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Varios clientes disfrutan al mediodía de las terrazas en Plaza de España. :: J. V. ARNELAS
El tapeo flojea en el Casco Antiguo
BADAJOZ

El tapeo flojea en el Casco Antiguo

La afluencia de público se ha hundido a diario y ha bajado los fines de semanaMuchos hosteleros han ampliado su horario o han comenzado a ofrecer desayunos para tratar de atraer más clientela

NATALIA REIGADAS

Jueves, 25 de abril 2013, 09:36

En los últimos años el Casco Antiguo de Badajoz se ha convertido en un punto de encuentro para tomar unas cañas y picar algo. El éxito de esta zona ha sido rotundo y han proliferado los bares de tapeo. En su mejor momento era difícil encontrar una mesa vacía, incluso un jueves por la noche. Sin embargo, la crisis económica y la competencia de otras zonas han golpeado al centro de la ciudad.

Uno de los mejores testigos de este fenómeno es Kiko Borrego Calle, dueño de cuatro locales del Casco Antiguo: La Casona, La Casona Alta, La Bodega San José y La Antigualla. «Se nota la crisis en general», explica este hostelero que añade que a diario hay poco público debido a que la zona cuenta con pocos residentes y que los fines de semana ha bajado la afluencia.

Más allá de la crisis Borrego apunta a otra causa del deterioro del centro, la competencia de otras zonas de ocio como la Plaza de los Alféreces que actualmente recibe muchos visitantes y ha multiplicado su número de la bares. «Afecta porque, si ya la crisis disminuye el consumo, además hay nuevas zonas y a la gente le gusta cambiar», explica este propietario que añade, sin embargo, que apuesta por el Casco Antiguo de cara al futuro.

Kiko Borrego resume con su experiencia el testimonio de otros hosteleros del centro. También el presidente de la Asociación de Empresarios del Casco Antiguo (Aecab), Leandro Pozas, admite que la crisis afecta a la hostelería pero matiza que en menor medida que al resto de sectores. Este responsable cree que la situación mejorará en las próximas semanas con el buen tiempo y apuesta por los eventos que se organizan en el centro como estímulo, por ejemplo la fiesta de Los Palomos de la próxima semana.

En general la expresión más repetida por los dueños de locales en el centro es que la situación está «más floja». Por ejemplo estas son las palabras que usa Sonia Villa, del bar Plaza de España. «No hay que ser muy listo para verlo. Ha bajado todo en general, por la mañana y por la tarde».

«La situación es floja. Peor que el año pasado y sigue bajando día a día», añade Fermín Manzano, del Bar El Aljibe. Igual que otros compañeros destaca que a diario apenas hay consumiciones. «Los fines de semana levantan, pero algunos fallan como el pasado que no hubo nada. Quizá por ser fin de mes».

El dueño del bar Frankis, Francisco Fernández, coincide en que el mayor problema es que apenas reciben visitas de lunes a jueves. «Antes los trabajadores se quedaban a tomar una caña, ahora no y los que salen el viernes, no salen el sábado o al revés». En su caso ha decidido volver a servir desayunos tras cuatro años sin hacerlo. Se trata de una medida para atraer más clientes y hacer caja. Supone trabajar muchas más horas, pero ha sido repetida por muchos hosteleros de la zona.

Así lo confirma Luis Tirado, vicepresidente de la Aecab. «Se trata de ampliar horario de mediodía a noche o al revés para sacar tajada».

Esta estrategia no es nueva. Por ejemplo bares como El Bigote cuentan desde hace tiempo con un horario muy amplio para tratar de aprovechar la asistencia de clientes desde el desayuno más madrugador hasta las cenas más tardías, según comenta Kiko Pérez, dueño de este bar.

Además de la crisis, otra de las amenazas para el Casco Antiguo es la competencia de otras zonas. En estos momentos tiene mucho éxito la Plaza de los Alféreces, ha revivido la Urbanización Guadiana y también logran afluencia los locales del centro comercial El Faro. Pérez, a este respecto, cree que se trata de rachas o modas pero que el público volverá al Casco Antiguo. «No es una amenaza porque el Casco Antiguo tiene una esencia y atrae turismo además de la gente de toda la vida», añade Montse Reyes, del bar Carmen.

Demasiados bares

Además de la competencia exterior, otros hosteleros también alertan del exceso de bares en la zona centro que hace que el público se disperse y sea complicado llenar los locales. «Hay demasiado bar. Antes había uno o dos por calle y ahora siete y hay una guerra de precios», alerta Juan Carlos Marcelo, del bar El Farol. En este punto Kiko Borrego, que tiene diversos bares, cree que la decisión del Ayuntamiento de no conceder más licencias por ser una zona saturada por acumulación de ruidos fue buena. «Al menos por un tiempo es mejor que no haya más. Está saturado».

La mejor manera de soportar este bache, según coinciden todos los hosteleros del centro, es apostar por los eventos. «Hay cosas casi cada mes y levantan una mala racha. Carnaval, Los Palomos, la Feria...», explica Montse Reyes.

Sin embargo otros profesionales responden que los eventos no pueden sustentar por sí solos la hostelería. Es el caso de Ángel Nogales que ha comprado el bar Alpéndiz y está convirtiéndolo en El Guernica, en la Plaza de San José. Este hostelero vasco, con experiencia en el sector, advierte que necesitan atraer público los días e diario. «No aguantas sin gente de lunes a viernes. De Los Palomos no se vive todo el año».

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