Paseo sobre el papel

Igual que el 221B de Baker Street, donde vivía Sherlock Holmes, no existe, pero podría haber existido -y por ello Londres se lo ha inventado, y lo ha plantado en su corazón-, en España abundan los escenarios y los héroes de ficción, en cuya compañía se puede deambular por las calles que, sobre el papel al menos, conocieron.

A Cataluña, por ejemplo, se le puede sacar la textura empezando por el barrio del Guinardó, en Barcelona, tan trillado por Juan Marsé. Tampoco se quedan fuera Eduardo Mendoza, ni George Orwell. Todas están organizadas y listadas por la Generalitat (gencat.cat), preparadas para sacar al paseante de los confines de la capital. Sea de la mano del genio Josep Pla o de las penumbras que recorrieron los 'Soldados de Salamina' de Javier Cercas -que acaricia la Costa Brava y llega a los Pirineos-. Y no podía faltar, claro, el Quijote.

Este es, ya en su escenario original, en La Mancha, el atractivo de este tipo más universal e indiscutible. No en vano, es el propio Gobierno regional (jccm.es) el que permite preparar y organizar la ruta quijotesca por excelencia desde el sillón de casa, casi como si del Camino de Santiago se tratase: 10 tramos, 2.500 kilómetros y 148 municipios participan. Allí mismo, además de rutas de castillos, también hay una curiosa ruta cinematográfica, basada en la obra de Almodóvar.

En Madrid, finalmente, el Ayuntamiento organiza algunas visitas guiadas literarias puntualmente, pero el portal Carpetania Madrid, por ejemplo, también tiene su propio arsenal: los 'madriles' de Cervantes, Lope de Vega, Valle-Inclán, Quevedo o Galdós; pero también de Sabina, del capitán Alatriste creado por Arturo Pérez Reverte o de 'El rey pasmado' de Torrente Ballester. Un libro en una mano, y un cuaderno en la otra: son paseos sobre el papel.