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Dos agentes de la Policía Local controlan el radar en la avenida Sinforiano Madroñero. :: HOY
Los radares y los fotorrojos consiguen reducir la velocidad en la ciudad
BADAJOZ

Los radares y los fotorrojos consiguen reducir la velocidad en la ciudad

Los dos dispositivos utilizados por la Policía Local suman casi 4.500 denuncias año

A. GILGADO

Miércoles, 10 de abril 2013, 02:34

En febrero de 2011 Badajoz estrenó radares móviles por el casco urbano para controlar la velocidad del tráfico y en julio de 2012 debutaron los fotorrojos en los cruces más conflictivo, un dispositivo empezó a fotografiar las matriculas de los vehículos que hacían caso omiso al semáforo en rojo.

Los conductores ya se han habituado a ambos instrumentos y, por los datos de la Policía Local, los tienen muy en cuenta porque ahora se circula a menos velocidad por las avenidas y vías principales. Aunque no existe un registro científico que mida la velocidad media diaria de los coches por la ciudad, Antonio Nogales, intendente de la Policía Local, se basa en un descenso paulatino desde 2011 de los registros que alcanzan los radares móviles. Sigue habiendo sanciones por circular a más de cincuenta, límite en el casco urbano, pero ya no se supera de una forma tan abrumadora como antes. Este año, por ejemplo, todavía no han cazado a nadie superando en más de un 60% la velocidad permitida.

Los agentes eligen de forma estratégica la ubicación de los puntos de control en zonas donde los excesos pueden resultar peligrosos.

En la BA-20, conocida como la 'autopista', en Puente Real, en Sinforiano Madroñero de Valdepasillas o la Circunvalación son algunos de las ubicaciones donde los conductores suelen encontrarse con los medidores de la Policía Local. Tienen un efecto automático porque en cuanto los conductores se percatan levantan el pie del acelerador. Lo mismo ocurre con los fotorrojos, desde que se instalaron en los cruces de la 'autopista' pocos se atreven ya a acelerar cuando se acerca a los semáforos antes de que se cierren.

Desde la Policía Local defienden que además de reducir la velocidad, también han contribuido a reducir la siniestralidad.

En el año 2010, cuando aún no se utilizaban ninguno de los dos sistemas, en la travesía de Ba-20 que une la carretera de Madrid con el Puente de la Universidad, se contabilizaron 106 accidentes; al año siguiente, ya con los radares móviles, descendió hasta 71. Y en 2012, con la incorporación de los lectores de matrículas, los accidentes se quedaron en 67.

En el Puente Real, otro termómetro para medir la evolución de la siniestralidad, ha seguido un camino parecido. En 2010 hubo 40 accidentes y en el 2012 se han quedado en 16. En la Policía Local están convencidos de que los controles periódicos con radar tienen mucha culpa en esta tendencia. Por el número de sanciones, ambos elementos tienen una efectividad similar.

Los fotorrojos acumularon el año pasado 2.205 sanciones y los radares 2.264, entre los dos, por tanto, casi cuatro mil quinientos conductores al año tienen que pagar de su bolsillo las imprudencias al volante. Desde el Ayuntamiento insisten en que en ningún momento se busca el efecto recaudación, sino que ambas iniciativas forman parte de un plan global que persigue mejorar la seguridad de los peatones y reducir los accidentes en el casco urbano. De momento, según avanzó ayer Alberto Astorga, el concejal de Policía Local del consistorio, pueden presumir de avanzar en esa dirección. Astorga recordó que en el último año los accidentes de tráfico en la ciudad se redujeron un 6% -de los 853 en 2011 a 805 el ejercicio anterior- y los atropellos un 19%.

Además de los fotorrojos y los radares, recordó otras medidas que se han impulsado desde su concejalía.

Se han corregido algunos pasos de cebra donde los conductores se aproximaban y no veían a peatones cruzándolo acotando los márgenes para aparcamientos de motos o podando los árboles cercanos. También se han ampliado los pasos asimétricos en las avenidas más conflictivas como Jaime Montero de Espinosa o Sinforiano Madroñero a otras como la de Elvas, que registra más paso de vehículos desde que en septiembre abrió en la frontera el centro comercial el Faro.

Otra iniciativa con mucho éxito fue la de colocar en 38 pasos de peatones un icono en el suelo en el que se indica a los que cruzan que lo hagan por el lateral más alejado de la aproximación del coche. Los metros que se ganan puede servir para salir ileso de un frenazo.

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