Tres pacenses en la histórica cita del BM Villa de Aranda

A 674 kilómetros de Badajoz, un club de División de Honor encara su cita más histórica: el asalto al ascenso a Asobal. El BM Villa de Aranda guarda un estrecho vínculo con la ciudad pacense. Y es que tres de los miembros del plantel son de Badajoz, los hermanos Garza -Hugo y Álex- y Julián Rasero. Los tres fueron parte del presumible ambicioso proyecto del Escubal, antiguo Pines y esta campaña han ayudado a crecer al cuadro de Aranda del Duero.

Lo tenían muy complicado, y más partiendo como cuarto clasificado. Debían hacer dos partidos casi perfectos para no despertar del sueño.

En el primero de ellos se medían al Adelma Sinfin al que derrotaron por 23-21. Hoy tienen la prueba definitiva enfrentándose al Frigoríficos Morrazo Cangas, que doblegó en la otra semifinal al Gijón (21-20). Objetivo cumplido o no, la temporada es un éxito para el cuadro catellanoleonés.

En una tierra con poca tradición balonmanística, es imposible que en el pasado tres extremeños pelearan juntos por la liga nacional de mayor caché. «Ha sido una enorme casualidad. Nadie se hubiera esperado que tres pacenses estén peleando por entrar en Asobal. En realidad nadie esperaba que nuestro equipo, que está hecho a base de sacrificio más que de talonario, estuviera en esta fase», comenta Álex Garza.

Hugo, Álex y Rasero tienen su propia piña dentro de otra más amplia que engloba al vestuario. «Los dos hermanos vivimos juntos y mantenemos una gran relación con Julián. Tenemos nuestra propia jerga. Como esto es un pueblo, el equipo hace muchas cosas juntos: cenar, playstation, etc.», continúa el pivote. Su salida del Escubal fue algo traumática. De hecho, aún le deben tres meses de sueldo, aunque más que el dinero, lo que le molesta es la decepción. «Estuve allí cinco años en los que lo dí todo. Me duele que no me pagaran con la misma moneda. El trato final no fue bueno», se lamenta.

El pivote Julián Rasero, también nacido en Badajoz, lleva más temporadas en Aranda. El extremo y lateral izquierdo Hugo, junto a su hermano, solo esta campaña. Aseguran que allí no pasan tantos apuros económicos e incógnitas de futuro como las que padece Escubal. «Hemos tenido algún atraso, pero no tiene comparación. Nos duele mucho lo que está ocurriendo en Badajoz, porque lo dimos todo por el balonmano de la ciudad y es una pena que existan tantos problemas en un proyecto que era muy bonito».