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El periodista Javier Solano en Pamplona. :: JAVIER BERGASA
«El encierro era antes la manera en Pamplona de pasar de niño a adulto»
TOROS

«El encierro era antes la manera en Pamplona de pasar de niño a adulto»

Javier Solano PeriodistaCada mañana, las redes sociales se llenan de mensajes pidiendo el regreso del que fue la voz de los sanfermines en televisión española durante 22 años

ESTEFANÍA ZARALLO

Miércoles, 11 de julio 2012, 12:15

Ha sido durante 22 años la voz de los encierros de San Fermín de Televisión Española. Javier Solano es una de las personas que mejor conoce las fiestas de Pamplona. Periodista de profesión, comenzó a correr con tan solo 15 años, junto a su padre y su hermano, y estuvo haciéndolo hasta que cumplió los 30, cuando la cadena nacional en la que trabaja le ofreció retransmitir los encierros.

Cambió el periódico enrollado por las mañanas por el micrófono e ilustró con sus conocimientos a cientos de aficionados que ahora le echan de menos y le recuerdan cada mañana. Por desavenencias con la cadena, dejó las retransmisiones en 2009, pero no se ha desligado de los encierros. Tiene cinco libros publicados sobre ellos, imparte conferencias por todo el país y los comenta cada día en una tertulia de un hotel de Pamplona. Es la persona indicada para acercar esta fiesta a cualquier profano en la materia.

-¿Cómo analiza los cuatro encierros de este año?

-Muy bien, en cuatro días solo hay cuatro heridos por asta de toro. Normalmente después de ocho carreras suele haber entre seis y ocho, así que este año estamos dentro de la media. Los encierros están siendo limpios y cada vez duran menos, cuando no hay toros sueltos y la manada corre agrupada, la media es de dos minutos y medio. Hace 20 años en ese mismo recorrido tardaban un minuto más.

-¿A qué se debe esa reducción?

-Los toros corren en el campo varias veces por semana y vienen como verdaderos atletas. Los ganaderos crían a los morlacos para la lidia pero son conscientes de que en Pamplona hay un preludio que tiene más repercusión mediática incluso que la corrida: el encierro. El ganadero siente una necesidad imperiosa de que los toros queden bien por la mañana y de ahí que corran.

-¿Es peligroso para los mozos la velocidad de los toros?

-Lo más peligroso es que se queden algunos retrasados. Antes era habitual que durante el recorrido se cansasen y se volviesen pero ahora es más complicado porque van todos en manada y en esos encierros rápidos hay menos cornadas.

-Podría decirse que al ir rápido no se fijan en los corredores.

-Un toro metido en una carrera veloz no cornea, sino retira obstáculos a su paso. Si, por el contrario, va parándose y andando, los individualiza a cada uno de los mozos y puede ir a por ellos al desarrollar su agresividad porque se siente amenazado al encontrarse en un ambiente hostil.

-¿Están masificados los encierros?

-No, más o menos están las mismas personas y eso no supone un peligro extra, al contrario. Los toros, al tener más luz y ver con una mayor claridad, pueden arrancarse con más frecuencia. De la otra manera es casi como correr a ciegas.

-¿En qué debe fijarse un espectador que disfruta de los encierros?

-El espectador percibe sorpresa al ver a toros de lidia a cortísima distancia con gente jugándose la vida delante de ellos por el reto personal de enfrentarse a un animal que te puede matar en cualquier momento. Eso es lo que mueve a la gente a correr el encierro y a participar. Esto no es un 'sálvese quien pueda' sino una lucha entre corredores por acercarse y ponerse en primera fila. Lo que capta el espectador es un grupo de personas con el objetivo de ponerse lo más cerca posible de la muerte.

-El corredor debe ser anónimo, ¿no es así?

-En mi opinión sí. La mayoría lo son, apenas hay doce corredores a los que se conoce pero en los últimos años algunos comienzan a llevar prendas identificativas para que se les vea entre una masa que debería vestir de blanco. Esa indumentaria es para que te vean los vecinos, la novia y los del pueblo, pero lo ideal es que sea anónimo.

-Tampoco se debe tocar a los toros en la carrera.

-En principio está prohibido porque en ocasiones, cuando el toro va más lento, puede hacer que se distraiga y se vuelva. Bien es cierto que durante la carrera ni notan la mano en el lomo, pero si está solo y perdido de sus compañeros puede resultar peligroso. Aparte de ser feo no tiene sentido abrazarte al toro como si fuese la novia.

-El comportamiento del toro en el encierro no tiene nada que ver con su actuación en la plaza...

-En general los toros se comportan de una forma muy distinta en la calle y en la plaza. En los encierros van en grupo, guiados por los cabestros y conducidos por los pastores. En la plaza están en un lugar cerrado y eso hace que comiencen a defenderse.

-¿Cómo han cambiado los encierros en los últimos años?

-Hay el doble de gente que cuando yo comencé, en 1973 y eso hace que sea más incómodo porque antes veías el toro a 20 metros y hoy no lo ves hasta que no está a dos metros. Se han acortado las distancias y se corre más cerca que nunca y hace falta ser un gran deportista porque van muy rápidos.

-Mozos de toda España van a correr a Pamplona...

-Cada vez más. El encierro de Pamplona ahora es el encierro en Pamplona. La ciudad se ha convertido en el escenario y hay más gente de fuera que de dentro. Es casi imposible encontrar a un chico joven que corra. En nuestros tiempos era una reválida de virilidad, la manera pamplonesa de pasar de niño a hombre.

-Fue la voz de los encierros en televisión española durante 22 años y los aficionados le echan de menos. Cada mañana, twitter se llena de hashtag con #quevuelvaJavierSolano.

-No estoy en las redes sociales, pero me lo han comentado y mucha gente me para por la calle para decírmelo. Es el único buen recuerdo que me llevo de esta situación. A la gente le gustaba como lo hacía y no le gusta cómo se hace ahora. En 2007 se impuso un nuevo estilo. Se ha cambiado por completo la forma de narrar los contenidos, se ha empezado a banalizar algo que es muy serio. Soy contrario de convertir algo serio, en lo que hay gente que se juega la vida, en un magacín. Mi batalla ha sido dar rigor y seriedad a los encierros, que no aburrimiento. O mucho cambian las cosas o va a ser muy difícil que vuelva a retransmitir los encierros.

-¿Le gustaría?

-Sí, es la parte de mi trabajo que más me gusta de todo el año pero hay determinadas cosas por las que no voy a pasar. A lo largo de una retransmisión puedes contar cantidad de cosas que la enriquezcan y le den valor. No consiste en decir lo que ya se ve, sino por qué pasa lo que se ve. Para hacer eso tienes que dominar el tema, hay que partir de alguien que controle muy bien este tema y que sea capaz de mantener el ritmo televisivo. Pero que quede claro que la televisión no ha prescindido de Javier Solano, soy yo el que ha prescindido de ellos. Si me pliego a sus condiciones seguiría hasta el 2050.

-Lo dudo.

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