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GLORIA CASARES
Domingo, 2 de diciembre 2012, 12:32
En Almendralejo el nombre de Espronceda, por aquello del poeta romántico José de Espronceda, es de uso común, cotidiano y hasta repetitivo. Estamos acostumbrados a escucharlo para nombrar el palacio consistorial, el parque o el colegio. Pues ahora hay que acostumbrarse a escucharlo, aunque escrito de una forma diferente, Expronceda.
Aunque a muchos nos pudiera parecer una falta de ortografía, no lo es, es un nombre que se ha escogido para que conjugue el ser de Almendralejo, donde Espronceda es una parte esencial, y el ser de Extremadura, por lo de la Ex. Y hay que acostumbrarse a escucharlo aún más, porque podría formar parte esencial de nuestra vida diaria, en forma de dinero o moneda.
Ese peculiar nombre es el que se ha escogido para una moneda social, una moneda singular, que sólo tendrá uso en Almedralejo pero que, a pesar de su uso reducido, plantea beneficios importantes para la economía local.
Moneda social
Una moneda social es aquella que se utiliza en comunidades pequeñas para las transacciones diarias, comprar el pan, la verdura, la ropa o ir a la peluquería, pero con la peculiaridad de que un tanto por ciento, en este caso, el 3 por ciento, se destinaría a fines sociales. En España existen ya cincuenta monedas sociales en distintas ciudades, pero la de Almendralejo será la primera por dos cuestiones muy importantes, porque cuenta con el apoyo institucional del Ayuntamiento y, en segundo lugar, con el apoyo podríamos decir que logístico de Cajalmendralejo. Estos casos sólo los hay en Briston y en Brixton, ambas ciudades inglesas.
La operativa que sigue es la de cambiar euros por exproncedas, es decir, que un euro, vale un expronceda, que se puede utilizar en las tiendas y establecimientos que se quieran adherir. Hay que tener en cuenta que entre veinte y treinta empresas ya han expresado su interés en adherirse, según apuntó Luis Blanco, presidente de la asociación 'Movimiento Páramo'.
El cambio de euros a exproncedas beneficia al ciudadano, puesto que cambiaría con un diez por ciento de bonos, por ejemplo, cien euros se cambiarían por ciento diez exproncedas. El empresario que reciba ese dinero puede seguir gastándolo en empresas locales sin perder dinero pero, en el momento que lo cambie a euros, deberá asumir un diez por ciento de pérdida.
«Se consigue que el dinero no salga de Almendralejo y la riqueza se quede dentro del mismo pueblo. Por tanto, se busca la fidelización a los clientes y que la riqueza del pueblo se quede en el pueblo, se quede en el comercio de proximidad".
Se trata, pues, de un dinero que tiene como objetivo el gastarlo, el moverlo, puesto que no tiene sentido el ahorrar en exproncedas.
La intención expresada por Blanco es la de llevar a cabo este proyecto de forma inmediata, para ver cómo reacciona la sociedad local, después de contar con el apoyo que ya se le ha mostrado. Ese apoyo está plasmado ya en conversaciones con el ayuntamiento y con Cajalmendralejo y «han mostrado su interés y apoyo y ahora hay que plasmarlo y luego nos lanzaremos».
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