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Imagen antigua de la confitería Delgado en la calle Real. :: CEDIDA
La pastelería 'Delgado' echa el cierre
ALMENDRALEJO

La pastelería 'Delgado' echa el cierre

Luis Delgado abrió la tienda en 1925 en la calle Real, donde hace unos días se ha cerrado en el mismo local donde ya en 1892 su tío abuelo inauguró otra Se jubila la propietaria de la centenaria confitería de Almendralejo

GLORIA CASARES

Domingo, 14 de abril 2013, 12:16

Hace apenas dos semanas que echó el cierre la cafetería-pastelería Delgado de Almendralejo, uno de los establecimientos históricos de la localidad. A los vecinos se les hace raro pasar por la calle Real y ver el cartel de 'cerrado por jubilación'. Muchos habitantes de la localidad se habrán quedado huérfanos de los cafés servidos en su mítica barra y en el local que tantos secretos y andanzas guarda en su interior.

Para conocer el inicio de esta pastelería hay que remontarse hasta el año 1892. En un principio, el negocio llevaba el nombre de 'Confitería-Pastelería La Sevillana'. Era un tío abuelo de Luis Delgado el que abrió este establecimiento sin sospechar entonces que perduraría dos siglos después.

Sin embargo, sería en la época de Luis Delgado cuando iniciase la senda del éxito. En 1925, Luis inició su propio negocio, rescatado del anterior de su antepasado, que ya estaba instalado en el mismo lugar de la calle Real que ha perdurado hasta nuestros días.

Luis Delgado llegó a Almendralejo desde Jerez de los Caballeros, donde su hermano también decidió seguir con el negocio de los pasteles en la ciudad templaria.

En Almendralejo comenzó poniendo solo una pastelería y confitería, un obrador que destacó desde el principio por sus empanadas de hojaldres y sus tartas de yema tostada y merengue, sin dejar de lado sus tocinillos de cielo.

Comenzó su labor en la calle Real, en los bajos de una gran casa con fachada de ladrillos amarillos y negros, en cuyos altos residía la familia: Luis y sus hijos Manolo, José Antonio y Toni, la más pequeña.

En 1963, cuando José Antonio Delgado regresó de hacer el servicio militar, se construyó la primera barra en la pastelería, donde se servirían desde entonces los cafés. Un mostrador de acero inoxidable que se repartía el local junto con el obrador, las vitrinas de pasteles y unas mesas coquetas, «con sus pañitos y sus macetas». «Allí se sentaban los grupos de mujeres o las parejitas, porque era un lugar muy transitado, decente y te podía ver todo el mundo, no como ahora», recuerdan sus propietarios. Se incorporaron al negocio familiar en ese momento los tres hijos, además del marido de Toni.

Toni Delgado, con 68 años de edad, ha sido la última en jubilarse este mes de abril. Recuerda cómo servía los pasteles desde que tenía 15 ó 16 años, tras terminar el colegio. Entonces costaba un pastel una peseta y veinte reales y una peseta y media los tocinos de cielo y los dulces de almendra.

«Si mi padre supiera ahora la cantidad de tartas que se venden... Entonces solo se vendía una a la semana, como mucho, porque poca gente podía pagar las siete ó veinte pesetas que costaban, y solo podía hacerlo la gente que tenía dinero», asevera Toni Delgado.

Fueron años gloriosos para la pastelería y para la familia, porque en ese mismo local Luis Delgado se reservaba un despacho para él solo, o mejor dicho, para él y sus amigos, que le llamaban 'La Trinca'.

Seguro que allí se tejieron muchas decisiones importantes, e incluso confesiones entre el grupo de amigos, muchos poderosos, otros no tanto, pero todos con un denominador común, su amor por la caza.

La reforma de 1973

La primera gran reforma del local llegó en el año 1973, cuando se obró para dar paso a su estructura actual. Se construyó un gran salón de celebraciones, donde además de comuniones o bautizos, se llegó a organizar hasta una boda con más de cien personas; además de la barra de mayor tamaño que hay en la actualidad. El local estuvo dos años cerrado durante las obras, tiempo en el que la familia Delgado cogió la hostelería del 'Círculo Mercantil' y puso un despacho de dulces en la calle Peces.

Sanidad no permitía tener el obrador en el mismo local y se instaló frente de la plaza de toros, donde estuvo muchos años, hasta que su nieto José Luis abrió el obrador 'José Luis Delgado' al lado del campo de fútbol, donde se elaboran los pasteles que surtían al negocio.

Murieron los dos hermanos y Toni ya se ha jubilado, por lo que la familia ha decidido cerrar el negocio con el deseo de que pueda ser traspasado como cafetería.

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