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ANTONIO ARMERO
Martes, 12 de junio 2012, 02:29
La economía extremeña recibió ayer una colleja y una palmada en la espalda. Tanto la de cal como la de arena se las dio la Fundación Caja de Extremadura, en forma de boletín de coyuntura económica. Esa radiografía que elaboran cada tres meses los expertos de la Universidad de Extremadura y la empresa Analistas Financieros Internacionales viene a decirle a la región que su evolución en el último año ha sido nefasta, pero que en lo que resta de aquí a diciembre va a mejorar hasta el punto de superar a papá Estado.
La temperatura de la economía se toma habitualmente con el PIB. Y el producto interior bruto de Extremadura al cierre del primer trimestre del año en curso bajó un 1,9%, frente al 0,4% de descenso registrado en el conjunto de España. O sea, que el PIB extremeño cayó en el último año casi cinco veces más que el nacional. En concreto, 4,75. «La caída interanual del PIB extremeño en el primer trimestre de 2012 en un 1,9% tan sólo tiene parangón con las registradas en el peor momento de la crisis, en el año 2009», valora el boletín que la Fundación presentó ayer en Cáceres.
La explicación a este desplome está en el comportamiento de los dos pilares de la economía regional: la construcción y los servicios. El primero vive «un declive profundo», hasta el punto de que «se mantiene en niveles equiparables a los observados en los peores momentos de la crisis (2009)», especifican los autores, que aprecian otros síntomas preocupantes en la mala salud de la economía extremeña. «Los depósitos en entidades financieras han bajado un tres por ciento, algo que no sucedía desde el año 2005, y la tasa de impago de efectos comerciales, que tomamos como referencia para aproximarnos a la morosidad, ha aumentado más que la media nacional», desgranó ayer María Romero, de Analistas Financieros Internacionales.
Esta visión está también en la calle, según el boletín de coyuntura económica. En su resumen de situación de la región, asegura que «la opinión de los empresarios extremeños sobre la situación y las perspectivas económicas de la región y la empresa no puede ser más negativa».
Sin embargo, también hay un espacio en el estudio para las conclusiones positivas. La principal es el buen comportamiento de la agricultura, la ganadería, el turismo (con las pernoctaciones creciendo un diez por ciento), la industria agroalimentaria y la semimanufacturera (materiales no ferrosos, acero, productos químicos, industria del papel y cerámicas y similares). Todos ellos han evolucionado en tasa interanual mejor que la media nacional. El problema es que su peso en la economía regional es pequeño, muy inferior al de construcción y servicios. Esto es, de poco vale que caminen con buen pie los pequeños cuando los grandes siguen en caída libre.
«Hay dos lecciones que Extremadura debe sacar a partir de estos datos», aconsejó ayer José Antonio Herce, socio de Analistas Financieros Internacionales. «Hay sectores que están funcionando no ya bien, sino muy bien, como son la industria agroalimentaria y la de las semimanufacturas, que además son cada vez más sofisticadas; aunque van muy bien, pesan muy poco, por lo que hay que ingeniárselas para que pesen más, y lo mismo para el turismo internacional, que ahora tiene un peso casi insignificante».
La otra alegría la dan las exportaciones, «el único dato positivo de la economía regional», apunta el estudio. «Las exportaciones baten récords mes tras mes, aunque todavía el peso de ellas sobre el PIB regional está muy alejado de la media nacional». En el análisis de Hernández Herce, son destacables las buenas cifras exportadoras «a pesar del panorama económico que hay todavía en la Unión Europea, que es nuestro principal mercado, y a pesar de cómo están las cosas en Portugal y de que en Alemania no están todavía demasiado bien, que son dos los países de referencia para Extremadura».
El informe que la Fundación Caja de Extremadura presentó ayer incluye previsiones. Y aquí es donde la región recibe la palmada en la espalda. El boletín vaticina que en lo que queda de año, la economía regional se comportará mejor que la nacional, especialmente en el último trimestre. El PIB seguirá en números rojos, pero menos que a escala nacional.
Los expertos vaticinan que Extremadura registrará caídas en su PIB interanual del 1,6$, 2,0% y 0,8% en los tres próximos trimestres, mientras que el de España descenderá en esos mismos periodos un 1,4%, 2,7% y 3,5%, respectivamente. «En algunos sectores -explicó ayer Antonio Jurado, profesor de la Universidad de Extremadura-, la bajada a finales del año 2011 fue tan grande que es difícil seguir cayendo con tanta intensidad». «En la construcción -detalló- estamos descendiendo a un ritmo del seis por ciento anual, y pensamos que la caída podría suavizarse hasta el 3,5% o 4% en el último trimestre de este año».
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