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A. P. A.
Domingo, 12 de agosto 2012, 11:55
Cómo vivir rodeados de maleza. A esto es a lo que se han tenido que acostumbrar los vecinos del barrio de La Luneta, donde aseguran que desde que la Junta de Extremadura les entregó sus viviendas sociales hace más de veinte años nadie ha vuelto a preocuparse por ellos. Pepi lleva viviendo en la zona conocida como las '200 viviendas' desde 1986. Tal y como recuerda, tan solo hubo césped en el jardín que se encuentra a unos metros de su casa durante los dos primeros años. «Al principio hasta parecía bonito, ahora lo único que hay es suciedad, hierbajos».
«La maleza se ha apoderado del barrio», añade Manuela, su vecina. Junto a ella también reside su familia: Paco, Rocío, Rosa María y Miguel. Ellos son los encargados de adecentar las entradas de las viviendas en la medida de lo posible para evitar fuegos y tratar de que los «bichos» no se cuelen en sus casas. «Si no lo hacemos nosotros, nadie va a venir a hacerlo», señala Paco.
Hacer un recorrido por las calles de la Lamprea, el Bordallo, la Sabaleta o cualquiera de las colindantes evidencia sus críticas. Donde algún día hubo césped, actualmente sólo pueden verse restos de malas hierbas, excrementos de animales e incluso algún mueble abandonado desde hace meses, cuentan sus vecinos.
Todo esto, según explican, conlleva que las ratas, culebras y cucarachas paseen a sus anchas entre sus calles. «Sentarse en la puerta una noche implica ver cómo una rata, de dimensiones tremendas, cruza la carretera con total tranquilidad», detalla Manuela. «El otro día, sin ir más lejos, una culebra entró en mi casa y se comió a mis pájaros. Es increíble», añade Pepi.
Pero a estos vecinos lo que más les preocupa es la salud de sus hijos y nietos. En este barrio son numerosos los pequeños que corretean y juegan entre las malezas. «Mi nieto se cortó ayer jugando. Son niños y pueden tocar cualquier cosa, se pueden contagiar de algo cuando menos lo esperemos», explica Pepi.
Sus quejas ya han llegado en numerosas ocasiones a las administraciones, tanto la regional como la local. «Las casas son de la Junta, pero nunca nos han preguntado si todo estaba bien. Que por supuesto no lo está, porque casi todos hemos tenido que hacer arreglos por el mal estado de estas. Sólo se preocupan de que paguemos», añade esta vecina. Además, aseguran que también han trasmitido en numerosas ocasiones su malestar al Ayuntamiento de Badajoz por la dejadez en la que se ven envueltos, «pero entre unos y otros, seguimos igual», critica la familia de Manuela.
«Alcantarillas atascadas, tuberías destrozadas y limpiezas esporádicas. Es lo que nos ofrecen a pesar de que pagamos nuestros impuestos. Si fuésemos otro barrio, como Valdepasillas, seguro que esto no pasaba», añaden.
Y es que su mayor crítica es que las propias administraciones sean las que los marginen del resto de la población. «Somos gente honrada, trabajadora, como todos. Pero las administraciones suponen que somos los marginados, y eso es lo que hacen, marginarnos», lamentan.
Por estos motivos, los residentes de la zona exigen que se les escuche y que se les adecente el barrio equiparándolo a cualquier otro. «No queremos grandes jardines, lo que queremos es vivir sin suciedad».
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