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PILAR ARMERO
Jueves, 16 de agosto 2012, 10:43
Como no llueva en lo que queda de agosto va a haber localidades en las que no habrá más remedio que empezar a restringir el uso de agua entre los vecinos. Lo advierten alcaldes del norte extremeño, que en algunos casos ya están viendo como el suministro empieza a fallar.
El problema tiene un triple origen. Por una parte, se apunta el aumento de la población que se produce en verano y que hace crecer la demanda. Por otra, la antigüedad de algunas conducciones que han quedado obsoletas y reclaman a gritos una puesta a punto, mientras que una tercera causa se achaca a la sequía que ha mermado los embalses que abastecen a las poblaciones. Hay circunstancias especiales, como ocurre en el caso de Piornal, Sierra de Gata o Las Hurdes, en las que se hace referencia a la rebaja en el volumen de agua almacenada que se ha producido al tener que ser utilizada para sofocar alguno de los incendios de este verano.
El caso es que el problema preocupa a estas alturas de un estío en el que apenas ha llovido, igual que ocurrió en las estaciones precedentes. Por eso en Hurdes ya han previsto que esta misma semana habrá que hacer llegar agua a Arrolobos, una alquería con 70 vecinos a la que se surtirá desde la localidad de Nuñomoral a través de unas tuberías dispuestas para este fin desde hace una decena de años; se trata de una conducción en la que se decidió invertir como medida preventiva, ya que es raro el verano en que no hay que proceder a esta operación.
«En Riomalo también ha habido ya algún corte puntual porque la población se cuadruplica en estos meses y también suele haber problemas», añade Gervasio Martín, alcalde de Caminomorisco.
Desde Sierra de Gata el primer edil de Villasbuenas, Luis Mariano Martín, apunta que están especialmente pendientes del nivel de sus balsas y que como no llueva en estos días, se pondrán a temblar. Hay localidades de esta comarca, como San Martín de Trevejo, en la que los responsables municipales están muy pendientes del nivel de la depuradora.
Cisternas, la última opción
En Piornal ocurre más de lo mismo. Hay momentos del día en que cuando los vecinos van a abrir el grifo se encuentran con un hilo ridículo que no les deja ni lavar ni ducharse y otras veces con que no sale nada, algo que su alcalde, Ernesto Agudiez, achaca al aumento del consumo.
«Todos los años tenemos problemas en verano a diario. Crece la población y tenemos menos agua disponible. Como no llueva en 15, 20 ó 25 días no tendremos otra opción que recurrir a los camiones cisterna, después de que estamos teniendo restricciones de un par de horas al día, sobre todo en la parte alta del pueblo».
En la mente de más de uno se da vueltas en estos momentos a esa posibilidad de tener que recurrir a vehículos cargados de agua potable, que desde los municipios se reclaman a las instituciones, a la Junta de Extremadura o a las diputaciones. Desde la de Badajoz, cuyos técnicos aseguran que de momento no hay problema en los pueblos que gestionan en la provincia, se explica que se trata de la salida más extrema, cuando ya se han aplicado restricciones horarias.
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