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ANTONIO ARMERO
Lunes, 12 de marzo 2012, 01:27
Ocho toneladas diarias durante dos semanas. Esa es la cantidad de basura que sacaron de El Conejar un grupo de voluntarios de ARBA (Asociación para la Recuperación de los Bosques Autóctonos) y miembros del EPPEX (Equipo Primeros Pobladores de Extremadura). Era septiembre del año 2010, y de lo que se trataba era de preparar el terreno para el trabajo de los arqueólogos.
Durante la última Semana Santa, estudiantes y expertos apoyaban sus rodillas en el suelo y lo exploraban con mimo, utilizando cepillos. El mismo suelo que pisaron los primeros cacereños. El mismo que hace doce años estaba repleto de huesos de vacas, restos de ovejas, cadáveres de perros, escombros de mil materiales y formas...
La compleja variedad de la inmundicia que salió de allí explica en gran modo la vida que ha llevado la cueva de El Conejar, que acaba de deparar una sorpresa tan grata como inesperada a Antoni Canals, paleontólogo de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y codirector del EPPEX. Llevaba un año buscando las piezas que encontró Ismael del Pan en el año 1917 cuando descubrió la gruta. Y tal como contó HOY el pasado viernes, han aparecido en el Museo de Ciencias Naturales con sede en Madrid.
Ese material, de escaso valor por sí mismo pero esencial a la hora de documentar la prehistoria de Cáceres y Extremadura, devuelve a El Conejar al menos una parte de su trascendencia histórica. «Más que una caverna, es El Conejar un socavón practicado a ras de suelo», escribía del Pan en el Boletín de la Real Sociedad Española de marzo del año 1917, recogido ahora en el blog titulado 'Geología de Extremadura'. Entonces, él ubicaba la cavidad «donde está situado el Hospicio, y a medio kilómetro de la ermita del Espíritu Santo», al pie «de una casita derruida, en un callejón formado por las tapias de dos cercas».
Hoy, El Conejar tiene una localización más sencilla (residencial Vistahermosa, calle Beethoven), pero no es mucho más conocida que entonces para el público en general. Hasta que Ismael del Pan la encontró durante una de sus «excursiones de carácter prehistórico por la provincial y alrededores de Cáceres», según detalla él mismo en la publicación ya referida, apenas había datos sobre la gruta. En un artículo publicado en HOY el 1 de julio del año 2000, Alonso J. Corrales Gaitán comenta que se interesaron por la cavidad don Tomás Santibáñez en el siglo XI y más tarde, Vicente Paredes Guillén (1840-1916).
Desde entonces y hasta el último tercio del siglo XX, apenas hay noticias sobre El Conejar. En la década de los años ochenta, se ocuparon de ella investigadores de la Universidad de Extremadura. Sus resultados permiten saber más sobre el sitio, que llama la atención del EPPEX, quien lo eligió para sus campañas de los años 2000 y 2001. En las siguientes, universitarios y expertos trabajaron en Maltravieso, y volvieron a El Conejar en el año 2010, tras una nueva campaña de limpieza. El lugar ninguneado durante décadas está ahora protegido por una valla metálica con puerta y cerrojo incluidos. Esa medida protectora ya la solicitó Izquierda Unida de Cáceres en el año 2006, respaldada por colectivos como Ecologistas en Acción, Sierra de la Mosca, Holísticos en Acción o Adenex, que presentar alegaciones al plan parcial que permitía el desarrollo del residencial Vistahermosa.
Del Pan encontró en El Conejar fragmentos de cerámica, puntas de flechas o huesos de animales. Y después, han aparecido allí pólenes, sílex, pulimentados... Material que ha permitido acercarse a los modos de vida de quienes poblaban Cáceres entre los años 33.000 antes de Cristo y 9.000 antes de Cristo, en la transición del Paleolítico superior al Neolítico.
Mucho más habría aparecido si no se hubiera construido un pozo que echó por tierra cualquier posibilidad de que aparecieran restos orgánicos. Y si la gruta no hubiera alternado durante años su función de escombrera ilegal, refugio para gente sin techo y cementerio de animales. Al menos ahora han aparecido piezas de aquellos años en los que Ismael del Pan escribió la primera línea de una parte fundamental de la historia de Cáceres.
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