El Ayuntamiento dará 15 días para tirar una casa cuyo derribo negó en 2011

El Gobierno Local resolverá por decreto el potencial peligro que supone para los viandantes el ruinoso estado del edificio número cinco de la calleja del Borrego, según informó ayer la responsable del gabinete de información municipal. El decreto del alcalde dará un plazo de 15 días al propietario para que acometa el derribo, previa notificación y trámite de audiencia.

Si pasado ese plazo no ha cumplido la orden de demolición de los elementos que se consideren oportunos, el Ayuntamiento acometerá el derribo de oficio, cargándole los costes al titular del inmueble. Se da la circunstancia de que éste quiso derribar hace dos años ésta y otras viviendas adjuntas y el Ayuntamiento no le autorizó. Hoy, la vieja casa y otras colindantes están en un apreciable estado de deterioro estructural no exento de riesgos para los transeúntes.

La ruinosa situación del edificio numero cinco y de los contiguos de la calle del Borrego y del Hurón es algo que trae cola administrativa. Ya, a principios de abril de 2011, la propia Junta de Gobierno municipal denegó el derribo de la casa número cinco, de las colindantes números tres y siete y de otras pequeñas viviendas adyacentes en la calleja del Hurón.

La negativa a derribar esas casas deshabitadas paralizó el proyecto presentado al Ayuntamiento por la propiedad para crear un complejo de apartamentos turísticos con nuevos edificios que ordenaba los volúmenes actuales y que hasta la fecha sigue parado. El Gobierno denegó el permiso de derribo de siete casas contiguas y deshabitadas (números tres al siete de la calleja del Borrego y uno al nueve de la del Hurón).

La decisión la tomó el ejecutivo local anterior porque el Plan de Protección del Recinto Intramuros, PEPRI, no permite la agrupación total de las parcelas (solares) y aunque las casas están abandonadas, decía entonces que no presentaban problemas de seguridad y «ni mucho menos están en estado ruinoso», precisaba el arquitecto municipal. Una afirmación que hoy es difícil de sostener visto el mal estado estructural de alguna de ellas o la pérdida de la cubierta.

La declaración de ruina es indispensable para que los edificios puedan ser demolidos, señala el PEPRI. En su informe técnico, aclaraba también que en el número cinco de la calle Borrego ya se hicieron arreglos precisos para evitar daños a terceros, ordenados por la Alcaldía.

Sin embargo, ya hace dos años la demolición sí contaba con los informes favorables de la arquitecta técnica municipal, aunque nada decía del estado de las casas, y también con el de la comisión de seguimiento del PEPRI, aunque en este caso con algunas condiciones.

El Ayuntamiento ordenó a la propiedad después de negar el derribo de las casas que adoptase todas las medidas necesarias para garantizar la situación de los inmuebles en condiciones de seguridad, salubridad, ornato público y decoro, realizando los trabajos y obras precisos para conservarlos. Algo que no ha cumplido.

Más so menos, lo mismo que ya decidió en mayo de 2008 sobre las casas números tres cinco y siete de la calle del Borrego. Un requerimiento nada efectivo, porque tampoco evitó, como han demostrado los hechos, el deterioro y peligro potencial que suponen algunas de estas casas, acrecentado por los efectos negativos de las continuas lluvias en los inmuebles.