Robos en explotaciones agrarias

Las explotaciones agrarias no se libran de los robos. Tras una aparente calma, justo cuando va empezar la temporada agrícola, han vuelto a producirse. Hace unos días, en plena celebración de la Semana Santa, varias fincas en las vegas del Tiétar fueron asaltadas por los cacos. Una de ellas, al segundo intento. El propietario fue avisado por las fuerzas del orden, que siguen vigilando, pero el Valle del Tiétar es extenso. Maquinaria, aperos de labranza, combustible. En fin, todo lo que pueden se lo llevan de las viviendas y almacenes. Si ya de por sí estos robos indiscriminados ocasionan daños y cuantiosas pérdidas, encima sucede cuando está a punto de comenzar la nueva campaña agrícola, que se está retrasando por el temporal de lluvias, dificultando e impidiendo los trabajos previos, lamentan los afectados. Así que, se quejan, «llueve sobre mojado».

Pero no sólo las fincas situadas en el Tiétar son objetivo de los amigos de lo ajeno, también las que están en los alrededores del casco urbano, en las que se asientan casas de recreo además de las que tienen un uso meramente agrícola. Todas son objetivo de los delincuentes, por lo que «cuanto menos se guarde en las mismas, mejor», recomiendan quienes han sido ya víctimas. «Es una molestia tener que llevar y traer lo que tiene valor, pero es la única manera de que no se lo lleven», comentaba, resignado, un agricultor.