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¿Qué ha pasado hoy, 1 de abril, en Extremadura?
Visitantes el viernes pasado en el Centro Turístico de la Semana Santa de Cáceres, que está abierto todo el año. :: LORENZO CORDERO
La Semana Santa gana espectáculo y pierde negocio
REGIONAL

La Semana Santa gana espectáculo y pierde negocio

La ocupación hotelera sube, pero la estancia ya no dura cuatro días sino dos y rebajando los precios a niveles de 2003; pasa de 110 a 70 euros por habitación El impacto económico de esta fiesta depende directamente del clima y este año habrá sol y lluvia

JUAN LÓPEZ-LAGO

Domingo, 24 de marzo 2013, 21:17

En turismo, enero y febrero son los peores meses del año para Extremadura, por eso la Semana Santa es el empujón económico que anima un sector considerado estratégico en la región. Pero su efecto en la cuenta global del año cada vez es menor.

Lo razona el presidente de la Confederación de Empresarios de Turismo de Extremadura (Cetex), Jose Luis Ascarza, quien matiza que durante estas fiestas el visitante cada año reserva su habitación más tarde, se queda menos días y gasta menos dinero. Esto obliga a hoteles y alojamientos rurales a bajar los precios, obteniendo un margen de beneficio mínimo.

Todo ello hay que analizarlo en el contexto de que en las principales ciudades extremeñas la Semana Santa, como fiesta religiosa, atraviesa su mejor momento. La vistosidad de sus pasos es admirada por los expertos y muchas procesiones tienen momentos que se acercan al espectáculo total.

En 2011 la de Cáceres fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional y pasó a una lista de 14 poblaciones así distinguidas en España. En 2010 la de Mérida consiguió ser de Interés Turístico Nacional y un año después se sumó la de Badajoz a una relación que incluye 27 localidades más en España.

Pero, además de la crisis, otro factor determinante para que tantos honores den fruto es el clima. Este año toca emoción hasta minutos antes de la salida de cada paso. La semana se presenta inestable combinando días soleados con lluviosos.

Según las previsiones que manejan en Cetex, «este año no va a ser tan grande la caída en ocupación, pero ya arrastra un déficit importante -explica Ascarza- porque de cuatro días que se reservaban antes de la crisis se ha pasado a dos y medio. Esto es un 40 por ciento menos, pero lo peor son los precios, que ha habido que reducirlos demasiado».

Mérida, Cáceres y Badajoz concentran la mayoría de las visitas, casi siempre combinadas con excursiones a parajes naturales, sobre todo por los valles del norte de la región. Allí también sufren la bajada de precios y estancias más cortas. La Semana Santa, que siempre fue un revulsivo económico, se equipara ahora mismo a un puente más del calendario, coinciden los empresarios.

La Asociación de Hoteles de Mérida agrupa a ocho de ellos de entre tres y cinco estrellas. Su presidente, José Luis Hernández, avanza que este 2013 la ocupación para Jueves y Viernes Santo supera el 95%, igual que el año pasado; el sábado es del 87%, algo superior a la de 2012, y el resto de la semana como cualquier otra época del año. «La diferencia -dice- es que ahora manejamos precios similares a los de 2003. Si antes de la crisis la habitación rondaba los 110 euros, ahora está en 70 euros». Esta bajada de precios para mantener la ocupación es extensible al turismo rural.

En Badajoz la previsión de ocupación de los hoteles más céntricos era mucho peor el jueves pasado, según algunos recepcionistas. En el Góngora, un pequeño hotel de dos estrellas del Casco Antiguo pacense estaban a menos del 50%, igual que en el Zurbarán, de cuatro estrellas y a poca distancia de los desfiles procesionales. «Lo peor, -decía su jefa de recepción- es que el resto de la semana los clientes habituales dejan de venir».

Solo un hotel de Cáceres situado en plena Plaza Mayor podía asegurar que hacía semanas que tenía reservadas sus 36 habitaciones. Eso sí, solo para los tres días clave de la Semana Santa.

Otro factor que incide en los beneficios es el perfil del visitante. «Los extranjeros, que suelen gastar más dinero en sus viajes, no vienen en estas fechas porque en sus países no es fiesta», señala Ascarza, mientras José Luis Hernández añade que ahora el cliente es español, familiar y, sobre todo, procedente de Andalucía, Madrid y Castilla León.

Resumiendo, el representante de los principales hoteles emeritenses reconoce que esta fiesta «es un empujón económico al sector pues los datos de ocupación no son malos, pero no mucho mayores que en cualquier puente del año, pues se nota durante poco más de dos días».

Hostelería beneficiada

Pertenecer al exclusivo grupo de menos de medio centenar de poblaciones donde la Semana Santa es un acontecimiento de interés excepcional no es garantía suficiente. Las nubes suelen tener la última palabra.

Y debido a la influencia de la lluvia es difícil calcular un impacto económico constante más allá de tiendas de telas donde los nazarenos compran el material para sus atuendos o vendedores de cera, que hacen sus ventas con varias semanas de antelación.

En Cetex explican que los beneficios no solo se mide a través de los hoteles sino en el comercio de las principales ciudades, sobre todo en la hostelería.

Por eso cofrades y devotos no son los únicos que rezan mirando al cielo. Si la lluvia no impide la procesión, en los alrededores de los recorridos de cada paso las cafeterías se llenan antes, durante y después del desfile. A esto no es ajena la Junta de Extremadura, que el jueves pasado publicó una resolución de la Dirección General de Administración Local, Justicia e Interior por la que se amplía en dos horas el horario de cierre de los establecimientos públicos desde el 22 de marzo al 1 de abril, ambos inclusive.

