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TANIA AGÚNDEZ
Viernes, 12 de abril 2013, 11:08
Antonio permanece tendido en el suelo. José Manuel comprueba que está inconsciente y que no respira. Acto seguido, comienza a realizarle un masaje cardíaco. Su intención es proporcionar los primeros auxilios a un herido. Aunque Antonio sólo es un maniquí y la actividad se trata de una simulación, casos como el descrito se producen a diario. José Manuel Neupavert, en cambio, es real y ha tenido la oportunidad de aprender a salvar vidas.
Este joven, alumno de 1º de bachillerato del instituto de Secundaria Zurbarán, participó ayer junto a sus compañeros de clase en un taller de reanimación organizado por el servicio asistencial 112. La actividad estaba incluída dentro del programa de actos de la II Semana de la Salud, dirigida por la Concejalía de Sanidad y Consumo.
El parque de San Francisco se ha convertido durante dos días (el martes y ayer jueves) en un improvisado hospital. Doce monitores -médicos y enfermeros de distintas unidades y que pertenecen al Programa de Enseñanza de Soporte Vital en Atención Primaria- han enseñado a los interesados a proporcionar ayuda a una persona que pueda quedar inconsciente o sufrir una parada cardiorespiratoria.
En esta iniciativa han participado más de un centenar de ciudadanos entre los que se encontraban estudiantes de instituto y curiosos que pasaban por la zona y que también quisieron sumarse a la cita.
Juan Antonio Cordero, coordinador de la Unidad Medicalizada del 112 de Badajoz, incidió en la necesidad de difundir este tipo de conocimientos entre la ciudadanía para que cualquier persona sepa actuar en el caso de que sea testigo de una situación de emergencia.
Un atragantamiento, un coma etílico, una caída en bicicleta o un accidente de tráfico pueden tener consecuencias irreversibles para el que lo padece. «Los poco minutos que pasan desde que se llama a los servicios de urgencia hasta que llegan son vitales. Durante ese tiempo alguien tiene que actuar. Si no se hace nada, las posibilidades de recuperación son muy bajas. En estas situaciones el papel del primer interviniente es fundamental. Por eso es importante y necesario que la población sepa unas sencillas técnicas de soporte vital básico», explicó Cordero.
Los destinatarios de este curso recibieron previamente unas nociones teóricas, para saber cómo se puede producir una parada cardiorespiratoria y qué hay que hacer cuando se identifica, para después realizar las prácticas. «Lo primero que hay que hacer es comprobar si la persona está inconsciente. Le llamamos y si no reacciona hay confirmar si respira. Tras pedir ayuda al entorno, hay que avisar a los servicios de emergencia y en el caso de que sea necesario realizar el masaje cardiorespiratorio», apuntó Cordero.
Los participantes se mostraron receptivos e interesados por esta materia. «Me parece muy buena idea que nos muestren cómo proceder en circunstancias de este tipo. No es fácil enfrentarse a esta situación, pero sabremos resolverlas y manejarlas mejor si tenemos unos conocimientos básicos previos», afirmó Neupavert. «Me parece muy interesante porque así se acercan a los chavales algo tan desconocido para ellos como son las técnicas de reanimación. A través de este pequeño aprendizaje también entran en contacto con el mundo de la medicina y la enfermería. Alguno puede que opte por realizar estos estudios», indicó por su parte Agustín Marcos, educador del IES Zurbarán.
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