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ANTONIO GILGADO
Sábado, 27 de abril 2013, 21:05
En las 48 horas que se mantuvo el dispositivo de rescate se han peinado más de cuatro kilómetros de río, se ha inspeccionado todo el tramo urbano del Guadiana y se han recorrido varias isletas interiores hasta llegar al otro azud, el de la Granadilla. Pero finalmente, se cumplió la tesis inicial. Al joven se lo tragó la corriente a pocos metros del salto de agua del Pico y allí hallaron ayer su cuerpo.
Las mediciones de las corrientes que lleva el Guadiana en este tramo descartaban un arrastre lejano del cuerpo porque en el fondo apenas había movimientos. Los efectivos de rescates mantuvieron siempre la hipótesis de que no hubo desplazamiento lateral, sino vertical.
Poco minutos después de las doce y media de la tarde de ayer, se cumplió esta sospecha. Un bombero localizó con un gancho el cuerpo del joven a cuatro metros de profundidad, retenido entre escombros y materiales de construcción.
La localización fue a menos de sesenta metros donde se encontraba la boya de referencia, la que marcaba el lugar donde los testigos vieron por última vez al chico.
Los bomberos subieron el cadáver a la barca, esperaron a que llegara el forense y a que el juez autorizara el levantamiento. A las dos y media de la tarde, los equipos de rescate lo sacaron del río en dirección al anatómico forense del campus de la avenida de Elvas.
En cuanto se conoció el desenlace, muchos amigos y vecinos de Suerte de Saavedra se acercaron hasta las tiendas de campaña en la que han permanecido durante 48 horas la familia. Ante la aglomeración de gente, la Policía Local restringió el acceso en coche a los caminos y acordonó la zona donde desembarcó la lancha con el fallecido.
Muchos de los amigos y familiares que han resistido desde el miércoles en el río se encontraban en ese momento en la plaza de España reclamando ante el Ayuntamiento más medios en las tareas de búsqueda.
Cerca del punto de localización también trabajaban los buzos de la Guardia Civil, que empezaron a peinar el fondo trazando círculos a partir del lugar donde se le dejó de ver.
El jefe de los bomberos de Badajoz, Juan Carlos de Lima, explicó que con el paso del tiempo se ha ido centrando cada vez más en las inmediaciones del azud, aunque no se han descartado otras zonas lejanas. De ahí el rastreo del jueves de las islas próximas al molino y la central hidroeléctrica.
Según los cálculos que manejaban, los ahogados no suelen alejarse más de cien metros en aguas tranquilas. En este caso, había que tener en cuenta los remolinos que se forman en el salto de agua, que pueden desplazar lateralmente algunos metros, pero no tan lejana como para ampliar mucho más el margen de error.
Por la experiencia de otros casos, contemplaban dos posibilidades: que el cuerpo permaneciera atrapado sin posibilidad de salir a flote por el elemento que lo retenía o que sólo estuviera enganchado levemente. Conforme fueron avanzando las horas y conociendo el fondo del azud, los equipos de búsqueda descartaron la segunda opción.
La reciente crecida del Guadiana ha arrastrado material muy voluminoso que facilita la retención.
A la peligrosidad propia de este tipo de operaciones se unió las especiales condiciones tras la avenida. En la superficie los bomberos trabajaron atados con cuerdas para moverse entre la corriente y en el suelo la dificultad vino por la maleza que ha dejado la avenida. El delegado del Gobierno, Germán López Iglesias, explicó que «era imposible hacer más».
Con el desenlace de ayer, el Guadiana suma tres ahogados en menos de dos semanas, dos en el azud de la Granadilla y la víctima de la Pesquera. La casualidad ha hecho que se abra un debate sobre la seguridad en estos espacios, aunque en ambos casos, también hay que hablar de imprudencias. Al chico se le vio recorrer el muro del azud durante más de cinco metros y se tiró al agua. Durante algunos segundos trató de incorporarse, pero no pudo hacerlo y se le perdió la pista a pocos metros de donde cayó, según la reconstrucción que han hecho los bomberos con los testimonios de los testigos que le acompañaban.
Reunión de expertos
Aunque el agua no cubre más de los tobillos en la parte por la que transitó el joven, se trata de una zona resbaladiza y no es recomendable cruzar el cauce entre las láminas de hormigón y caudal.
Juan Carlos de Lima, que ha estado al mando del dispositivo durante estos dos días, anunció ayer en el azud que se tomarán algunas decisiones para mejorar la seguridad de estos espacios. Explicó que el delegado del Gobierno ya tiene conocimiento de que se trata de un elemento carente de protección y que en breve se convocorá una reunión de expertos en la materia para determinar medidas preventivas y evitar, en la medida de lo posible, episodios como los que se han vivido recientemente. A pesar de las medidas, desde la delegación del Gobierno llaman a la prudencia a la hora de acercarse al río y más estos días, con la corriente que lleva.
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