que se inauguró ayer por la tarde en el Museo Vostell-Malpartida y que podrá contemplarse hasta el mes de marzo.
Bastiaans mostró ayer por la mañana a HOY sus cinco instalaciones, que se integran en el espacio interior y exterior de este museo con magia, catedral del arte fluxus fundada por el artista alemán Wolf Vostell en 1976. «En realidad no hay un destino, el destino es ahora mismo», precisa Bastiaans, una carismática artista afincada en Valencia desde 1988. Cada uno de sus montajes aluden a conceptos acuñados por Vostell, al que esta creadora reverencia. Está feliz por exponer en este museo, que ha conocido palmo a palmo para este montaje. «Es todo un lujo, creo que estamos bebiendo todavía de la fuente de los artistas fluxus».
Una de las estancias está cuajada de plumas de gran tamaño que cuelgan del techo y flotan, haciendo alusión a uno de los conceptos del arte de Wolf Vostell, que habla del flotamiento o del batimiento. Se llama 'Y ellos entendieron'. 'Aspirar las brisas' son unos enormes ajos metálicos que producen, gracias a un motor, una particular vibración. De ese roce habló Vostell. Es, también, un homenaje al club del ajo que creó el artista alemán. Bastiaans une lazos con el maestro. «Vostell es un millón de veces más grande que yo, pero tal vez lo que tengamos en común es que jugamos para crear obras».
En el exterior hay dos obras que dialogan y se comunican. 'Cuántica para cuervos' son una especie de líquenes hechos con objetos de cocina que cubren una gran roca y que establecen «conversación» con unas delicadas sombrillas sonoras que componen la instalación 'Primavera viral'. Fuera hay una instalación más, 'Vida y vuelta', construida con un tubo y que da a entender lo que la vida es, un viaje y su retorno.
Monique Bastiaans cree en el arte como consuelo. «Quiero dar esperanza y mensajes positivos, hay momentos no muy fáciles y si quiero protestar, protesto en mi vida personal, pero mi arte quiero que sea positivo».
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