La Junta reforma las Casas Coloradas para intentar recuperar inquilinos

Los inquilinos de las Casas Coloradas de la Plaza Alta, que tienen a la Junta como casera, temían pasar otro verano soportando el calor en estas construcciones sin aislamiento ni preinstalación de aire acondicionado.

La Consejería de Fomento se comprometió hace meses a reparar los desperfectos y la obra se ejecuta desde hace dos semanas. Entre cuatro y seis personas trabajan en los dos bloques reparando los daños que ha ocasionado la humedad o colocando las acometidas de climatización. Si se cumplen los plazos, este verano los residentes que quieran podrán instalar aire acondicionado, un opción que hasta ahora no tenían.

Los problemas se detectaron casi desde el primer día en que llegaron, en primavera de 2006, pero hasta ahora no se van a solucionar.

Los operarios repasan, ayudados por un elevador, la cubierta, reparan las zonas donde se localizan humedades y refuerzan los revestimientos exteriores de pintura. Fomento se comprometió a invertir 229.000 euros y, según los criterios técnicos, los ocupantes no tendrán que abandonar el edificio mientras trabajen en él.

Se habilitará uno de los locales ubicados en los bajos y sin actividad para guardar las máquinas porque el plan especial de protección del casco histórico impide que se vean máquinas en las fachadas desde el exterior.

La obra traerá por fin la paz a esta edificación. Los anteriores gestores, la Sociedad Pública de Alquiler, no atendían a las continuas reclamaciones que tenían los arrendados y el malestar se trasladó en quejas públicas, escritos y hasta pancartas en las ventanas pidiendo alguna atención.

Nadie se encargaba de la limpieza de la escalera, con las lluvias se agudizaron las humedades en las paredes y sufrían apagones con frecuencia, a veces de hasta 24 horas, lo que les dejaba sin ascensor.

Tras la liquidación de la Sociedad Pública de Alquiler, una de las empresas públicas sacrificadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, permanecieron algunos meses en un limbo sin saber muy bien a quién reclamar.

Los continuos inconvenientes provocaron un despoblamiento masivo en unos apartamentos con mucho encanto que se hicieron para animar a la gente joven a vivir en el Casco Antiguo.

Algunos vecinos resisten por el privilegiado entorno, pero al día de hoy se estima que más de la mitad de las 22 viviendas están ya desocupadas.

Ahora, con las obras, se trata de normalizar la situación y de que poco a poco recuperen el encanto.

Desde la Junta reconocen que la Dirección General de Arquitectura y Vivienda de la Consejería atiende todas las peticiones de nuevos inquilinos y trabaja también en la selección de aquellos que ocuparán las casas vacías. De momento, no se conoce si hay un procedimiento abierto o el protocolo que seguirá la Junta de Extremadura para devolver la ocupación a la plaza Alta.

El nuevo casero también se comprometió a bajar los alquileres. El más alto, actualmente, ronda los 450 euros.

Además de los pisos, sigue pendiente darle uso a los bajos de los soportales. El cambio más reciente en este perímetro ha venido por el traslado de la Asociación de Costaleros a una de las esquinas. Las grietas y la rehabilitación en el Arco del Peso obligaron a buscar un nuevo emplazamiento. También se espera la reapertura del Centro Extremeño de Flamenco, que lleva cerrado más de dos años. Este espacio, dedicado al 'cante jondo', sólo acogió un ciclo de conferencias temáticas a principios de 2011. Poco tiempo después volvió a cerrar sus puertas por falta de presupuesto. Desde entonces, permanece a la espera de que se reactive.

El director general de Promoción Cultural dependiente de la Consejería de Educación y Cultura, José Antonio Agúndez, ya mostró su interés en que esta sede estuviese de nuevo en funcionamiento antes de que finalizase el año 2012, pero los plazos no se han vuelto a cumplir.