En el centro de Badajoz, el año pasado los bares próximos a los itinerarios oficiales doblaron y triplicaron su caja habitual prácticamente cada día de la semana. Cada mañana, decía un hostelero, analizan en el periódico el recorrido de las procesiones del día y sus horarios con el fin de planificar la jornada.

Dice Emilio Rey, que tiene un restaurante en la Plaza Mayor de Cáceres, 'El Pato', que se sorprendió cuando el año pasado calculó cuántos kilos de prueba de cerdo había guisado. Le salió una tonelada. Para este empresario, «la Semana Santa, por regla general, es el impulso más fuerte en la hostelería del centro de Cáceres. Es lo máximo y hay que contratar varios extras. En mi caso triplico mi comedor y creo que no exagero si la caja se llega a multiplicar por ocho el día más fuerte, que es el Viernes Santo. Evidentemente hay años que se pide más de carta y ahora también se pide menú, pero al final todo suma».

No obstante, su experiencia le indica que la crisis de consumo del país no es lo que más influye. Según sus cálculos las semanas santas que mejor le han ido últimamente han sido las de 2010 y 2011.

De nuevo, se basa en la climatología para predecir el éxito o el fracaso. Y su teoría es que lo mejor es que la predicción diga que llueva y justo en la procesión esto no pase. «Si la Semana Santa sale muy buena, la gente hace otros planes, se va a la playa, por eso a nosotros los que más nos conviene es que amenace lluvia y después no llueva».

Más o menos por ahí van los tiros este año, cuando se prevé inestabilidad durante toda la semana. Tanto en Badajoz como en Cáceres, lloverá casi seguro de lunes a miércoles; después mejora el tiempo el jueves en Badajoz y el sábado en Cáceres, aunque la predicción no es muy contundente y deja abierta la posibilidad de ratos sin nubes, lo que dará una emoción máxima a cada desfile.

Atractivos religiosos

La otra característica de esta fiesta es que el turista combina el ocio con la devoción. Badajoz tendrá este año 15 procesiones, Mérida 17 y Cáceres 23. El miércoles pasado se celebró en el Parador de Mérida una mesa redonda sobre la Semana Santa en Extremadura.

El especialista pacense Antonio Manzano fue uno de los asistentes junto a varios presidentes de juntas de cofradías, y entre las conclusiones se resumió que Extremadura es una de las comunidades con una oferta más variada «pues ofrece pasos austeros y castellanos como los cacereños y de un estilo más andaluz, como ocurre en Jerez de los Caballeros».

Por su cuenta, Manzano cita varios momentos en la región que atraen por sí solos a cientos de visitantes, bien por la tradición que arrastran o porque suponen un espectáculo visual y de fe que es capaz de congregar multitudes.

El Cristo Negro de Cáceres y los monjes que lo acompañan es uno de los que cita Manzano; igual que el Vía Crucis de Mérida por los monumentos romanos por los que transcurre; o el Domingo de Ramos (hoy) en Jerez de los Caballeros. En el caso de Badajoz -prosigue- despierta curiosidad el Cristo de la Espina del Martes Santo porque ningún Cristo se llama así o La Soledad por ser la patrona. Señala que en Badajoz se está intentando recuperar una procesión más de madrugada «para que el visitante interesado en la actividad procesional de esta ciudad siempre tenga algo que ver».

Alojamiento rural

Pero hay otros muchos pueblos que ayudan a que la Semana Santa extremeña sea conocida. En Valverde de la Vera, localidad cacereña de 600 habitantes, se celebran Los Empalaos. En la madrugada del Viernes Santo atrae a tantos turistas que incluso hay allí un museo dedicado a este rito penitencial. Pero atractivos así no aseguran riqueza ni siquiera estos días.

Montserrat García tiene en el casco antiguo de Valverde de la Vera su casa rural, El Sotanillo, de diez plazas. «El jueves, el viernes y el sábado está completo, pero el año pasado me costó horrores llenarla, tanto a mí como al resto. Hasta hace dos años llenabas siempre los cuatro días y sin rebajas de precios y ahora hay que malvender para asegurarte clientela. Yo antes alquilaba la casa completa cuatro días a 250 euros la noche, y ahora la alquilo tres días a 200 la noche. Lo curioso es que cada vez preguntan más por un solo día», dice esta empresaria cuyo negocio se reduce a puentes y algunos fines de semana.

Lo de bajar precios irremediablemente afecta a todo este sector, que para obtener rentabilidad se desmarcó hace un año de los intermediarios y creó su propio canal privado de reservas. Victoria Bazaga, presidenta de la Federación Extremeña de Turismo Rural (Fextur), se queja de que estos portales de Internet «te recomiendan bajar habitaciones que se vendían a 90 euros hasta 50 o 60 euros y encima se llevan un 15% de comisión».

Fextur agrupa a 400 empresarios del sector y su presidenta decía el viernes pasado que las reservas llegaban a un 30% de ocupación esta Semana Santa. Ahora cruza los dedos para que con la tendencia de reservar a última hora puedan alcanzar el 70% este año, un nivel similar al de 2011.

Bazaga recuerda cuando en 2007 había listas de espera para ocupar las casas rurales extremeñas y esta semana era la más rentable del año con diferencia. «Suponían diez días seguidos de reservas, antes, durante y después de la Semana Santa».

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