Una Fiesta de la Primavera sin incidentes

Sonia Suárez y Elena Rodríguez llevan desde las 17.30 horas en el recinto hípico disfrutando de la Fiesta de la Primavera. Han comprado la entrada para toda la jornada, por lo que están preparadas para 15 horas de música. Han hecho un descanso para comer unas patatas fritas en uno de los puestos que se han instalado en la zona. Son cacereñas, amigas, estudian Magisterio y Educación Primaria y tienen muchas ganas de ver a las estrellas de la fiesta, el cacereño Cristian Deluxe y el productor Jay Santos. Como ellas, ayer fueron muchos los jóvenes que desde primera hora de la tarde disfrutaron del evento y miles los participantes de la Fiesta, una cifra difícil de calcular anoche, cuando aún seguían llegando al recinto cargados con sus bebidas y las ganas de divertirse en el rostro. El año pasado logró reunir a más de 5.000 personas con la actuación estrella de Kiko Rivera, pero esta vez el aforo estaba limitado a 3.000. Fuera, se hacía botellón.

Agentes de la Policía Local atendieron a dos personas que habían sido agredidas. También solicitaron la presencia de servicios sanitarios debido a caídas y para atender a jóvenes que habían bebido demasiado. El dipositivo policial se levantó a las 6.50 horas. En cuanto a los autobuses, estuvieron funcionando hasta las seis de la mañana, siendo el periodo de mayor afluencia de 22 horas hasta medianoche. No hubo incidentes reseñables en este sentido.

Autobuses y taxis les esperaban en la parada de la Plaza de América Los buses realizaron un servicio especial al Ferial ya que, como se recordará, se ha suprimido el servicio regular. Las salidas se realizaban cada quince minutos o media hora, dependiendo de la demanda, y estaba previsto que el servicio se extendiera hasta las siete de la madrugada, la hora prevista para el fin de la fiesta. «He venido en bus pero me volveré en taxi. Paso totalmente de coches de amigos y no me gustan mucho los autobuses porque luego nos queremos todos volver a casa a la misma hora», apunta Mario Gernández tras bajar del autobús. Acude a la fiesta con sus amigos de clase y solamente espera «uno, disfrutar. Y dos, no meternos en ningún jaleo».

Ángela Pérez y David García han ido, como muchos, del súper al Ferial. Van cargados con bolsas de refrescos, sangría, alguna botella de alcohol y una caja grande de cervezas para hacer botellón antes de entrar. «Esperamos pasarlo bien, disfrutar mucho y todo, con mucho cuidado», comenta una de las jóvenes, que se acercaron hasta la fiesta andando. «Vivimos aquí cerca y no necesitamos autobuses», dicen. Son el mejor ejemplo de que esta fiesta no es exclusiva para universitarios, ya que cursan Primero de Bachillerato. «Es el segundo año que venimos. El anterior nos lo pasamos estupendamente», aseguran.

Pantalla gigante, animación o diferentes concursos entretuvieron la jornada, que contó con más de 20.000 watios de sonido. Presentó la fiesta Víctor Montero, de los 40 Principales, que lucía una camiseta del Cacereño sobre el escenario. La organización instaló una carpa para proteger en caso de lluvia, aunque la probabilidad era baja. El cielo estaba nublado, pero al fin y al cabo, no hacía mal tiempo. El evento ya se había aplazado en dos ocasiones.