Abdón García crea con su herencia una fundación para cuidar ancianos

Empresario de éxito e incansable trabajador hasta lograr reunir un millonario patrimonio inmobiliario y empresarial, Abdón García Luis, deja constancia de su generosidad con las causas solidarias más allá de su muerte. Si durante sus 93 años de vida realizó numerosas donaciones, la última y más importante la ha hecho con su muerte, al dejar todo su patrimonio a una fundación que deben constituir sus albaceas y que estará dedicada a la protección de los ancianos .

Viudo y sin hijos, la apertura del testamento el pasado cinco de abril desveló la última voluntad de este infatigable emprendedor que no dejó de trabajar y atender su despacho hasta unos meses antes de fallecer. En él, nombra heredera universal de todo su patrimonio a la citada entidad que formarán como patronos el alcalde de la ciudad, el obispo de Plasencia, su último administrador, Antonio Fernández, de Aficoex Asesoría, y el abogado José Luis Martín Sánchez.

Los patronos tienen dos meses para decidir si aceptan, y la fundación un plazo máximo de dos años para constituirse, según el testamento del empresario. Abdón García Luis deja constancia en él también de su agradecimiento y generosidad a una sola persona, a la que lega los usufructos vitalicios (la propiedad pasa a la fundación) de algunos de sus inmuebles como reconocimiento al trabajo de años desempeñado.

El patrimonio de Abdón García Luis es de varios millones de euros y su valoración final se conocerá una vez cumplidos los trámites de testamentaría. Poseedor de una mercantil, socio de tres empresas de hostelería y construcción y titular de varias fincas rústicas en el término municipal de El Torno y en el entorno de Plasencia, todos esos bienes más el efectivo bancario y las numerosas naves industriales y complejo Los Álamos pasarán a formar parte de los bienes de la fundación que ordena crear. Éste la deja con carácter abierto, al señalar el fin genérico de protección y asistencia a los ancianos.

En ella pueden tener cabida desde la apertura de residencias a las ayudas a otras existentes e incluso a los propios mayores para que sean atendidos, explica el administrador.

Abdón García Luis no dejó de trabajar en toda su vida. Solo hasta hace unos años bajó el ritmo de actividad y hasta hace mes y medio, cuando le fue implantado un marcapasos, acudía al despacho cada mañana de 9.00 a 11.30 horas. Los jueves era sagrado para él ir a la finca de El Torno.

En Plasencia era muy conocido no solo por ser un ejemplo de hombre hecho a sí mismo, sino por la generosidad de que hizo gala con causas benéficas y solidarias.

Sus aportaciones a la Cruz Roja hicieron que la entidad le diera diversas distinciones, incluida la medalla de oro. También aportó fondos al Hogar de Nazaret, colaboró con campañas de emergencia ante catástrofes internacionales, tiene cedida al Banco de Alimentos la nave que utiliza, y son conocidas sus donaciones a la Virgen del Puerto (imagen de la Virgen de los Niños y andas) al monumento a García Matos, a su parroquia o al patrón de su pueblo, San Lucas.

Nacido en 1921, en El Torno, en el Valle del Jerte, fue el segundo de tres hermanos. Huérfano a los cuatro años, vivió las estrecheces de un hogar, lo que le obligó aguzar el ingenio. Austero y sencillo, sagaz y vivo, divertido y sorprendente, pero sobre todo negociante, trabajó de adolescente en el comercio de un familiar en Navaconcejo, como mecánico en Moraleja y a base de sacrificios compró su primer camión. Se hizo transportista.

El salto a empresario marcó un cambio en su vida. En Plasencia contrajo matrimonio y junto a su mujer se afianzó como emprendedor, participando en la gasolinera los Álamos y posterior desarrollo el complejo industrial y hostelero cercano. A partir de ahí, logró aumentar su patrimonio con una hábil gestión y diversificando actividades hasta alcanzar varios millones de euros.