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:: DANIEL VIDAL
Miércoles, 23 de mayo 2012, 02:03
Fue retirar la mano de la dama, su preciada dama, y empezar a maldecir. No se lo podía creer. Ni él, ni su contrincante, el campeón mundial Viswanathan Anand, ni los plumillas que aún tomaban posiciones libreta en mano, ni las decenas de personas que abarrotaban las vetustas butacas de la galería Tretiakov de Moscú, donde estos días se disputa la final del Mundial de Ajedrez. La mayúscula y a la vez inocente 'cagada' que Boris Gelfand acababa de cometer, un error de principiante, le ha valido un récord guinness: se ha convertido en el maestro que protagoniza la partida más corta en la historia de este torneo.
Según las matemáticas, después del cuarto movimiento hay más de 288 billones de combinaciones posibles. Gelfand eligió la peor en la jugada número 14, cuando la estadística se multiplica hasta el infinito y el tiempo total de juego -solo habían transcurrido dos horas- supone una nimiedad. En la serie final, cada una de las 12 partidas que acaban decidiendo el mejor jugador del planeta puede tener más de 200 lances. Nikolic y Arsovic llegaron a los 269 en Belgrado, en 1989, y acabaron en tablas. Pero muchos recuerdan todavía la cruenta batalla psicológica que libraron Anatoly Karpov y Viktor Korchnoi en 1978, con Guerra Fría, mentalistas y gafas de sol de por medio, que acabó con un 'rebote' memorable de Korchnoi, y cuyo veredicto, a favor de Karpov, se decidió... ¡tres años después!
La octava partida entre el aspirante al cetro mundial, el israelí Boris Gelfand , y el campeón absoluto desde 2007, el indio Anand -que vive intensamente su ciudadanía española desde que hace unos años fijara su residencia en Collado Mediano, a solo unos kilómetros de Madrid- no tuvo tanto misterio. La metedura de pata que Gelfand cometió este lunes fue rápida, clara y decisiva para que 'Vishy', como se le conoce cariñosamente al maestro indio, recuperara el terreno perdido en la partida anterior e igualara la final, que se le había puesto en contra. Gelfand, que jugaba con las negras, desestimó la opción más lógica, la del caballo que también esperaba Anand, y se obcecó casi de forma suicida con una torre, sin ver que tres jugadas más tarde su dama quedaría encerrada. Y la partida decidida. El propio Viswanathan Anand lo reconocía después de levantarse de la mesa: «la clave de mi victoria fue su error». La jugada circula ya en internet como uno de los peores movimientos realizados por un maestro ajedrecista en un mundial. Triste título para uno de los mejores jugadores de los últimos años, que pese a todo siempre estuvo por detrás de los dos grandes iconos del escaque: Karpov y Kasparov, a los que nunca logró dar el jaque mate definitivo y alzarse con la corona de rey del ajedrez. 'Vishy', como Gelfand, les ganó alguna partida, pero tampoco logró desbancarles del podio mundial.
«Sin agallas no hay gloria»
Con el marcador global 4-3 a su favor, el aspirante desaprovechó una oportunidad de oro para dar la puntilla a su duro contrincante, al que no ganaba en el tablero desde hacía 19 años. Y aunque la partida estaba perdida, muchos creen que podía haber aguantado un poco más, pero el maestro israelí no quiso prolongar la agonía y en la jugada 17 se dio por vencido. Expertos como Susan Polgar estiman que Gelfand arriesgó demasiado en su camino hacia la victoria: «Algunas veces tienes solo una oportunidad en la vida de conseguir el gran premio. Entonces, debes dar el 150% de ti mismo para luchar duro en cada una de las partidas, sin temer la derrota. Sin agallas no hay gloria. Cree en ti mismo. Consíguelo o vuelve a casa». Mark Crowther ('The Week in Chess'), por su parte, se preguntaba si Gelfand podría haber intentado liquidar el duelo al percibir alguna debilidad en Anand, quien buscó una partida más táctica que las anteriores, tremendamente igualadas. Mientras los críticos especulaban sobre las causas de tamaño error, Gelfand se dejó de excusas y zanjó la cuestión con la mayor sinceridad posible: «Simplemente, calculé mal». Nadie sabe si a la explicación se sumaron varios cabezazos contra la pared.
Los dos adversarios afrontan a partir de hoy los últimos combates, en los que Gelfand y Anand planificarán como tumbar al rey y, de paso, hacerse con la bolsa de 2,55 millones de dólares que se esconde tras las casillas blancas y negras. En caso de acabar en empate, deberán enfrentarse en una muerte súbita conocida como 'Armagedón'.
El gran maestro Stuart Conquest intentó animar a Gelfand ayer, en plena jornada de descanso, antes de que volviera a salir al 'ruedo': «Sal, ve alguna película, prueba un restaurante distinto, cambia tu rutina. ¡Y, por supuesto, nada de ajedrez!».
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