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ANA B. HERNÁNDEZ
Viernes, 3 de mayo 2013, 10:29
Se han adelantado a la actuación municipal. Porque no quieren ver de nuevo las llamas cerca de sus viviendas. La última vez lo hicieron el pasado verano.
Son los vecinos de la calle Pablo Iglesias. Sus balcones dan al gran descampado que hay entre estas casas del barrio de La Data y las traseras del colegio de las Josefinas, junto a la avenida de Portugal.
Adolfo Martín lleva tres años en paro. «Me aburro, me gusta el campo y no quiero fuego cerca de mi casa ni de los árboles frutales que he plantado». Por eso no se lo ha pensado dos veces y con la ayuda de familiares y vecinos se ha puesto manos a la obra. Su particular tarea de desbroce comenzó el pasado viernes y ya suma más de 500 metros libres de malas y crecidas hierbas.
«Al menos hemos limpiado la zona más próxima a las viviendas; pero nuestra intención es continuar, porque creemos que se trata de una labor positiva», explica. Su objetivo inmediato es el campo de fútbol. «Las lluvias de este invierno han motivado que los pastos estén altísimos y lógicamente esto eleva y mucho el riesgo de incendio». Adolfo Martín añade, además, que las traseras de su casa es una zona que se libra muy pocos veranos de las llamas.
De hecho, es una de las zonas que se señalarán como conflictivas en el plan periurbano que el Ayuntamiento adjudicará por contrato menor a la Escuela de Forestales de la Universidad de Extremadura y en cuya elaboración ya se está trabajando, tal como ayer confirmó el concejal de Medio Ambiente, Luis Miguel Pérez Escanilla.
Tanto las traseras de las Josefinas en su prolongación hasta las casas de La Data , así como los alrededores de la barriada de Gabriel y Galán, sin olvidar el monte público de Valcorchero, son las zonas en las que primero se quiere actuar de la mano de la brigada de desbroce, que este año se ampliará con los 17 auxiliares forestales que hay en el parque de bomberos de la ciudad.
Además de desbrozar estas zonas, el plan periurbano determinará la creación de un cordón de seguridad de las mismas, una franja de entre cinco y seis metros de ancho que las separe de la carretera. «Porque se puede dar el caso de que se tire una colilla desde un vehículo, por ejemplo, y por eso queremos separar estas zonas conflictivas de los posibles focos de origen de las llamas», agregó Escanilla.
Algunos residentes de La Data les están adelantando la labor. Adolfo y sus vecinos están desbrozando los alrededores de sus casas.
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