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Bancos. Los delincuentes extraen el asiento y el respaldo de los bancos, que quedan totalmente inservibles.
El expolio del hierro se propaga
BADAJOZ

El expolio del hierro se propaga

Al robo de pomos de puertas y barandillas de los puentes se suman asientos y respaldos de los bancos, papeleras, farolas y alcantarillas, entre otros objetosLas piezas que conforman el mobiliario urbano son las que más sufren este fenómeno delictivo

TANIA AGÚNDEZ

Miércoles, 16 de enero 2013, 09:31

No es oro, pero como si lo pareciese. La venta de hierro se ha convertido en un atractivo negocio, sobre todo para aquellos que tienen muy pocos escrúpulos. El robo de este metal, que después llega a las chatarrerías, comienza ha extenderse por distintos puntos de la ciudad. La sustracción del citado material se ha disparado en los últimos meses y se propaga por la capital pacense.

Las piezas que conforman el mobiliario urbano son las que más sufren este fenómeno delictivo. El expolio del hierro no es un problema nuevo en Badajoz, pero parece que poco a poco se va agravando.

El robo de rejillas de las alcantarillas y de tapas de las arquetas de registro es una cuestión que afecta desde hace tiempo a zonas periféricas como el polígono industrial El Nevero o el acceso al azud del Guadiana hasta la caseta del club de piragüismo. Las farolas de este último lugar también han sido víctimas de estos actos. En numerosas ocasiones han desaparecido las tapas de estos elementos lumínicos y sus cables.

En el parque de la Legión ocurre algo similar. En este caso, además de la tapadera, se han llevado al menos tres farolas enteras. En el suelo se pueden observar los hoyos en los que estaban ancladas. En este mismo espacio se registran más daños de este tipo. Así, han arrancado algunos de los paneles explicativos enganchados al suelo junto a las especies vegetales.

Del mismo modo, han robado numerosas cubiertas que ocultan las llaves de paso del agua. Los bancos también han sido objetivo de este tipo de expolio. De hecho, en el parque de la Legión se pueden visualizar algunos de estos elementos sin asientos ni respaldos, quedando totalmente inservibles. Hay otro banco en estas mismas condiciones en la calle La Bomba, junto a Puerta Pilar.

«El que rompe un banco o una farola es un auténtico bárbaro», afirma un usuario del parque de la Legión. «Todo lo que puedan robar de cualquier parte de la ciudad para venderlo se lo llevan. Y el vándalo que no lo hace para comerciar lo hace por el mero hecho de destrozarlo, como ha ocurrido con el géiser recién reparado de la fuente del parque de la Legión», comenta José Manuel Bueno, portavoz de la Asociación Cívica.

Justo en Puerta Pilar los delincuentes se han llevado varios metros del cordón de hierro que hace la función de barra protectora en la plataforma que conecta el citado enclave con el parque. Esta clase de robo recuerda al que se ha llevado a cabo en los puentes del Rivillas y el Calamón. En estos espacios se han llevado una importante cantidad de metros de barandillas. Este vacío se ha ocupado de manera provisional con largas hileras de vallas para evitar que los viandantes se caigan.

Pero las barandas no es el único objeto que sustraen en los puentes. En algunos de ellos también han arrancado los adornos ubicados en su parte superior, ya sean bolas o de forma piramidal. Esto ha ocurrido, por ejemplo, en el puente que une Ronda del Pilar con la avenida Ricardo Carapeto Zambrano, en San Roque. También se han llevado otro de estos chirimbolos de la barandilla ubicada entre el instituto Castelar y el Parque Infantil.

Otro espacio que ha sufrido el saqueo de vallas es la vieja pista de patinaje que se trazó al lado de Puerta de Palmas, en las traseras del instituto Castelar. Gran parte del cercado que se instaló en el circuito ha desaparecido. Las papeleras también se han visto afectadas por esta práctica, ya que algunas están sin cestos. En algunos edificios incluso han empezado a robar los pomos de las puertas. «Es necesario cambiar la concienciación ciudadana, pero las acciones encaminadas a este fin deberían ir acompañadas de mayor vigilancia y presencia policial», apunta Bueno.

El destrozo y robo del mobiliario urbano es una actividad delictiva que, además de generar en ciertas ocasiones una situación de peligro en los espacios públicos, supone un desembolso extra para las arcas públicas.

Desde la Policía Local reconocen que este problema viene afectando puntualmente a Badajoz desde hace tiempo, «ya que el hierro se paga bastante bien», explican desde la Policía Local.

Sin embargo, no consideran que en estos momentos exista una «ola de robo de hierro». Cuando la Policía Local tiene conocimiento de este tipo de actividades, lo comprueba y realiza el pertinente informe policial sobre el asunto.

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