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PILAR ARMERO
Martes, 24 de julio 2012, 02:18
La comarca cacereña de Las Hurdes ha vuelto a ser pasto de las llamas, el triste escenario con el que un verano más el fuego se ha cebado para inaugurar la fatal temporada de incendios.
Todo comenzó pasadas las diez de la mañana de ayer en el término municipal de Cambroncino, en un paraje conocido como 'Los pajaritos' situado al este de la comarca. Desde este punto el fuego se fue extendiendo por la mañana hacia Cambrón, al oeste y por la tarde al Cerezal, en el norte, abriendo unos tres kilómetros de frente activo que no dieron respiro en toda la jornada al personal encargado de sofocarlo.
Acudieron profesionales del plan regional Infoex y forestales de otras comunidades autónomas, además de equipos del Ministerio de Medio Ambiente y del Ejército, que durante toda la jornada se afanaron en controlarlo. Hubo presencia también de bomberos del Sepei, desplazados desde parques como el de Plasencia y Coria.
Al cierre de esta edición el Infoex consideraba que el fuego estaba estabilizado y anunciaba que habría personal trabajando durante la madrugada en tareas de extinción y refresco. Preocupaban especialmente los frentes de Cambrón, cuyos 40 vecinos fueron desalojados a media mañana y el también abierto en El Cerezal, donde se encuentra el paraje natural protegido del Valle de los Tejos, uno de los escasos espacios ricos en esta especie arbórea que quedan en España. Sin embargo la previsión era optimista, según la Junta, desde donde se preveía que la situación no se descontrolase durante la noche.
El efecto del humo fue lo que obligó a evacuar a los vecinos de la alquería de Cambrón, que se repartieron entre casas de familiares en otras localidades hurdanas y la residencia de estudiantes de Caminomorisco, quedando cortada la carretera que lleva al pueblo desde la EX-204 que atraviesa la comarca. Fue uno de los puntos en los que se reforzó la vigilancia, igual que en Cambroncino, donde se estableció el Mando Único del Infoex y en la cooperativa de aceitunas de Caminomorisco, desde donde se ejerció la base de coordinación de Infoex, Guardia Civil, 112 y Cruz Roja.
El incendio fue calificado de Nivel 2 a media mañana, por el riesgo que presentaba para la población y eso fue lo que obligó a desalojar Cambrón y, también, a pedir refuerzos estatales para extinguirlo.
De esta manera, a lo largo de la jornada fueron necesarios 22 helicópteros: seis del Plan Infoex; uno de Castilla-León; seis más de las Brigadas de Refuerzo de Incendios, con base en Pinofranqueado, Soria y Toledo; dos bombarderos Kamov; cinco del Ministerio de Medio Ambiente y dos de coordinación.
En cuanto a los efectivos terrestres extremeños, reforzados por medios de Toledo y Salamanca, fueron seis retenes y seis bulldozer del Infoex, nueve autobombas y un camión nodriza.
La Unidad Militar de Emergencias desplazó hasta 55 efectivos, seis vehículos autobomba y dos camiones nodriza llegados desde Torrejón de Ardoz, que se preveía relevar a medianoche con nuevos refuerzos. Se da la circunstancia de que precisamente ayer algunos miembros de este equipo habían acudido a la zona para realizar unas prácticas, que al final se convirtieron en una realidad a la que tuvieron que hacer frente.
A media tarde se decidió además remitir más medios terrestres del Infoex, que tuvieron que salvar la gran distancia que separan sus bases en la provincia de Badajoz y Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales de Soria. Personal necesario para actuar por tierra porque al caer la noche los medios aéreos quedan inoperativos.
A falta de confirmación oficial, la extensión quemada está entre las 600 y 700 hectáreas, según señaló el alcalde de Caminomorisco, Gervasio Martín. Se trata fundamentalmente de pinar y lindan con las que han ido ardiendo en los anteriores incendios de los veranos de 2007 y 2009.
A falta de un informe oficial que determine el origen de este último, Martín, que además es bombero, aseguraba tener claro que se trataba de un fuego intencionado.
«No hay ninguna duda, igual que en los anteriores aunque nunca se haya conseguido demostrar. Ha empezado en una zona de huertas y tenía dos focos», señalaba el primer edil hurdano, que se lamentaba que en la comarca cada vez están más acostumbrados «a este tipo de desastres, que solamente son capaces de provocar mentes enfermas que sienten placer observando lo que han hecho», dijo.
La columna de humo que dibujó el fuego era visible desde poblaciones como Plasencia, a 60 kilómetros y también desde las salmantinas de Béjar y Ciudad Rodrigo, según recogió la prensa de Castilla-León. Hasta otras localidades más próximas, tanto de las provincias de Cáceres como de la de Salamanca, llegó incluso el rastro de las llamas con la forma de una nube, que borró incluso la silueta montañosa del norte cacereño.
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