El Cáceres incrementa su prestigio

Victorias como que anoche consiguió el Cáceres Patrimonio de la Humanidad sobre el Lucentum Alicante por un apretado 65-64 son las que otorgan prestigio a un equipo, las que hacen que los rivales empiecen a mirarte con otros ojos. Llegaba al Multiusos uno de los grandes favoritos al ascenso, la mejor plantilla de la liga, y en ningún momento fue superior a un Cáceres que supo jugar sus bazas y que llevó casi siempre el control del encuentro, aunque al final las cosas se apretaran tanto que el triunfo pudo caer hacial cualquiera de los dos lados. Paro cayó hacia el de los verdinegros, que demostraron madurez en los instantes en los que se decidió el partido, sin precipitarse, defendiendo sin faltas y poniendo el balón en las manos del hombre correcto, que en la última canasta, la de la victoria, resutó ser Roberto Morentin, el que junto a Pedro Robles más batallas tiene sobre sus espaldas.

Mucho tuvo que ver en el triunfo cacereño el dominio en el rebote sobre el que, como dijo Carlos Frade, es uno de mejores juegos interiores de la liga, secado en esta ocasión por la vibrante defensa del Cáceres, que apenas dio tregua.

El inicio del partido fue promedor para el Cáceres con un 11-2 inicial basado en el acierto en los triples, la rápidez en las transiciones y la habitual presión defensiva en toda la cancha que descolocó al Lucentum, visiblemente más cómodo en las acciones de menor exigencia física. Los extremeños corrían, cortaban líneas de pase y salían raudos a la contra cumpliendo a la perfección el libro de estilo de Frade, un buen hacer que mantuvieron hasta mediado el segundo cuarto, cuando el rimto del encuentro se ralentizó y el Cáceres empezó a sufrir. La ventaja local, que se había mantenido casi siempre entre seis y 10 puntos, empezó a ser recortada a medida que los alicantinos comenzaron a encontrar su juego y pudieron defender en estático. Pese a que fallaron demasiado desde el perímetro lograron llegar al descanso empatados a 30 tras un segundo cuarto en el que el Cáceres tan solo logró anotar siete puntos.

Frade tenía un problema en la posición de base, ya que Medina estaba lesionado y Devon Van Oostrum se pasó toda la primera parte sin apenas aportar nada, por lo que la dirección recaía en un Richard Nguema muy activo y, eventualmente, en Braydon Hobbs. Pero el base anglo-holandés reaccionó con tres canastas seguidas al inicio del tercer cuarto que permitieron al Cáceres recobrar una mínima ventaja, rápidamente contrarrestada por Alicante desde la línea de 6,75.

Mediado el cuarto la igualdad seguía siendo máxima, al menos hasta que una antideportiva de Guillermo Rejón sobre Antonio Peña permitió a los extremeños tomarse de nuevo un respiro y generar una leve renta que pudo ser mayor por el desacierto en esos instantes del Lucentum, pero que finalmente se quedó en nada. Los visitantes entraron pronto en bonus y, a base de tiros libres y una renovada intensidad defensiva, el Cáceres no solo mantuvo el tipo sino que consiguió llevar a remolque a su rival. Pero una técnica al banquillo verdinegro por protestar una canasta fuera de tiempo devolvió las estrecheces al electrónico, que al entrar en el cuarto decisivo marcaba un 48-45 claramente insatisfactorio para lo que podía haber sido.

Por delante

El Lucentum puso la directa y a ocho minutos del final logró colocarse arriba por primera vez en el partido con un triple de Albert Sabat (50-52). Los visitantes, con su calidad y veteranía, tenían todas las de ganar en un final de partido así. Coppenrath, desdibujado hasta entonces, al igual que el resto de interiores alicantinos, parecía por momentos adueñarse de la zona, pero los minutos pasaban y la igualdad extrema se mantenía en el marcador. Con todo, el ritmo del juego era lento y eso, teóricamente, favorecía al Lucentum.

Con 61-61 y todo por decidir se entró en el último minuto. Huertas falló un tiple y Peña anotó para el Cáceres en el ataque siguiente a 37 segundos del final (63-61). Roma Bas dio la réplica inmediata con un triple (63-64), pero Morentin no falló y anotó en la zona el 65-64 que, tras errar Álex Llorca el último lanzamiento del partido, fue definitivo y le dio la victoria al Cáceres.