El deterioro de calles por la lluvia activa la campaña de asfaltado más ambiciosa

A destajo. Así trabajan los operarios de API Movilidad, la empresa del grupo ACS que se ocupa desde 2011 del mantenimiento de las calles. En menos de un mes han ejecutado unas 40 intervenciones, la mayoría de ellas de bacheo. La lluvia ha sido implacable este invierno con las vías cacereñas. Sobre todo en marzo, el más húmedo de las últimas cuatro décadas. El agua no solo ha arruinado las expectativas de negocio de la hostelería, además de provocar la suspensión de procesiones y la cancelación de reservas en los hoteles. También ha destrozado las calles, con señales evidentes en forma de grietas, baches y socavones. Al parcheo que API ha llevado a cabo desde el pasado 18 de marzo se añade ahora una campaña mucho más ambiciosa, la de asfaltado. «Será la más agresiva que se recuerda», reconoce el concejal de Fomento, Jorge Carrasco.

La brigada de mantenimiento se complementa con la del propio Ayuntamiento. A la segunda corresponden labores más sencillas, pequeños arreglos entre los que se cuentan desde cambiar una baldosa rota hasta resolver un atasco en la red de saneamiento o incluso montar un escenario musical. API Movilidad desarrolla acciones más complejas que tienen que ver con la conservación integral de las vías urbanas. Es el denominado contrato del millón de euros, adjudicado hasta 2015 a la filial del grupo de Florentino Pérez. Con anterioridad esos trabajos los hizo Aglosan. Las exigencias climatológicas de los últimos tiempos obligarán esta vez a redoblar el esfuerzo.

«Somos conscientes de ello. Por eso vamos a poner en marcha la mayor campaña de los últimos años. Hasta ahora no habíamos podido arrancar por el mal tiempo y se han efectuado arreglos provisionales», asume el titular de Infraestructuras. Se refiere Jorge Carrasco a actuaciones como las de la Avenida de la Montaña. Algunos viandantes han protestado por la acumulación de arena sobre el asfalto. Sin embargo, la presencia de ese material tiene su explicación. Obedece a la reparación de irregularidades sobre el firme que antes habían generado las quejas de los conductores.

«El problema es que con la lluvia no podíamos trabajar. El aglomerado en caliente debe aplicarse cuando lo permite el tiempo. Si no lo hacemos así no sirve para nada», destacan desde el área municipal de Obras. En menos de un mes, desde el 18 de marzo hasta el 11 de abril, la cuadrilla de mantenimiento y conservación se ha multiplicado para aparecer por unas 40 calles de la capital en otras tantas actuaciones. En esa lista figuran el centro urbano y la periferia. Desde Santa Lucia, la calle Ródano, Ronda de Vadillo y Díaz de Bustamante hasta el parcheo que se llevó a cabo el día 8 en Virgen de la Montaña, en la calle Viena o Sánchez Manzano.

Pero lo principal es lo que queda por hacer. Y pese a los esfuerzos de los trabajadores y del propio Consistorio no será suficiente. De hecho ya ha sucedido en otras ocasiones. Este tipo de operaciones siempre han necesitado de un añadido extra, y más en años lluviosos como el actual. El deterioro de las calles queda a la vista con un simple paseo. En el centro hay ejemplos que se multiplican. En las barriadas es todavía peor. La Paloma es un caso significativo. Igual que La Zambomba y alrededores, con la avenida de las Lavanderas en estado de abandono general.

Al final de la Avenida de Portugal, el acceso a la Torre de Cáceres más que una calle cacereña parece un trozo de la 'avenida de los francotiradores' de Sarajevo. A pocos metros de allí, en el barrio de Moctezuma se ven pasos de peatones que 'desaparecen' y en Sánchez Manzano un agujero deja hundida la rueda del coche dentro de él.

La campaña de asfaltado está a punto y llega para acabar con una parte de estas cientos de deficiencias. La lista se irá ampliando a medida que se desarrollen los trabajos. Calle Carreras, Rosario, Avenida del Brocense, Hispanidad, calle Monfrague y Avenida de las Arenas forman parte de esa primera tanta de intervenciones.