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El precio de apagar un incendio forestal
REGIONAL

El precio de apagar un incendio forestal

Los costes de extinción, que las administraciones reclaman judicialmente siempre que se procesa al presunto autor, suelen ser muy elevados Una hora de vuelo del Kamov, el helicóptero que más agua puede descargar, vale más de 3.300 euros

ANTONIO ARMERO

Domingo, 19 de agosto 2012, 15:33

Helicópteros e hidroaviones descargando líquido. Bomberos forestales moviéndose sobre el terreno para hacer frente a las llamas. Camiones autobomba, vehículos nodriza y ligeros, máquinas para abrir cortafuegos, góndolas para transportar bulldozers... La cantidad de medios humanos y materiales que pueden movilizarse ante un incendio forestal es larga y variada. Y desde luego, no sale gratis.

Valgan para hacerse una idea dos ejemplos. La salida de una cuadrilla con un vehículo ligero durante una hora cuesta 287, 84 euros. Y sesenta minutos de vuelo del Kamov, el helicóptero con mayor capacidad de descarga de agua, superan los 3.300 euros, según los datos facilitados por la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía de Extremadura.

Algunos precedentes

En líneas generales, toda esa serie de gastos constituyen los costes de extinción, un concepto clave no sólo desde el punto de vista operativo y económico, sino también desde el judicial. Porque todas las administraciones los reclaman en los contados casos en que se detiene al presunto incendiario y se le somete a un proceso judicial.

El pasado mes de junio, el Juzgado de lo Penal número 2 de Cáceres emitió sentencia condenatoria contra los cuatro trabajadores acusados de provocar con su actitud negligente el incendio que se llevó por delante en julio del año 2006 casi dos mil hectáreas en la sierra de Cañaveral. Los obreros ultimaban los trabajos para que pudiera inaugurarse el tramo de la autovía A-66 entre Cañaveral e Hinojal, y la chispa inicial saltó mientras soldaban una bionda.

En el proceso, la Junta de Extremadura pidió que le pagaran el dinero que costó apagar ese incendio, que obligó a movilizar a 255 personas, 20 vehículos ligeros, 22 camiones, dos bulldozers, once helicópteros y dos hidroaviones. En total, 167.755 euros.

Sin embargo, esta cantidad, ligada a la superficie que ardió en ese incendio, no sirven para hacer una regla de tres y obtener el coste medio de la hectárea quemada. Porque no hay una regla. El coste final de la extinción de un incendio depende de los medios movilizados, y esto último tiene que ver con multitud de factores, entre los que destacan el tipo de terreno o la proximidad a poblaciones. Por ejemplo, un pequeño incendio declarado en una zona de monte con robles, alcornoques o pinos y cercano a núcleos habitados, requerirá con toda seguridad un dispositivo mucho más amplio que el que afecte a cientos de hectáreas de pastos.

La superficie afectada

Hay varios ejemplos de este verano. El 26 de junio, el plan Infoex actuó para echar abajo las llamas que afectaban al término municipal de Santa Cruz de Paniagua. Ardieron seis hectáreas, y los costes de extinción finales ascendieron a 1.456 euros, o sea, una media de 243 euros por hectárea. El 4 de julio se declaró un incendio en Alía, que quedó extinguido tras quemar 2,2 hectáreas. Los gastos sumaron 7.546 euros, o lo que es lo mismo, 3.414 euros por hectárea. La superficie afectada fue casi tres veces inferior, y por contra, el coste de extinción fue cinco veces superior.

La explicación está en que el de Alía comenzó en una zona arbolada, y cerca de una población (en concreto, la pedanía de La Calera).

La Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía explica que a la hora de hacer el recuento de gastos, se tienen en cuenta fundamentalmente tres factores: el personal movilizado y sus horas de trabajo, la maquinaria utilizada y el tiempo que estuvo operativa, y por último, los medios aéreos y los minutos que permanecieron en el aire.

A partir de ahí se obtienen los gastos de extinción, que habitualmente son elevados. Si no se encuentra alguien a quien achacar el fuego, la cuenta la pagará la administración. Pero si se detiene al incendiario o al pirómano y se demuestra su culpabilidad, tiene muchas posibilidades de tener que pagar él la factura final.

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