Histórico ascenso del Arroyo

La localidad de Arroyo de la Luz vivió ayer uno de los días más felices de su historia. Su equipo logró por primera vez el ascenso a la categoría de bronce del fútbol nacional y completará el póquer de equipos extremeños en Segunda B. La alegría se desató en el Municipal arroyano que se volcó con su club, acompañándolo en masa en las gradas, que tuvieron un gran colorido y ambiente.

Desde primera hora de la mañana se transmitía esa ilusión por todos los rincones de Arroyo, una ilusión que, allá por el verano, no era más que eso y, que ayer, se transformó en una realidad.

La proeza no estuvo exenta de sufrimiento, incertidumbre, tensión, nerviosismo y suspense, que se vivió hasta el pitido final. La renta de la ida fue suficiente, a pesar del gol de penalti del Ejea, por mediación de Gallego, al principio de la segunda mitad, que creaba cierto desasosiego entre los aficionados que, no obstante, apoyaron a los suyos sin descanso. Objetivo cumplido para un Arroyo que ya se quedó la temporada pasada con la miel en los labios. El Ejea tendrá que jugarse el ascenso en la repesca.

No fue un camino de rosas para los arroyanos, a pesar de la ventaja cosechada en tierras aragonesas. El Ejea no estaba por la labor de participar en la fiesta, y desde el primer minuto del encuentro enseñó los dientes y dejó bien claro por qué fue campeón de su grupo.

Los primeros compases del partido fueron de tanteo, ya que ninguno de los dos equipos quería encajar un gol que acabara convirtiéndose en una losa. Sin embargo, en el minuto 20 de la primera mitad, el Arroyo pudo adelantarse por medio del delantero gaditano Pablo Valencia, que mandó a la base del poste un gran balón servido por Carlitos.

Más ocasiones de inicio

En la primera media hora de partido el conjunto cacereño era mejor, tenía más ocasiones, aunque la posesión, infructuosa, era propiedad del conjunto zaragozano de Ejea. La oportunidad más clara de esta primera mitad para los visitantes fue un disparo lejano de Gallego que obligó al meta local Álex (que finalmente salió como titular en detrimento de José Fuentes) a estirarse para despejar a córner.

Al filo del descanso llegó la jugada polémica, y es que el árbitro anuló un gol a Pablo Valencia por un más que dudoso fuera de juego. Podía haber sido el tanto de la tranquilidad para los locales.

Con tablas se fueron ambos equipos al vestuario, y tras reanudación, la dinámica no cambió, aunque bien es cierto que la SD Ejea se echó a arriba en busca del gol que le espolease y le diera alas para hacer la machada de remontar la eliminatoria en Arroyo de la Luz.

En el minuto 62 de encuentro llegaría el gol que sembraba dudas en la parroquia local. Gallego transformó un penalti que el colegiado andaluz Calzada Morales no dudó en señalar.

A la desesperada

A partir de ese momento el conjunto zaragozano se dedicó a atacar con más corazón que cabeza, ante un Arroyo que acusaba los nervios por momentos. El Ejea tuvo en su mano certificar la remontada, fue en un remate de media distancia por mediación de Gracia Peña, que superó a Álex pero se topó con el larguero que escupió el balón lejos de los dominios de la zaga arroyana. Ahí estuvo la clave.

El equipo extremeño estuvo errático de cara a la portería rival, con un Toni desacertado, impreciso y poco participativo. Finalmente Juan Marrero decidió sentar en el banquillo al máximo artillero del grupo extremeño para fortalecer la línea defensiva y perder algo de tiempo, dando entrada a Javi Chino.

Los deslavazados y anárquicos acercamientos finales del Ejea a modo de estertores definitivos encogían los corazones de los locales y mantenían en vilo a su afición, que esperaba el pitido final con ansiedad. El césped del Municipal se plagó de banderas azul y blancas y el júbilo y la euforia se desataron con una invasión de campo en busca de los héroes del ascenso.

El técnico Juan Marrero y el presidente, Juan Bermejo, fueron manteados y aclamados por jugadores y afición, en una tarde que pasará a la historia de este club, que a la tercera consiguió su sueño.