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MIGUEL ÁNGEL MARCOS
Domingo, 3 de marzo 2013, 20:30
El alcalde de Guijo de Santa Bárbara, Francisco Bernardo Huertas, ha empezado a predicar con el ejemplo que pide a sus compañeros dando de baja a su ayuntamiento de la Femp, la Federación Española de Municipios y Provincias. Entiende que este órgano no está haciendo nada para defender los intereses de los alcaldes de las poblaciones menores de 1.000 habitantes, que según el anteproyecto de racionalización y sostenibilidad de la administración local que ha elaborado el Gobierno del PP no podrán percibir retribución alguna.
A Francisco Bernardo se le ha unido la alcaldesa de otra pequeña población de la Vera, Monserrat Fernández, de Collado. Ambos son del PSOE y se han convertido en los promotores de una revuelta municipal en contra del punto de la reforma que sitúa a esos alcaldes en la categoría número once. Esto es, sin posibilidad de retribución por el ejercicio de su cargo. Hasta el punto de que animan a los afectados a plantear en sus respectivas corporaciones darse de baja de la Femp y de sus respectivos partidos, si son PP y PSOE, por entender que ni unos ni otros están haciendo nada para defender sus intereses.
Para ello han elaborado un manifiesto que han titulado 'En defensa de la dignidad de los concejales de municipios de menos de 1.000 habitantes', que quieren hacer llegar a alcaldes y ediles de toda España para que se movilicen y se consiga modificar el proyecto popular.
A partir de ahí lanzan una serie de 'considerandos' para argumentar su posición. Por ejemplo que una persona «no es más lista por ser nombrada ministro, ni por ser alcalde de una gran población ni el de una pequeña población tiene menos dignidad». O que las familias de los alcaldes de menos de 1.000 habitantes tienen, «si no más, las mismas necesidades que los de las ciudades mayores».
O que se desprecia la labor de los alcaldes más modestos, «que están todo el día al pie del cañón, que no tienen colaboradores y que tienen que contribuir con sus conocimientos y con sus propias manos a la realización de las múltiples actividades que se llevan a cabo en sus municipios, que de otra forma no se podrían realizar. Por el contrario los alcaldes de pueblos grandes y ciudades tienen asesores, técnicos y demás trabajadores para resolverles las labores diarias».
Asimismo recuerdan que muchos de los municipios menores de 1.000 habitantes solo cuentan con uno o dos trabajadores y que si no fuera por la labor abnegada de los concejales muchas cosas se dejarían de hacer, «cuando son muy pocos los que tienen retribución con cargo al Ayuntamiento».
Por último apuntan que aquellos alcaldes que siendo trabajadores o funcionarios de su Ayuntamiento fueron elegidos y optaron por la Alcaldía, «ya no podrán hacerlo porque en ese caso su familia no podrá comer».
Después de esos argumentos los alcaldes veratos critican que ni la Federación Española de Municipios y Provincias, ni sus federaciones provinciales o regionales, ni tampoco los representantes de los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, «han ejercido la labor que tienen encomendada en defensa de los intereses de sus afiliados, de los que somos una gran mayoría los alcaldes, concejales y militantes de los municipios de menos de 1.000 habitantes».
Por todo ello animan a los alcaldes a plantear en sus respectivas corporaciones darse de baja de la Femp o de la Fempex y que en las agrupaciones locales propongan darse de baja en la afiliación de PSOE y PP. «Si nosotros no nos movemos y no nos agrupamos en defensa de nuestra dignidad, nadie lo va a hacer», afirman.
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