El Cacereño deja en evidencia al Betis

Los jugadores y la afición del CP Cacereño disfrutaron ayer de una de esas extrañas noches en las que el pez chico se come al grande, en este caso a todo un Primera División como el Real Betis. Vale que era un amistoso, pero lo era para los dos, y si Pepe Mel no puso toda su dinamita junta sobre el campo, menos aún lo hizo Julio Cobos, quien cargó la responsabilidad del partido en la segunda mitad sobre los hombros de los jóvenes del filial, los cuales respondieron a la perfección y tuvieron gran parte del mérito del 3-1 con el que acabó el encuentro..

La victoria fue sin duda merecida tanto por el empuje en los 45 minutos finales como por el acierto de cara a gol, una virtud que está teniendo el equipo en este inicio de temporada.

Al principio el partido parecía transcurrir por la senda habitual en este tipo de amistosos: juego calmado en el centro del campo pero sin dejar de intentar meter la cuña a la menor ocasión, sobre todo por parte de un Betis que al fin y al cabo era el que tenía que demostrar su superior categoría, por mucho entrenamiento que fuese para ellos. Empezó controlando el partido con el Cacereño algo más agazapado, si bien a medida que fueron transcurriendo los minutos los locales fueron perdiendo el respeto a un rival que mordía poco, y hasta tuvieron un par de buenas ocasiones en la primera media hora protagonizadas por Chapi y Rubén Rivera.

El primer tanto sevillano llegó en el minuto 26 en un espléndido remate de cabeza de Jorge Molina a centro de Juan Carlos. En la jugada el propio Molina había pedido penalti por derribo dentro del área. En el 31 Juan Carlos estuvo a punto de hacer el 2-0, pero su golpeo solo ante Vargas se fue al palo. El empate del Cacereño llegó al filo del descanso, en una muy buena galopada por la banda derecha de Rivera, que le puso el balón en los pies a Esteve para que el joven delantero rematase dentro viviniendo desde atrás.

El tanto sirvió para espabiliar a la grada, que se había contagiado del escaso ambiente que se respiraba desde el inicio en el Príncipe Felipe, un poco porque la afluencia de público era escasa y un poco porque allí nadie se jugaba nada. Si al cacereño algún le quedaba algún complejo acabó de sacudírselo en el vestuario, porque regresó al campo dispuesto a llevarse al Betis por delante. Y lo consiguió a los diez minutos en una acción individual del jugador del filial Elías, quien se deshizo de varios rivales dentro del área y batió por bajo a Adrián para poner en el marcador un 2-1 que empezaba a llenar de orgullo a la afición presente.

Pepe Mel había colocado más talento sobre el césped dando entrada a Salva Sevilla y a Jonathan Pereira, pero una vez llegados a ese punto el Cacereño no estaba dispuesto a dejar escapar la gran ocasión que se le presentaba de vencer a todo un primera, aunque fuera en partido amistoso.

Como es lógico la presión del Betis se fue acentuando, aunque le costaba dar el último pase y apenas creaba ocasiones. Lo cierto es que jugaba mejor y llegaba con más peligro el Cacereño, sobre todo por la banda derecha, aunque fueron los sevillanos los que estuvieron a punto de empatar cuando Salva Sevilla y Pereira lograron conectar una pared dentro del área y el primero remató solo, pero Vargas la paró bien. Aún hubo tiempo para que en una de las numerosas contras de los útimos minutos otro hombre del filial, Privat, culminase con un espléndido disparo y marcase el 3-1 definitivo.